Proemio al lector


DE PEDRO MOYA DE CONTRERAS, ARZOBISPO DE MÉXICO, PARA ESTOS LIBROS DEL MÉTODO CRISTIANO COMPUESTOS, A EXHORTACIÓN DEL MISMO, POR FRANCISCO HERNÁNDEZ, HISTORIADOR DEL REY


Considerando cómo lo que debe creerse de manera cierta e indudable y practicarse asimismo para alcanzar la salvación eterna, fin para el cual fue creado el hombre a imagen y semejanza de Dios, no puede investigarlo la razón humana ni derivarse de otras fuentes que las Sagradas Escrituras, los concilios y los libros de los santos padres; viendo además que en estos calamitosos tiempos hay tantos que se empeñan en oscurecer la verdad, de suerte que sin el favor divino apenas podría discernirse la doctrina ortodoxa de los falsos postulados de los enemigos de la fe, parecióle a Francisco Hernández, historiador de nuestro soberano Felipe Segundo, rey de las Españas y las Indias, que sería de mucho valor escribir (y yo mismo le exhorté a que lo hiciese) un método o exposición en verso basado en las santas tradiciones de los concilios, de suerte que no pudiese ser desfigurada por los herejes, que buscan siempre enturbiar las claras linfas de nuestra fe, ni ser interpretada torcidamente (pues esta es la eficacia del poema, que en el ritmo del verso afianza y perpetúa su memoria). Juzgamos, asimismo, que sería así más gustosamente estudiada y aprendida por los fieles que entienden la lengua latina. Y, en suma, habida cuenta de todas estas razones, puso Hernández con todo su empeño manos a la obra.

Nos, que por las elevadas dotes de su espíritu le profesamos un hondo afecto, que le tenemos por amigo íntimo y le vemos como a un hermano, hemos intentado explicar en muy breves anotaciones los pasajes un tanto oscuros, a fin de que ninguno, siquiera sea medianamente instruido, deje de penetrar tan útil y saludable doctrina, y puedan todos usarla como un manual y retenerla en su memoria.

Y tú, buen Jesús, eterna Verdad del Padre, bendice estos piadosos esfuerzos, acoge benignamente este poema con sus anotaciones, y permite que se difunda para gloria de tu santísimo nombre.67









67 Esta versión, no siempre literal, intenta ser exacta en lo que a doctrina se refiere, fiel al pensamiento del autor, y atenta a conservar el aliento poético y el fervor devoto presentes a menudo en el original. {T.}

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS