fhernandez-Cronología

CRONOLOGÍA

Carlos Zolla

(PUIC-UNAM)

 

FRancisco Hernández

 

Nota Preliminar

Para elaborar esta cronología hemos seguido puntualmente la minuciosa biografía de Germán Somolinos D'Ardois, Vida y obra de Francisco Hernández, incluida en el primer volumen de las Obras completas de Francisco Hernández, publicado por la Universidad Nacional de México en 1960. En general, las citas entre comillas pertenecen a esa obra, a escritos del protomédico o bien a documentos históricos mencionados por el biógrafo (por ejemplo, las cartas del rey Felipe II); cuando recurrimos a otros  materiales –incluidos textos de Somolinos aparecidos en diversas publicaciones–, hacemos la aclaración pertinente. Señalemos, de paso, que la exhaustiva revisión de la documentación llevada a cabo por este autor no siempre permite tener certeza de las fechas, en parte por no haberlas consignado Hernández, en parte por no encontrarse en otras fuentes –la Audiencia de México, por ejemplo– que sí tienen valor complementario para explicar aspectos de la vida y labor del gran médico y naturalista toledano. Concluimos nuestra cronología en 1587, año de la muerte de Hernández, aunque somos conscientes de que, en buena medida, el destino de las obras de Hernández cambiaría sustancialmente en los últimos años del siglo XVI, en las dos centurias siguientes y, en materia de investigación de sus textos, tratamiento editorial y difusión mundial, en los siglos XIX y XX. [C. Z.]

 

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Cronología

 

1514-1517 (?) o quizás entre 1515-1520 (Somolinos), nace Francisco Hernández en Puebla de Montalbán, Provincia de Toledo, España. "Yo el doctor Francisco Hernández protomédico de su majestad en todas las Yndias Occidentales natural que soy de la villa de la Puebla de Montalván", dice Hernández en su testamento. Escasa información sobre su infancia y primeros estudios. "Yo siempre he sospechado que Hernández era de origen judío –escribió Somolinos en la Gaceta Médica de México, en 1961 y vuelve a reiterarlo en la biografía–. No lo puedo afirmar documentalmente, pero cada vez arraigo más en esta creencia por numerosos rasgos psicológicos de su carácter y muchos pequeños detalles observados en el transcurso y estudio de los datos que conocemos de su vida. (…) Tal vez perteneció a una familia de conversos, tan abundantes en la provincia toledana y desde luego acomodados."

 

1519. Llegada de Hernán Cortés a México.

 

1519–1520. Primera epidemia de viruela en México. Inicio de la catástrofe demográfica de la Nueva España.

 

1521. Caída de México–Tenochtitlan.

 

1522. Muere el 5 de julio en Alcalá de Henares, Antonio de Nebrija, autor de la célebre Gramática Castellana (1492). Hernández recogió la influencia de éste, que explicaba en su cátedra de retórica los contenidos de la Historia Natural de Plinio.

 

1527. Nace Benito Arias Montano, colega, amigo y protector de Hernández. Al regreso  a España, Hernández escribe el famoso Poema a Arias Montaño: Francisci Hernandi ad Arias Montanum, virum praeclarissimum atque doctissimum, Carmen. [Véase 1580, en esta cronología].

 

1525 a 1529. Influencia creciente en España de la doctrina de Erasmo de Róterdam. Dieciséis ediciones españolas de sus obras por esos años. Somolinos supone influencia del erasmismo en Hernández.

 

1535/1537. Llega Hernández a Alcalá de Henares donde cursa estudios de medicina y cirugía. En sus comentarios a la obra de Plinio, señala: "…vimos en Alcalá de Henares en tiempos de nuestros estudios…" Somolinos deduce que Hernández "tuvo que llegar a Alcalá frisando los 20 años, o sea en los últimos años del cuarto decenio del siglo."

 

1555 (?). Casamiento de Hernández con Juana Díaz de Pan y Agua, "en la primera mitad de la década". De este matrimonio nacerán Juan Fernández (sic) y María de Sotomayor, sus hijos legítimos. Juan "acompañó a Hernández durante la expedición americana." En el testamento declara que tiene una hija natural, llamada Francisca Hernández y nacida después de la muerte de su esposa, a quien deja también parte de su herencia.

 

1555. Alrededor de estos años, Hernández explora Andalucía en compañía del cirujano Juan Fragoso. Interés por las plantas medicinales y "por los productos exóticos llegados de las Indias". Hernández ejerce la medicina en Sevilla. Herboriza en los campos andaluces con otros colegas médicos.

 

1556. Llegada de Vesalio a España, médico italiano de gran influencia en las anatomías (autopsias) de Hernández.

 

1555/1560. Médico y profesor del monasterio y del hospital de Guadalupe, después de 1555 hasta comienzos de los 60. Por estos años establece relaciones con Francisco de Arce, Francisco Díaz y algunos de los más notables médicos y cirujanos españoles. Muy probablemente conoce también en esos años a Nicolás Monardes, destacado médico y botánico español, autor de la obra Primera y Segunda y Tercera Partes de la Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales, publicada en Sevilla en 1574.

 

1560. Durante esta década, en Guadalupe, Hernández se desempeña como médico del monasterio y del hospital; "además dedicaba su tiempo a los estudios anatómicos y a la herborización y clasificación botánica." Viajes con cierta frecuencia a la corte en Madrid.

 

1560. Estancia de Hernández en la corte y en Toledo "a partir de los años centrales de la década."

 

1562-1568. Por estos años, Hernández debió escribir su Compendio de Philosophia Moral según Aristóteles, anterior a su trabajo sobre Plinio. El texto quedó inédito en vida de Hernández, pero se recuperó posteriormente y está incluido en las obras completas publicadas por la UNAM.

 

1567 (?). Retorno a Toledo, "probablemente ya viudo". Traducción y comentarios a la Historia Natural de Cayo Plinio Segundo. Son también los años de mayor producción de El Greco, el pintor cretense Domenico Theotocopuli, establecido en Toledo.

 

1567. Continúa Hernández la traducción de la obra de Plinio y la redacción de los comentarios. "Desgraciadamente esta obra no se ha conservado completa aunque consta que el autor la terminó durante su estancia en México. (…) Los comentarios plinianos que, si bien se inician en Toledo en la segunda mitad de la década del 60, no se acabaron hasta veinte años después."(Somolinos) Éste afirma que entre 1565 y 1569, ya como "médico del invictísimo Philippo segundo rey de Hespaña n.s.", Hernández se concentra en la traducción y redacción de los comentarios a la extensa  obra de Plinio.

 

1567. Según documentos consultados por la historiadora María Teresa Oliveros de Castro, el 15 de julio de este año Hernández es nombrado "médico de cámara" en la corte de Felipe II. Somolinos aclara que "el cuerpo de los verdaderos médicos de cámara era, además del encargado de la atención médica del rey, sus familiares y sus servidores, un organismo consultivo en problemas de sanidad."

 

1569. Residencia de Hernández en Madrid, quizás iniciada a fines de 1568. El contacto con la corte, puede conjeturarse, lo habría establecido a partir de 1562 o 1563, periodo de su vínculo con el más agrande anatomista de su tiempo, Andreas Vesalio.

 

1570. El 11 de enero el rey Felipe II nombra a Hernández "Protomédico general de todas las Indias, islas y tierra firme del mar océano", por "tiempo y espacio de cinco años" que habrían de contarse "desde el día que os hiciérades a la vela en los puertos de Sanlúcar de Barrameda o Cádiz"; y para que no haya duda sobre su autoridad, en el mismo nombramiento se expresa que "mandamos a nuestros visorreyes, presidentes e oidores de las nuestras audiencias reales de las dichas nuestras Indias, islas y tierra firme del Mar Océano y a todos los concejos, las ciudades, las villas y lugares dellos, que vos reciban y tengan por tal nuestro protomédico…y vos guarden y hagan guardar todas las honras, gracias, mercedes. Franquezas, libertades, preeminencias, prerrogativas e inmunidades que por razón del dicho oficio vos deben ser guardadas." Se acompaña el Título de las  Instrucciones dictadas por el rey Felipe II que debían pautar los trabajos de esta expedición.

 

1570. El 1º de septiembre Hernández regresa a Sevilla para embarcarse a México.

 

1570. Hernández se embarca hacia América acompañado por su hijo Juan. Somolinos: "No hemos conseguido ningún documento directo que especifique la fecha de la partida", aunque, "por vías indirectas averiguamos que, de modo oficial, la expedición se inició el día primero de septiembre de 1570." La escala en Canarias la aprovecha Hernández para "explorar y buscar plantas y elementos naturales" de la isla. Redacta un libro en la Gran Canaria que se ha perdido.

 

1570. Llegada a América. El 25 de noviembre Hernández presentó su título de protomédico a las autoridades de Santo Domingo, tras una travesía que –desde Sanlúcar a Santo Domingo– duró 86 días. Escribe un libro, perdido e ignorado, dedicado a las plantas de Haití.

 

1571. La constancia de la llegada a México es del mes de febrero de 1571. "Hernández puso el pie en la Nueva España [en Veracruz] probablemente durante los últimos días del mes de enero o primeros de febrero de 1571. Contaba con unos 53 años de edad.(…) Era el primero que llegaba a América con una misión que no era diplomática, ni secreta, ni de estado, ni religiosa. Cosa rara en el mundo de entonces, la misión de Hernández era científica", subraya Somolinos.

 

1571. Hernández presenta el día primero de marzo el título de protomédico a la Audiencia de Nueva España. Admiración por la ciudad de México:  "Apenas hay en el orbe una ciudad que por la copia de los alimentos (para no hablar del oro, de las piedras preciosas y de la plata), y por la abundancia de los mercados y del suelo pueda ser comparada a México. ¿Qué mas? Dirías estar en un suelo ubérrimo y fertilísimo, de tal manera brillan y abundan todas las cosas, con penuria de nada y con fertilidad y abundancia de todo", escribió Hernández en las Antigüedades de la Nueva España.

 

1571-1576. Años de la intensa actividad científica de Hernández en México. Somolinos propone agrupar los viajes de investigación y colecta en territorio de la Nueva España realizados por Hernández en: 1)  Exploración de la zona central, abarcando los alrededores de la ciudad de México y los actuales estados de Morelos, México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo; 2) Viaje al Mar Austral; 3)  Exploración de Oaxaca; 4) Viaje a Michoacán; 5) Viaje al Pánuco. "Quedan todavía sin poderse incluir en ninguno de estos itinerarios un viaje por la región noroeste de Taxco y la posible estancia en Querétaro y Guanajuato."

 

1571. 15 de mayo, carta al rey donde alude a sus labores como protomédico y da cuenta de las dificultades, surgidas por el poco aprecio de la Audiencia hacia él. Se vincula con los médicos famosos: Francisco Bravo, Agustín Farfán, Juan de la Fuente y Alonso López de Hinojosos, y mantiene buenas relaciones con el arzobispo Moya de Contreras y con el canónigo Francisco Fernández de Salazar.

 

1571. El 16 de agosto registra en una de sus cartas, a los seis meses de haber llegado, que está padeciendo de "contradicción y envidia" por querer cumplir con sus labores como protomédico.

 

1571. A los ocho meses de su estancia en México, Hernández ya ha comenzado a trabajar intensamente en la colecta de plantas y otros recursos naturales. Cuenta con la colaboración de pintores y de un geógrafo llamado Francisco Domínguez. Consta en su Epistolario que ya ha podido colectar "ochocientas plantas nuevas y jamás vistas en esas regiones [de España]."

 

1571. Hacia noviembre de este año le hace saber al rey de su "problema económico que durante toda la gestión de Hernández –dice Somolinos– le perseguirá como una pesadilla: la vida está cara, los gastos son superiores al salario estipulado, los viajes acompañados de tanta impedimenta de servidores y animales van a su costa, y Hernández durante siete años se pasa clamando por falta de dinero y llorándole al rey en petición de mercedes, ayudas de costa y recompensas." Penurias económicas en éste y en todos los años siguientes.

 

1572. Admiración por la diversidad de lenguas y las capacidades de éstas para nombrar "tan grande número de yerbas que de algunas saben la virtud y de otras no, casi no se halla ninguna que con nombre particular no es de ellos nombrada y conocida", escribe en sus comentarios al Plinio.

 

1572. En "el postrero de abril de 1572" Hernández da noticias de que ya tiene "acabados dos libros, cada uno tamaño como el Dioscórides de Laguna, y base acabando el tercero", escritos en latín.

 

1572. Febril actividad en el campo, aunque todavía en las cercanías de la ciudad de México; aparece la expectativa de viajar a Perú, que no se cumplirá. En gran número de partidas, Hernández aprovechará la base que le brindan las rutas de conventos y hospitales de la Nueva España.

 

1573. El 10 de noviembre, desde su estancia en Yautepec, "al pie del Tepozteco", escribe al rey: "…yo ando peregrinando por esta Nueva España días ha, por dar perfección a las cosas naturales della, que por mandado de v. m. tengo escriptas e debujadas, y añadiendo otras muchas que cada día voy descubriendo de mucha substancia y peso." En el actual Morelos, organizará numerosas salidas de campo, fundamentalmente desde Cuernavaca (Quauhnáhuac, dice siempre) y Oaxtepec (Huaxtepec).

 

1574. Regreso de Hernández a la ciudad de México en los últimos días del mes de marzo. "Yo he andado, en casi un año, cuarenta leguas a la redonda de México, por diversos temples de tierras, rectificando lo que llevaba hecho de aquesta ciudad y prosiguiendo lo que quedaba por hacer." Por estos años, intensísima actividad en localidades de los actuales estados de México, Puebla y Tlaxcala; y, sobre todo, de Morelos, que se convertirá así en la región mejor estudiada desde las sedes de Cuernavaca, Oaxtepec, Yautepec, Cuautla (Cuautla hoitzilancense), Anenecuilco, Tepoztlán y Xochitepec, entre muchas otras.

 

1574. Carta de Hernández al rey de fecha 1º de diciembre en donde le informa que se reúne para estudiar las plantas con "cuatro médicos desta ciudad, que son los que en ella hay de cuenta." Somolinos supone una queja de Hernández al citar tan reducido número de médicos asociados a su labor experimental, quizás por influencia de las autoridades virreinales.

 

1574. En carta del 9 de marzo, el rey "envía una enérgica cédula al virrey dedicada exclusivamente a tratar el problema" de la "falta de consideración con que trataban [en la Audiencia] a su protomédico." A mediados de este año Hernández tenía acabada su Antigüedades de la Nueva España. Posible empleo de materiales de Sahagún. Datos indirectos permiten suponer una estancia de Hernández en Texcoco, en este año. "En Texcoco –dice Somolinos–, Hernández encontró material abundante para sus trabajos de tipo histórico. Recorrió los lugares donde había restos de la cultura prehispánica aún conservados y se admiró de las obras indígenas precortesianas."

 

1574. Después del recorrido por los actuales estados de Puebla y Tlaxcala, inicia el viaje al Mar Austral y la exploración de Oaxaca por una ruta que no contemplaba el paso por Acapulco. Aparecen plantas recogidas en Morelos y Guerrero. Parte de Cholula hacia Itzocan (hoy Izúcar de Matamoros), Chietla, Chiautla, Tototepec, Igualapa y Tecuanapa, ésta ya frente al mar (costa de Oaxaca). De allí, más al sur, visita Atoyac, Cuauitlán, Tututepec, Coatlán, Nexapa y Oaxaca. Registra su estancia en Ixtlán, Teposcolula y varias localidades aledañas. [El mapa desplegable, contenido en el tomo I de las Obras completas, permite apreciar la extensión del viaje y el número de localidades identificadas]. Varias de las Relaciones geográficas del siglo XVI dan cuenta, posteriormente, de las visitas del "arbolario", del "protomédico" y, alguna, del "doctor Hernández". "La exploración de Oaxaca –dice Somolinos– fue bastante fructífera en adquisición de materiales. Las plantas referidas a esa región representan casi el diez por ciento de las recogidas en todo el viaje, cifra equivalente a las encontradas en Michoacán, en Puebla y Tlaxcala, y en México y sus alrededores." Tlaxiaco, Amoltepec, Teozocualco, Tonalá (Tonalla o Tunalla de la Mixteca Interior, escribe Hernández) son estaciones previas al regreso por Izúcar de Matamoros.

 

1574-1575. Viaje a Michoacán. "Cuando se leen cuidadosamente las descripciones de las plantas tarascas, se nota por la misma redacción que Hernández las estudió en varias épocas", acota Somolinos; algunas de ellas quizás le fueron llevadas por otros colectores, y otras directamente recogidas por él. Hay certeza de su estancia en Pátzcuaro, "donde los médicos nos aseguraron lo anteriormente dicho", anota al referirse a las cualidades de especies como el "tepari o planta gruesa". Quizás llegó a Michoacán pasando por Xilotepec, Querétaro y Guanajuato. Contrastan la "apacibilidad y frescura" de las tierras michoacanas, con los rigores y el calor de las oaxaqueñas. Referencias a Tacámbaro, Tarímbaro, Cuitzeo. [Hay un error en la fecha mencionada por Somolinos cuando afirma el interés del protomédico de conocer el hospital fundado en 1583 (sic) por Fray Diego de Chávez…" En ese año Hernández ya se encontraba de regreso en Madrid. Las fundaciones de fray Diego de Chávez se iniciaron en 1540]. Desde Uruapan visita Tingambato, Tancítaro y Apatzingán, la Huacana y Xicalan; también asienta su paso por Jiquilpan, Atapan, Chocándiran y Tarécuaro. Se destaca el "gravísimo envenenamiento sufrido por el protomédico cuando, en plena investigación de los efectos producidos por los remedios encontrados, probó el jugo de la planta llamada quauhtepatli por los mexicanos y chupiri por los tarascos", suceso mencionado por varios autores y registrado también por Somolinos. Discusión acerca del lugar del envenenamiento, "donde poco faltó para que muriera por haber probado su leche", según dato del propio Hernández.

 

1574-1575 (?). Viaje al Pánuco. Somolinos: "Consideramos como viaje al Pánuco, pues él así lo llama, el conjunto de exploraciones que lleva a cabo el protomédico por lo que hoy es el estado de Hidalgo. En realidad se pueden identificar en este viaje dos itinerarios distintos: uno dirigido hacia el norte, camino de Tampico, pero acabando en Huejutla, y otro en dirección al este, que luego se desvía para tomar el camino de Puebla." Es posible reconstruir varios itinerarios: el primero, partiendo de Texcoco, hacia Tepetlaoxtoc, Acolman, Teotihuacán, Tizayuca y Huehuetoca, regresando luego a Tizayuca. El otro, desde Tizayuca, hacia Tezontepec, Epazoyuca y Atotonilco. De aquí a Huaxca, de nuevo a Atotonilco, y más tarde a Meztitlán, Huayacocotla, Tezcatepec, Huejutla, Cuautotol y Totonicapan. Se duda si llegó a Tamuin (aunque hay plantas que fueron colectadas en esta localidad, hoy de San Luis Potosí, pero que quizás le fueron enviadas). Desde Epazoyuca, nuevamente, se traslada a Huejutla –en viaje  hacia la costa este para regresar después a Puebla–, pero en otro itinerario que le permite colectar en Huauchinango, Panhuatlán, Xocotepec, Mecatlán y Tenanpulco, pasando por Ecatlán, Tetela, Iztamatitlán y Citlaltepec.

 

1574 ¿en adelante? Periodo en el que Hernández realiza pruebas experimentales con plantas colectadas y con la información de sus usos que le proporcionaron los médicos indígenas: "…tomar muy a pechos el hacer experiencias de todo lo que yo pudiere, mayormente de las purgas y medicinas más importantes", le dice en una carta al rey. El propósito (científico-económico dice Somolinos) es ir haciendo un "libro de sustitutos, que es lugar de las medicinas de España poner otras de las Indias, para que se excuse gasto grande de dineros y haya medicinas buenas y sanas." Quedó claramente documentado el trabajo experimental en Huaxtepec, en Michoacán y en el Hospital Real de Naturales de México. Destacan también las colectas de animales y minerales.

 

1575. En marzo, cartas al rey y a D. Juan de Ovando, presidente del Real Consejo de Indias, y amigo de Hernández en la corte, dando cuenta del avance de su obra, de los libros terminados, y disculpándose por la demora en los envíos de estos. El rey responde: "Vista: escríbase al virrey, con relación, que este doctor ha prometido muchas veces enviar los libros de esta obra y que nunca ha cumplido; que se los forme y los envíe en la primera flota a buen recaudo." Somolinos: "Cansado y triste (…) Hernández ha conseguido agotar la paciencia real con sus promesas incumplidas. La situación de ambos es bien clara, el rey está ansioso de conocer esa obra tan alabada y que habrá de ponerle en el campo de las ciencias a la misma altura que Alejandro el Magno. Hernández está celoso de perderla, en sus labores de años, le ha costado la salud y teme dejarla sola en un barco que la llevará, quién sabe como, expuesta a todos los peligros." Hernández habla "de la grande necesidad que hay en España de mi presencia para que este grande beneficio y merced que v. m. ha hecho a la república, quedando los libros por imprimir, no se pierda."

 

1575. El 15 de mayo el rey concede una prórroga a Hernández, por un año más: "el tiempo que os está asignado para entender en la dicha Historia, con tanto que nos hayáis enviado en la dicha flota los dichos doce libros como ofrecéis lo haríades, y mandamos que por el tiempo de esta prórroga se os acudan con vuestros salarios como se hiciese en el tiempo que con licencia u orden nuestra os habéis ocupado en la dicha Historia."

 

1575. Fallece, el 14 de noviembre, el canónigo Cervantes de Salazar, uno de los amigos más apreciados que Hernández tuvo en México.

 

1576. Inicia en junio la epidemia de cocoliztli en México. Hernández posterga su regreso a España y asiste al Hospital Real de Naturales. "Anatomías" (autopsias) a los cadáveres practicadas con Alonso López de Hinojosos, quien deja constancia de ello en su Suma y recopilación de cirugía con un arte de sangrar muy útil y provechosa (México, 1578 y una segunda edición en1595). [En la misma obra de Somolinos, a veces Alfonso y en otras  Alonso López de Hinojosos. Nos inclinamos por Alonso, pues así consta en las ediciones de su obra.] Somolinos reproduce in extenso el relato de López de Hinojosos sobre el cocoliztli y da cuenta de la amplia documentación sobre esta epidemia "que se inició en junio y que invadió en un perímetro de 400 millas todas las regiones de la Nueva España (…), y que, si bien predominó en la raza indígena, no por eso dejó de atacar a los pobladores de origen  negro y español."

 

1576. Carta de Hernández del 10 de febrero, tomando noticia de la cédula con la prórroga otorgada por el rey. Culpa al virrey por no haber enviado a tiempo los libros en la flota. Los pagadores se niegan a abonarle los sueldos corridos desde septiembre del año anterior. La carta es importante porque, además de referirse a los sucesos mencionados, Hernández hace un resumen de su trabajo y de los métodos empleados "que son: método de conoscer las plantas de ambos orbes; tabla de los males y remedios desta tierra; las plantas de ese orbe que nacen en éste y los provechos que tienen entre los naturales, y el de las experiencias y antidotario." Esto formaría parte de cuatro libros más, que se han perdido, pero que se completaron, "pues se tienen referencias de autores, como Sigüenza, que los vieron en España años después."(Somolinos)

 

1576. Carta del virrey a Felipe II de fecha 20 de marzo dando cuenta del envío de los libros. También, última carta de Hernández escrita desde América; hace referencia a los libros, y nuevamente se disculpa porque "no van tan limpios, ni tan limados, o tan por orden, ni ha sido posible, que no deban esperar las última mano antes que se impriman, en especial que van mezcladas muchas figuras que se pintaban como se ofrecían, las cuales pertenecen y se han de pasar a la Historia y Antigüedades desta tierra y va expresado en la pintura el tamaño natural."

 

1576. En marzo de este año la flota del general Diego Maldonado lleva a Sevilla diez y seis cuerpos de libros, que fueron enviadas en dos cajas de madera cerradas con llave. "Sabemos también que las llaves de estas cajas se enviaron, junto con un pliego de escritura, directamente a su majestad", Felipe II. Por el testamento de Hernández se sabe que en este envío iban también los libros llamados adminiculativos, "adjetivo con que se refiere a los cinco libros, hoy perdidos, de las sesenta purgas de América, el de males y remedios de Nueva España, el de experimentos y antidotario americano, el que contenía el método para conocer de qué orbe son las plantas y el tipo de plantas europeas que crecen en América. (…) Entregó también al rey, según se desprende del testamento, los libros traducidos al náhuatl."

 

1576. "El rey, con fecha 25 de junio, desde su residencia del El Escorial, le envía una nueva prórroga y el permiso de retorno." Hernández incluye una extensa serie de aclaraciones sobre el contenido, cantidad y calidad de los trabajos. El rey apremia –ahora a los funcionarios de Sevilla– la rápida entrega de los materiales que, dice Somolinos, "con seguridad llegaron al monasterio de El Escorial, donde residía Felipe II en esos momentos, y fueron admirados por su majestad. Es indudable que la acogida real fue buena y los dibujos sobre todo interesaron al rey. Nos ha quedado constancia de cómo su majestad decidió utilizarlos para la decoración de su aposento."

 

1576. Nicolás León cita un testimonio de 1582, según el cual Hernández "el año de 1576 fue a Querétaro ex profeso a curar a los indios infectados." [Somolinos admite la posibilidad de la misión, pero duda del origen del dato].

 

1577. Hernández escribe De la enfermedad de la Nueva España del año 1576 llamada por los indios cocoliztli. En él menciona varias plantas por sus nombres indígenas, señalando además: "…las medicinas que dijimos que era útiles pudimos comprobarlas por propia experiencia y no las administramos sin resultados de ingente salud y felicísimo evento, y las hicimos visibles a otros para que ellos a su vez aplicaran estos hallazgos contra la crudelísima peste."

 

1577. Comienzan a concretarse los preparativos para el retorno de Hernández a España. El 30 de marzo, en carta del virrey al rey Felipe II se detallan los materiales de Hernández, tanto de los enviados con anterioridad, como los que lleva consigo el protomédico. El virrey acota, en referencia Hernández: "Y él merece que v. m. le haga merced en recompensa de sus trabajos, por que ha servido muy bien y con mucho cuidado, como las obras darán testimonio y le cuesta parte de su salud, por que la lleva bien quebrada."

 

1577. Regreso de Hernández a España desde San Juan de Ulúa. Escasa información sobre la travesía. En el Índice general de los papeles del Consejo de Indias para la historia general de las Indias, se lee: "1577.– Vino de Nueva España el doctor Francisco Hernández y truxo muchas plantas y semillas que se mandaron plantar en los jardines del Alcázar [Sevilla] i traer acá, como al dicho pareciese, 16 de septiembre." Somolinos objeta la fecha mencionada, deduce otro orden del viaje y de las estancias de Hernández en Sevilla y Madrid, y menciona que en el Archivo de Indias, Sevilla, Indiferente general, constan las Instrucciones reales sobre lo que se ha de hacer con los productos, plantas y semillas traídas por el Dr. Francisco Hernández.

 

1577. Después de dar instrucciones sobre las plantas al alcaide del Alcázar de Sevilla, Hernández inicia el viaje a Madrid a mediados de octubre de este año, con una posible estadía en Toledo para ver a sus hijas en el Convento de San Juan de la Penitencia. En los meses finales de 1577 se instala en Madrid, con la salud quebrantada y con escasas posibilidades de lograr un encuentro con el rey, que frecuenta El Escorial, aunque –dice Somolinos– "no hay un solo indicio que permita hablar de una pérdida del favor real." Menciona también el propósito de "desprestigiar la obra ya elaborada haciéndola desmerecer a los ojos del rey y de los que le rodeaban. No olvidemos tampoco lo que en alguna ocasión hemos apuntado: el probable matiz erasmista de Hernández que, sin alcanzar el grado de la heterodoxia, podía ser suficiente para crearle dificultades, y tampoco dejemos de lado la posibilidad de su ascendencia judía, motivo suficiente, a su vez, para ser molestado por sus enemigos."

 

1578. Críticas y defensa de la obra de Hernández. Entre sus amigos, Arias Montaño, Juan de Herrera, el clérigo Juan de Valencia y el cirujano Juan Fragoso, personalidades importantes de las ciencias y las humanidades de su tiempo. Un documento firmado por Juan Bautista Gesio, cosmógrafo de origen italiano, "pide al rey que no se publiquen los trabajos geográficos y las tablas graduadas que trae de México sin que antes las examine 'persona mui inteligente en esta profesión'. (…) Los datos no pueden ser más concordantes con los hechos conocidos de Hernández y la referencia a su obra es evidente." Esto, en momentos políticos muy complicados para España, en sus relaciones con Portugal y con el papado, a propósito de los límites territoriales del imperio español. Indicios de que Hernández es defendido en la corte por Juan de Herrera, prestigiado cosmógrafo, arquitecto de El Escorial y el científico de mayor confianza de Felipe II. Herrera "aparece como albacea testamentario de Hernández en el testamento que redacta a pocos meses de su llegada. Este solo dato sería bastante para establecer una relación bastante estrecha entre ellos, pero son otras muchas las posibilidades de contacto y amistad entre estos dos hombres que, en aquellos momentos, estaban a la cabeza del movimiento científico español."

 

1578. El 8 de mayo, Hernández redacta su testamento –conservado en el Archivo de Simancas–, cuyo descubrimiento posterior marcó "el origen del conocimiento moderno de Hernández; de él se han obtenido la mayor parte de las noticias del protomédico y sirvió para que renaciera el interés por su figura." En el testamento –prosigue Somolinos– "después del preámbulo con la protesta de su fe católica y de las mandas personales para indicar cómo y dónde ha de ser enterrado, nos encontramos que los primeros recuerdos y mandas son dedicados a los indios de México que le ayudaron en su expedición; se acuerda de los pintores, dejándoles sesenta ducados a cada uno, de los médicos que le informaron, entre los que encarga repartir trescientos ducados, de los indios que le trajeron las hierbas 'e no fueron ni satisfechos ni pagados' y de los demás pintores, a los que manda dar treinta ducados 'acada uno por la corta paga que se les hizo.' La imagen de América estaba todavía fresca en los ojos del moribundo protomédico, quien, 'estando enfermo en la cama de la enfermedad que dios nuestro señor fue servido de me dar…, e temiéndome de la muerte ques cosa natural', sentí en primer lugar el reconocimiento y la gratitud por aquel puñado de abnegados indígenas, a quienes debía en gran parte la composición de su obra, mientras se lamentaba de que el rey no los hubiese recompensado ni pagado por su labor."

 

1578. Para mediados de este año, "las obras de Hernández están divididas. Una parte, la de bella encuadernación, la conserva el rey, quien la había mandado colocar en su guardajoyas, y otra, la más extensa y variada, continuaba en poder de Hernández, quien seguía puliéndola y retocándola continuamente." El rey le encarga atender la salud del futuro rey, Felipe III.

 

1580. En febrero, el rey toma una decisión respecto de la obra, "tal vez la más grave de todas las adversidades que ha padecido Hernández y al mismo tiempo la que permitió que su nombre quedara vivo en la historia y llegase a nosotros. Nos referimos al nombramiento del Dr. Nardo Antonio Recchi como médico de cámara, con encargo especial de revisar y ordenar las obras de Hernández. El título, con fecha 21 de febrero de 1580, indica que Nardo Antonio cobrará 60 000 maravedíes de sueldo con las obligaciones de ejercer el oficio de simplicista, dirigir las plantaciones y cultivos de hierbas medicinales en los jardines reales, cuidar las destilaciones y buscar las hierbas adecuadas a este propósito, advertir y enseñar a los otros médicos de la corte esta facultad destilatoria y además ocuparse de 'ver, concertar y poner en orden lo que trajo escrito de Nueva España el doctor Francisco Hernández'." Felipe II ordena que los materiales se entreguen a Bartolomé de Santoyo, ayudante de cámara, intermediario con el Consejo de Indias y secretario de todas las confianzas del rey, para remitirlos, a su vez, a Recchi.

 

1580. Posiblemente en este año Hernández escribió Ad Ariam Montanum,//Virum Praeclarissimum Atque Doctissinum, el famoso poema en honor de Benito Arias Montaño. Somolinos escribe: "Este poema en hexámetros latinos es el grito de angustia de Hernández al verse abandonado por la corte, a su regreso (…), cuando choca con la envidia, la murmuración y la indiferencia de la corte española. Aparte de su belleza descriptiva y literaria es un valioso documento biográfico del autor, quien relata en él sus penalidades por las selvas de América. (…) Suponemos que este poema fue escrito hacia 1580 como protesta contra los enemigos y contra el propio rey que le ponía un revisor a sus trabajos."

 

1580. Aceptación y agradecimiento de Recchi porque, dice al rey, "quisisteis encomendarme los libros de Historia natural de las cosas de Indias en la llamada Nueva España, escritos tan laboriosamente por el doctor Francisco Hernández, vuestro protomédico en las Indias occidentales, y lo escribiese en estilo sencillo." Duro juicio de Somolinos: "…de las manos de Recchi sale el jugoso y personal estudio de Hernández convertido en una anodina relación de plantas medicinales, de cuya descripción se había quitado todo lo vivo y espontáneo que el protomédico ponía al escribir." Beristain y Souza es aún más duro en la calificación de Recchi; lo llama "miserable destripador" de los originales hernandinos.

 

1580. Epidemia de probable influenza (gripe o gran Catharro) en Europa. Altísima  mortalidad en España.

 

1587. Muere Hernández. "En 28 de enero murió en esta parroquia el Dr. Francisco Hernández, médico del rey nuestro señor, recibió los sacramentos, testó ante Melchor Vázquez, mandóse enterrar en esta iglesia delante del altar de los mártires San Cosme y Damián y que el día de su entierro se le digan vigilia y una misa cantada en el novenario, y en el cabo del año se le haga su cabo de año como en el día del entierro, mandó decir cuatrocientas misas rezadas, dejó como testamentarios a Andrés de Barahona y al Dr. Juan Fernández Caro, su hijo, y doña María Figueroa." Concluye Somolinos la información sobre la vida de Hernández, e inicia de esta forma el capítulo denominado "Camino a la gloria": "Aunque parezca paradójico, y casi toda la existencia de Hernández está llena de situaciones paradójicas, la verdadera vida intelectual y la fama de sus trabajos se inicia y mantiene a partir del momento de su muerte."