CAPÍTULO IX


Que ninguna cosa haze efecto en lo que le es del todo semejante


Un fuego no excercita en otro fuego sus fuerzas, o padece de otro, pero puede ser que haga alguna cosa en sí mismo con que sea en sí mismo en alguna manera desemejante. Porque el agua caliente se reduze a su natural frialdad, y los rayos de los cuerpos cálidos y fríos, reverberados de los contrarios, se tornan hacia sí y ansí vemos en invierno sacarse de los pozos muy hondos el agua cálida, y en el estío fría, lo cual no pudiera ser si, con la presencia del contrario, huyendo hazia sí estas calidades no se multiplicaran.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS