CAPÍTULO XV


Del lugar


Y porque lo que se mueve es necesario tenga lugar, será bien hablemos del lugar, haviendo disputado del movimiento. No es pues otra cosa lugar que la superficie con que son rodeados los cuerpos, y el lugar es de sí inmovible, porque el cielo de la luna es lugar del fuego, y el agua de la tierra, y las superficies con que se ayuntan los términos del continente y contenido, por lo cual quisieron los philósophos ser iguales, a causa de no ser constriñidos a confesar que intercedía algún vazío, y todas las cosas son rodeadas o de algún cuerpo o de lugar, como Júpiter de Saturno, o se creen estar distantísimas del centro de la tierra, como el cielo postrero, fuera del cual se convence o no haver nada o un vazío purísimo. Y todos los elementos van a la superficie del cuerpo continente y la tierra desciende al centro que le fue asignado de naturaleza.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS