CAPÍTULO DECIMONOVENO


De los cinco soles o edades272


Los culhuacanenses confiesan que los dioses crearon el mundo; no saben decir por qué razón [CM, II, 261-263], pero creen firmemente que después de su principio perecieron cuatro soles, fuera del que ahora rige e ilumina el orbe. Y así dicen que el primer sol se perdió por agua, en la que sumergidos y ahogados habían muerto todos los animales. El segundo por la caída del cielo, por lo cual dicen que los hombres y todo lo que entonces vivía, pereció. Creen firmemente que en ese tiempo habitaban la tierra gigantes, de los cuales quedan hoy huellas y huesos tan grandes que de ellos pueda conjeturarse que su altura era mayor de quince pies.273 Dicen que el tercer sol se consumió por el fuego y que en aquel tiempo se incendió el universo y toda la gente y todos los animales ardieron. Añaden que el cuarto sol pereció por la fuerza de los vientos y de las tempestades, que en aquel tiempo soplaron con tal ímpetu y violencia que arrancaron los edificios de los cimientos y no perdonaron las estructuras más firmes y despedazaron rocas y otras cosas consideradas inmóviles, las volcaron y devastaron completamente; quedaron sólo los hombres, pero convertidos en monas y cercopitecos. El quinto sol que ahora alumbra al mundo, no saben cómo perecerá, pero dicen que cuando desapareció el cuarto sol, las tinieblas cubrieron el universo mundo y persistieron sobre su faz durante veinticinco años continuos; en el decimoquinto fue generado un varón y en seguida una mujer que le dio hijos y después de otros diez años apareció el sol engendrado en día de conejo {dasípodo}, [Nota 43. SPR, II, 274 y 266] llamado tochtli en la lengua patria. Por lo cual traen el cómputo de sus años desde ese día y figura, y por consiguiente para los que contaban desde ese tiempo hasta el año de milésimo, quincuagésimo, septuagésimo cuarto {1574}274 su postremo sol había cumplido ochocientos ochenta. De todo lo cual consta que desde hace muchos años usaban jeroglíficos. Y no sólo [CM, II, 262 “cetochtli”] los usaban desde tochtli, que es el principio del primer año, mes y día del quinto sol, sino que también los usaban en vida de los cuatro soles, pero prudentemente permitían que lo acontecido se olvidara, juzgando que cosas también nuevas deberían seguir el nuevo sol. Cuentan además que tres días después de nacido este quinto sol, murieron todos los dioses, de donse es lícito juzgar por la propia declaración de ellos, cuáles serían estos dioses que veneraban y de qué manera, corriendo el tiempo,275 nacieron.276









272 Este cap. es una trad, casi literal del § de Gómara de La conquista de México: “Cinco soles, que son edades” (ed. Iberia, tomo II, p. 261). Por consiguiente, no he vacilado en servirme de algunas frases del cronista.

273 El latín viginti dodrantes. Un dodrante es equivalente a nueve pulgadas, por consiguiente, 20 son 180 pulgadas o sean 15 pies. Gomara, op. cit., p. 262, veinte palmos que es equivalente.

274 En el original: millesimum quinquagesimum septuagesimum quartum. Claramente se ve que “quinquagesimum” está erróneamente por “quingentesimum” y que la fecha es 1574.

275 La línea termina por la grafía qon., que yo leo quomodo; Jesús Gómez y don José Fernando Ramírez (VI, infra) quo. Con ambos se puede traducir; con la primera como queda en mi traducción, y según ellos: “y en qué tiempo futuro, etc.”. En el lib. III habla el doctor Hernández de los dioses. Gomara, op. cit., p. 263, justifica mi traducción e interpretación de la grafía.

276 Véase nota 197.

Nota de don José Fernando Ramírez, op. cit., pp. 369-370: “2a En el cap. 19 del mismo lIb. {2º} menciona las cinco épocas o soles, en el orden siguiente: 1º sol de agua, o sea destrucción por un diluvio, 2º secundum casu a coelo, quo homines coeteraque viventia ferunt interemisse. Eo tempore habent jirmum gigantes terram ocupasse quorum extant hodie vestigia; 3º sol, destrucción total por el fuego; 4º sol, por vientos, mas no pereció la especie humana, convirtiéndose en monos. Quintus quo mundus modo ittustratur sol, nesciunt rejerre qui periturus sit sit, verum narrant quarto sole obeunte tenebras universum ordem subisse et eae perstitisse facie viginte quinqué continuos amnos, quorum quindécimo vir quídam generatus est ac deinde foemina quae illi filies peperit, ac post decern alios appsruisse solem dasipodis {sic}a tochtli patria lingua vocati die gennium. Quod fiat ut annorum suorum computationem ab eo lumine exigent atque figura, itaque numerantibus ab eo tempore in annum us que millesimum, quinquagesimum {nota 274} septuagesimum quartum {1574} nactus est eorum postremus sol octingentos et octuaginta, ergo mutils ab hinc annis hierogliphicis Uteris a usos esse constat, nec solum eis utuntur tochtli, qui est initium primi anni, mentis ac diet quinti solis, sed eis quoque viventibus quatuor solibus usi sunt verum prudentes patiebantur memoria excidere dignum censentes, ut novum solem coetera quoque recentia sequerentur. Narrant praeterea triduo post natum hunc quintum solem interiisse omnes deos, undelicet judicare ex propria illorum sententia quales essent hi quos venerabantur, dii quo tempore procedente tint orti.” Véase supra, nota 275.

a No entiendo el por qué del {sic} de J. F. Ramirez. Dasipodis concierta con covati y es el gen. de dasipus. Véase nota 134.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS