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ANTIGÜEDADES DE LA NUEVA ESPAÑA


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Libro Primero



CAPÍTULO PRIMERO


Descripción general de todas las Indias


Esta cuarta parte del orbe, desconocida de [H,G,I,5.] casi1 todos los antiguos y abierta por fin en nuestra edad2 bajo los auspicios de Carlos césar, se divide en Indias Occidentales superiores e inferiores. Casi a la mitad se angosta de tal manera en un istmo, que poco falta para que esté partida en dos, y de allí se extiende a lo largo y a lo ancho por el sur y por el norte. El istmo, no desemejante a un brazo, vuelto hacia el oriente y viendo por su lado oblicuo la parte superior del sur,3 avanza entre el Océano Ártico y el Austral.4 En la parte en que [H,G,I,33.] empieza es muy ancho, pero más adelante, aproximando sus litorales, desciende suavemente hasta cierto punto hacia el sur. Enseguida, torciendo hacia el oriente equinoccial, casi con el mismo ancho, procede por un largo espacio. Después de un tracto más largo, durante el cual busca más bien el sol naciente, se hace más angosto y donde es más delgado se le adhieren las Indias inferiores, semejantes a una pelta amazónica.5 Dos, aun cuando pequeñas, [H,G,I,31,123,124,129.] sin embargo, celebérrimas ciudades, tienen allí su asiento mirando a mares diversos; “Nombre de Dios” al Ártico, la cual puedes llamar δεούνομα,6 y Panamá al Austral, distante entre ellas setenta y dos millas.7 Esta es la anchura mínima del istmo, pero la máxima es de mil millas desde Colima, la cual está a veinte grados de latitud, hasta el río de las Palmas, cuya desembocadura [H,G,I,30.] está medio {grado} más remota de la línea equinoccial que lo que está de esta línea la línea estival.8 Las Indias superiores, entre el oriente y el ocaso, se enfrentan a Asia y a Europa y tanto se extienden entre éstas cuanto el Promontorio Frígido de la región del Labrador9 dista de la Sierra [H,G,I,28,84,85.] Nevada [H,G,I,36.] de la provincia de Quivira,10 a saber seis mil y novecientas millas según la opinión vulgar. Y la Sierra Nevada está a cuarenta grados del círculo equinoccial [H,G,II,234.] y el Promontorio Frígido sesenta y uno y cuarto más o menos. Por donde más se inclinan al ocaso, por donde principia su lado occidental, proyectan al sur el promontorio [H,G,I,35.] de California, poco menor que Italia. La costa de éste no está dividida como la de aquélla por varios salientes, sino que acaba en un solo promontorio bajo el trópico estivo, opuesto al promontorio de Corrientes en la provincia de Jalisco. [H,G,I,36.] Entre estos dos promontorios está comprendido, semejante al Adriático, el Mar Bermejo, más largo que él (como que desarrolla de costa trescientas veinte millas), [C,M,II,245.] pero un poco más angosto. En la parte más interior del seno penetra el río Miraflores (mayor que el Po), llamado de los Estuarios, que descarga los ríos Axa, [H,G,II,234.] Tetonteac y Tigua.11 El lado que ve al sur se opone al Océano Ártico y al Austral. [Nota 4] Por donde la baña el Ártico y lleva sus litorales hacia el norte, opuestos a los litorales de las Indias inferiores, no se adelanta más al Oriente que las inferiores y están limitadas ambas casi por el mismo círculo meridiano. Entre uno y otro litoral penetra el Océano Ártico, [Nota 4]y mientras más se adelanta hasta el ocaso (porque los litorales poco a poco se juntan) se hace más estrecho y en la isla haitina {sic}12 y Cuba estrechísimo; mayormente cuando llega a la proximidad del Seno Mexicano: aquí los litorales del istmo y de las Indias superiores, proyectándose en los promontorios [H,G,I,113.] Yucateco y Florido, y la isla de Cuba, que cierra la embocadura del Seno, tanto lo estrechan, que se le abre una entrada por [H,G,I,112.] doscientas cuarenta millas al Seno (esta distancia hay entre el Yucateco y Cuba). Y aunque haya otra vía entre la misma Isla y el Promontorio Florido, tan estrecha como quieras, {la corriente (?)} está ceñida a esta ley, que, hecho punto omiso de las mareas, fluye entre Yucatán y Cuba perpetuamente al Seno Mexicano o de Cortés; arcano de la naturaleza todavía desconocido.13 El Promontorio Florido está a [H,G,I,96.] veinticinco grados de latitud y el Yucateco llega casi hasta el veintiuno. Estos dos dan al Seno Mexicano su figura circular. La Nueva España ocupa las partes interiores de él por Fernando Cortés, de quien debe recibir el Seno su nombre, no de la gente derrotada14 por los soldados españoles. El lado oriental de las Indias superiores [H,G,I,26.] mira a Islandia y a las Islas Británicas, sus límites son los promontorios Raso15 y [H,G,I,28. Nota 9]Frígido, éste dista de Islandia cuatrocientas ochenta millas, de Hiuernia seis mil seiscientas, y otras tantas del Promontorio [Nota 10 C M,250.] de Thorcyrolandia. La Sierra Nevada y California presentan los últimos términos del lado occidental. El espacio entre ellas es de dos mil cuatrocientas millas.16 Las Indias inferiores se dirán más propiamente áureas que el Quersoneso asiático.17 ¿Qué lugar hay tan inerte donde no brote el oro? Casi toda su mole yace en línea recta más allá del Ecuador, hacia el austro. Porque de esta parte queda una porción pequeña y a no ser por donde se adhieren al istmo, están rodeadas por el océano; al septentrión [Nota 4] por el Ártico, por el Meridional al orto, al ocaso por el Austral, al cual el vulgo [H,G,I,215.] llama de {sic} Sur. Del austro por cuatrocientas cuarenta millas, miran el Estrecho Magallánico; ésta es la longitud del Estrecho y a la misma se contraen las Indias. Las cuales en un ancho frente, desde el istmo hasta el promontorio que tiene por nombre Anegado, a ocho grados de este lado del círculo equinoccial, se oponen al bóreas y después, como avanzan al [H,G,I,32.] austro, poco a poco se alargan a diestra y siniestra entre uno y otro océano, hasta que al llegar al Ecuador prolongan sus litorales mirando al orto y al ocaso. Después vueltas al septentrión, avanzan más hacia el sol oriente que al occidente, de modo que del Cabo Verde de Guinea, de la región de los Nigritas o Senegales, no distan sino dos mil millas. Pero desde donde más se extienden, excepto en la parte que mira a África, gradualmente retraen las costas (porque del Promontorio de San Agustín al otro Promontorio Frígido18 siguen un litoral casi recto)19 y después se acercan más una a la otra y se estrechan más suavemente, hasta que al llegar al Estrecho Magallánico, no disten del quinto orbe más o menos nueve millas (que es la anchura del [H,G,I,37.] Estrecho).20

Los litorales de éstas miden en circuito cerca de diez y seis mil y trescientas millas. De largo, desde el Promontorio de [H,G,I,31.] la Vela (el cual está a doce grados de este lado del Ecuador) hasta el Estrecho Magallánico, colocado a los cincuenta y dos y medio grados más allá del mismo, cuatro mil ochocientas. La anchura máxima consta de cuatro mil millas y la misma hay entre los Promontorios de Santa Elena [H,G,I,34.] y de San Agustín, ambos en latitud austral, a dos grados aquél, a ocho y medio éste;21 y si de éstos las inferiores no se proyectasen al septentrión, tuvieran la forma absoluta [Nota 5.] de la pelta amazónica. El istmo, al occidente, toca el lado más alto a los ocho grados de esta parte del Ecuador con una cordillera transversal, y debe ser recordado por muchas cosas; porque aquí por cien [H,G,I,34,145.] millas separa los Senos de Viana22 y de San Miguel. Éste, en el Océano Austral, famoso por la hazaña y por el nombre, dista seis grados del Ecuador. El otro en el Artico, más famoso, porque en él fue la primera derrota del Continente y llevada la primera colonia de españoles y tomada la primera posesión de las Indias inferiores en nombre de nuestro invictísimo Rey Católico; y la victoria ilustre de Martín Fernández de Enciso23 [H,G,I,124,299.] y de sus fortísimos conmilitones a la orilla del río de Darién que no fue de menor momento que la de Otumba en las superiores, y continuada por las hazañas de Vasco Núñez de Balboa en el Golfo de San Miguel, y sobre [Nota 22. H G, I, 32. H G, I, 133.] todo porque en él fue Carlos Panquiaco24 [H,G,I,136 ss.] las primicias de los indios del Continente, a Dios Óptimo Máximo.









1 En Latín pené. El “desconocida de casi todos los antiguos”, no creo que se refiera a descubrimientos de América anteriores a Colón, sino a que en tiempos del doctor Hernández hacían una división entre las Antillas y el Continente y de éste propiamente sólo se llamaba Nuevo Mundo lo descubierto por Vespucci en la América del Sur. Estas regiones no llegaron a ser generalmente conocidas hasta el tiempo de, Carlos V, pero algunos las conocían en parte desde antes, como Colón, por eso creo que dice: “desconocida de casi todos los antiguos”. Cf. lo que dice López de Gomara en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias, p. 5 (Espasa-Calpe, Madrid, 1932): “Quiso Dios descubrir las Indias en vuestro tiempo y a vuestros vasallos,...” lo cual sólo es exacto si se excluyen las Antillas de la denominación de Indias.

2 ut ab —eius generali quedam descriptione historiam hanc exordiar tachado: “para empezar esta historia por alguna descripción general de ella”.

3 Subrayado en el texto. El latín: obliquo latere superiorem meridiem spectante.

4 articmn et australe oceanum. “Artico” debe tomarse aquí por “Norte”, “Austral” por “Sur”. Como es bien sabido, en el siglo XVI llamaban “Mar del Norte” al “Atlántico” y, como más adelante lo dice el propio Dr. Hernández (p. 53), Mar del Sur al Pacífico. En este último lugar llama “Meridional” al Atlántico del Sur. Cf. Gómara, H G, I, p. 33: “en la mar que llaman del Sur y Pacífico”; p. 36: “...nuestro mar, que llaman del Norte”. La designación “Mar del Sur” se encuentra todavía en 1783 en el mapa que don Tomás López, geógrafo de los dominios de Su Majestad, hizo de una parte de Nueva España para la Historia de la conquista de Solís (Sane ha, Madrid, 1783).

5 La pelta es un escudo pequeño y ligero en forma de media luna que usaban los tracios y otros pueblos bárbaros, entre ellos las amazonas según dice Virgilio, en el primero de la Eneida, verso 490: Ducit amazonidum lunatis agmina peltis. No se ve bien en los mapas que pudo haber tenido a la vista el doctor Hernández esa forma de media luna que atribuye a la América del Sur.

6 Nomen Dei Arcticum, quem {¿quam?} δεούνομα {en griego en el original} vocare posts. Ciudad en el Istmo de Panamá en el Mar de las Antillas cerca de la moderna Colón o Aspinwall a 9o 30’ latitud norte. Acerca de Aspinwall, véase C. Lizardi Ramos, Los mayas antiguos, pp. 22, 29 §; 25, b; 27, 19 y 3er. §§.

7 Don Carlos Pereyra en su obra: Historia de la América española, Vol. I. Descubrimiento y exploración del Nuevo Mundo, Madrid, 1920, p. 48, dice que Colón calculaba por millas italianas de cuatro en legua, que miden 1480 metros en números redondos. Lo que da 5 920 más o menos por legua. Por algunas equivalencias con las distancias dadas por Gomara en leguas, creo que la milla del Dr. Hernández era también de cuatro en legua. Así tenemos por ejemplo: del cabo de San Agustín al cabo Verde de Guinea: el Dr. Hernández, dos mil millas; Gomara, 500 leguas. Del cabo de Santa Elena al de San Agustín (anchura máxima de la América del Sur), Dr. Hernández, cuatro mil millas; Gomara, mil leguas; sin que pueda yo precisar el número de kilómetros por milla o por legua.

En el Diccionario de la lengua española de la Academia, edición de 1936, encuentro que la legua común tiene 5 572 metros y la marina, 5 556, la diferencia no es muy grande, 16 metros. Según el mismo léxico, la legua marina tiene 3 millas marinas de 1 852 metros, en vez de los 1 480 de don Carlos Pereyra, y aquí sí la diferencia es grande, de 372 metros por milla, pero como la legua marina del Diccionario tiene 3 millas y la italiana 4, resulta ésta mayor que la otra por 364 metros.

Mi querido amigo Henry R. Wagner, en su libro (un ejemplar del cual ha tenido la bondad de dedicarme) Juan Rodríguez Cabrillo, California Historical Society, San Francisco, 1941, dice lo siguiente: “If we count a league as at least two and one-half miles...” (p. 6) y “If Cabrillo used the Spanish marine league of seventeen and one-half to a degree, that is about four geographical miles each’’ (pp. 73-4). Como un grado es igual a 111 km (111 111 metros), la legua sería de 6 349 metros y la milla de 1 587. Aquí carezco de elementos para precisar la longitud de la milla del Dr. Hernández y no es posible averiguarlo por las distancias geográficas actuales, pues a mediados del siglo XVI carecían de exactitud.

8 Illa est Isthmi latitude minima maxima verum mille milliarium a Colima quae ad partes .20. est, ad Palmarum fluvium. Cuius ostium estivalli linea ab aequinoctiali semisse remotius est (la última frase subrayada en el original).

El río de las Palmas es el que en 1527 fue a poblar Pánfilo de Narváez y que se echa en el río de Soto la Marina cerca de la desembocadura de éste. Gomara dice (H G, I, p. 30) “río de las Palmas por cerca del cual atraviesa el trópico de Cancro” (línea estival) y (p. 99) “cae treinta leguas encima de Pánuco hacia el norte”. De modo que el Dr. Hernández considera limitado el “Istmo” al norte por una línea que va de Colima a Soto La Marina, lo que parece exagerado, aun cuando haya dicho antes que “En la parte que empieza es muy ancho” (p. 49): qua parte incipit latissimus est. La desembocadura de Soto la Marina está a 24 grados, 3’ latitud norte más o menos, lo que coincide con lo que dice Gomara y con lo que dice el mismo Dr. Hernández, si se acepta mi traducción de la frase subrayada por el mismo Dr. Hernández. Para dicha traducción he tenido que suponer que el autor omitió por elipsis (por haber dicho ad partes en la línea anterior) o por descuido, la palabra latina equivalente a “grado” antes o después de semisse, que yo he suplido entre corchetes por el genitivo partitivo partis. Que semisse se toma por medio grado, lo confirman las siguientes frases que el Dr. Hernández tomó de Gomara: 1ª} ad fretum usque Magallanicum sub partibus quinquaginta duobus cum semisse. Gomara H G, I, p. 33: “que está en cincuenta y dos grados y medio y en el embocadero del estrecho de Magallanes”. 2ª} illud {Promontorium Sancti Augustini} octo et semissem. Gomara, ibid., p. 32: “cabo de Sant Augustin que cae en casi ocho grados y medio”.

Por consiguiente la frase subrayada significa que la desembocadura está a medio grado de latitud norte del Trópico de Cáncer y como la latitud de ésta es de 23 grados 28’, la de la desembocadura será 23 grados, 58’, que aproximadamente coincide con lo arriba dicho.

9 frigidum laboratoris regionis promontorium. Llama al “Labrador” Laborator, is que no es traducción exacta (“Labrador” se deriva probablemente de “Le bras d’or”). Promontorio Frígido está a 61 grados 15’ latitud norte. Gomara, H G, I, p. 84, párrafo XXXVIII: “cabo del Labrador’’ y p. 85; p. 28: “río Nevado que cae a 60 grados”.

10 ...a nivosis montibus quivirae provinciae. Gómara, H G, I, p. 36: “Sierras-Nevadas” están en cuarenta grados. El Dr. Hernández en unas líneas más abajo dice que los “Montes Nevosos” están a cuarenta grados latitud norte, de modo que los podemos identificar con la Sierra Nevada en California. Gómara habla de Quivira en H G, II, p. 234, y la sitúa en cuarenta grados latitud norte (p. 236); mucho se ha hablado de ella, pero su situación resulta muy imprecisa, de 24 grados 30’ a 48 grados latitud norte. Parece que Quivira y Cíbola o Síbola (como dice Gómara) estaban en lo que ahora es Nuevo México.

11 In intimum sinum fluvius miraf lores Podo maior: qui aestuariorum vocator, Axam, Tetonteacum et Tiguam amnes exonerat.

Río Miraflores, llamado de los Estuarios. Cf. Gómara, H G, I, p. 35: “De Chiametlán, por el cual pasa el trópico de Cancro... hay doscientas y cincuenta leguas hasta el estero Hondo o río de Miraflores, que cae en treinta y tres grados”. Chiametlán o Chiametla aparece en el mapa que trae don Carlos Pereyra, op. cit., p. 336; es el famoso mapa de 1541, de Domingo del Castillo, reproducido por el señor Lorenzana en su Historia de la Nueva España, 1770. En él vemos que hay tres ríos; de poniente a oriente, “Brazo del Agua”, “Río de la buena ’guía’ ” y “Brazo de Miraflores”, que desembocan en la parte más interna del Golfo de California (“In intimum Sinum” que dice el Dr. Hernández) a treinta y tres y medio grados latitud norte, más o menos la latitud de Gómara. El río aparece en el mismo lugar aproximadamente en el mapa de Andrés Homem de 1559, cuya reproducción publicó mi sabio amigo don Enrique R. Wagner, de San Marino, California, en el Quarterly of the California Historical Society, marzo de 1932, y que completa su precioso libro Juan Rodríguez Cabrillo publicado por la misma erudita sociedad en 1941. Debo ambos, como otros muchos libros valiosos, a la constante cortesía del autor, así como gran parte de lo que forma esta nota. Aprovecho la oportunidad para expresarle mi agradecimiento. En la “Carta de la Expedición de Coronado a Cíbola y Quivira” (véase G Pereyra, op. cit., p. 301) el lugar del Miraflores lo ocupa el “Río de buena agua (Colorado)” del cual es afluente el Gila. Mr. Wagner me dice: “Hoy en día se acostumbra identificar el Miraflores con el Gila, pero esto es seguramente erróneo, a lo menos en el mapa (el de del Castillo) no aparece así. En el mapa de Homem, que es posterior, el Miradores aparece como un río no muy largo, y que corresponde tal vez con lo que se conoce por Boca de Santa Clara del Colorado”.

Axa, Tetonteaco y Tigua. Gómara, H G, II, 234, dice en el capítulo CCXIII, “Quivira”: “Así que fueron (Francisco Vázquez de Coronado y su gente) a Acuco, lugar sobre un fortísimo peñol..., y Francisco Vázquez con los demás a Tiguex, que está ribera de un gran río. Allí tuvieron nueva de Axa y Quivira”; p. 235: “aquel río estando en 36 grados de la Equinoccial... Dura la nieve medio año... De Tiguex fueron en cuatro jornadas a Cicuic... Fueron de Cicuic a Quivira, que a su cuenta hay casi trescientas leguas...”; p. 236: “está Quivira a 40 grados”. Cf. mapa citado, Carlos Pereyra, I, p. 301, de la Expedición de Coronado. De la cita de Gómara se deduce que Acus y Axa son dos lugares distintos.

Don Carlos Pereyra, op. cit., p. 300, transcribe parte de la Relación de Fray Marcos de Niza donde se lee: “Habiendo dicho a los jefes que me acompañaban que aquella ciudad me parecía muy bella, me aseguraron que era la más pequeña de las siete ciudades, que Tetonteac es la más grande y la más hermosa...”

Mr. Wagner me dice: “Axam es la Axa de Gómara. Aparece en cantidad de mapas hasta 1592, según sé.”

Tetonteacum es nombre de Niza. Se usaba comúnmente para el Río Colorado. Según Niza estaba al poniente de Cíbola. Creo que apareció por primera vez en uno de los mapas de 1542 y posteriormente, mientras duró esa nomenclatura, hasta 1600, escrito generalmente Tontonteac.”

Tigua es abreviatura de Tiguex o Tigues. Es una de las ciudades a que dio nombre Coronado en el Río Grande. También aparece como río en lugar del Colorado y a veces en la costa.”

Por lo que se ve no hay datos suficientes para simar exactamente esos tres lugares, que pueden sin contradicción ser de ríos, como dice el doctor Hernández, o de las ciudades que bañaban.

12 ad insulam haitinam {sic} que sustituye a Hispaniemsem, tachado.

13 Et licet altera inter eandem insulam et Floridum Promontorium via quamvis arctior aperla sit, huic legi adstringitur, ut depositis aestibus inter iucatanum et Cubam, in Mexicanum vel Cortesium sinum perpetuo influat, natura adhuc incognitum arcanum.

La “otra vía” es el canal de la Florida. Creo que hay que suplir el sujeto de “está ceñida” y propongo “la corriente”. Éste es el Gulf Stream.

No entiendo lo de las mareas:

Gómara dice, Conquista de México, I, p. 49: “No crece sino allí {en Campeche} la mar, del Labrador a Paria; nadie sabe la causa dello, aunque dan muchas, pero ninguna satisface”; H G, I, p. 30: “...Yucatán, que es otro promontorio que sale de tierra hacia el norte, y cuanto más se mete al agua, tanto más se ensancha y retuerce. Tiene a sesenta leguas la Isla de Cuba, que le cae al oriente, la cual casi cierra el Golfo que hay entre la Florida y Yucatán, a quienes unos llaman Golfo Mexicano, otros Florido, y otros Cortés. Entra la mar en este golfo por entre Yucatán y Cuba con muy gran corriente, e sale por entre Cuba y la Florida, e nunca es al contrario”.

P. 36: “... y la mar del Norte casi no cresce, si no es de Paria al Estrecho de Magallanes y en algunas otras partes.”

P. 201: “Allí {en Paria} comienza la mar a crescer hacia el Estrecho de Magallanes, que muy poco cresce en lo que habernos costeado” (a saber: los litorales orientales de la América del Norte, Central, Panamá y del Sur hasta Paria de norte a sur).

De lo anterior resulta que depositis aestibus puede significar que la corriente fluye a pesar de las mareas; o que en esa región no se sienten o no las hay.

14 debellata me parece que debía ser debellatae para concertar con gentis.

15 Latus earumdem {Ind. Sup.} orientale Islandiam ac Britanicas Insulas prospicit, eius fines Rasum ac Frigidum sunt promontoria. Del Frígido hablo antes {n. 9}. El Raso debe ser el límite meridional oriental de la América del Norte y como el doctor Hernández hace empezar el “Istmo” a la latitud de 24 grados, 12’ {n. 8}, a esa misma más o menos en el Golfo, debiera estar el promontorio Raso y así los Promontorios Frígido y Raso forman la línea limítrofe N. S. oriental, como la Sierra Nevara y California forman la línea limítrofe N. S. occidental, véase p. 53, col. 1. Por supuesto que esto no es más que una conjetura.

hoc ab blandía quatercenta et octuaginta milliaria abest, ab hiuernia sex mille et sexcenta, totidem a Thorcyrolandiae promontorio. Las dos primeras distancias no pueden concordar entre sí. Thorcyrolandia no lo encuentro, tal vez sea Groenlandia. Gomara, H G, I, p. 28, dice que la tierra del Labrador dista 500 leguas de Irlanda, lo que no concuerda con las seis mil seiscientas millas del Dr. Hernández. La distancia a Islandia, cuatrocientas ochenta millas, seguramente está equivocada, tal vez por cuatro mil ochocientas, pero eso estaría muy exagerado, pues la verdadera distancia es de tres mil kilómetros más o menos.

16 Eorum intercapedo duorum millium el quadringentorum milliarum est. A pesar de que, como se ha visto, parece que la milla del Dr. Hernández es de cuatro por legua, igual a 1 480 metros, la distancia de dos mil cuatrocientas millas entre la Sierra Nevada y California, tomando este nombre como la punta sur de la Baja California, hoy cabo de San Lucas, resulta muy grande. Por supuesto que no es posible resolver el problema debido a la ambigüedad de las designaciones del Dr. Hernández; yo considero la distancia de un punto en la costa de la Alta California hasta el cabo de San Lucas y por los escasos elementos de que dispongo, me parece que puede ser de unos dos mil cuatrocientos kilómetros, mientras que el Dr. Hernández le asigna más de tres mil quinientos. Gomara, H G, II, p. 232 dice: “Esas sierras nevadas están mil leguas este-oeste del río de Sant Antón, que descubrió Esteban Gómez, y mil setecientas del cabo del Labrador...”

17 Inferiores indiae aptius Asiática illa chersónesus aurea dicentur. Don Carlos Pereyra, op. cit., p. 119, dice que cuando Colón exploraba la parte sureste de Cuba creyó que “Se hallaba muy cerca del Quersoneso Aureo” (Malaca). Esto está probablemente tomado de la Crónica de Bernáldez {¿cap. CXIIIP) lo que indicaría que el Dr. Hernández la había visto. Posteriormente, en su 4? viaje, Colón creía que Veragua era “la Áurea”, o sea el Quersoneso. “Carta a los Reyes”, apud Navarrete, I, 298.

18 ad alterum frigidum promontorium. Dice “el otro” recordando que ya ha hablado de la región del Labrador {n. 9}. El segundo se puede identificar con el cabo Frío por los datos de Gomara, H G, I, p. 32.

19 At ubi latissime patuere, nisi qua prospiciunt Africam (nam a promontorio sancti Augustini ad alterum frigidum promontorium pené directo littore provehuntur). No es fácil la traducción exacta de la frase, pero creo que la mía da el sentido general; no estoy seguro.

20 donee ad Magallanicum freturn accedant, et per milliaria circiter novem (quanta est freti latitude) a qnto distent orbe.

Considera que el “quinto orbe” (mundo o parte del mundo), es la Tierra del Fuego al sur del Es trecho de Magallanes de la que los contemporáneos del doctor Hernández no tenían aún noticia exacta. Desde principios del siglo existía la noción de ese “Nuevo Continente”. Véase lo que dice don Carlos Pereyra en el tomo I, p. 230, de su Historia de la América española: “En todo caso, Vespucci se desvió de la costa, y tomó el rumbo del sudeste. Una de dos: o bien quería sólo salir de la zona de los Reyes de España, a la que entraba por la inclinación de la costa, o se proponía descubrir el Continente Antartico: el Nuevo Continente”. Y todavía a mediados del siglo reinaba la misma incertidumbre. Gomara, H G, I, p. 37) dice en 1552: “Quiero decir también cómo hay otras muchas islas y tierras en la redondez del mundo, sin las que habernos nombrado; una de las cuales es la tierra del estrecho de Magallanes, que responde a oriente, y que, según su muestra, es grandísima y muy metida al polo Antártico. Piensan que por una parte va hacia el cabo de Buena Esperanza, y por la otra hacia los Malucos. Ca los de las naos del virrey don Antonio de Mendoza toparon una tierra de negros que duraba quinientas leguas, y pensaban que se continuaba con aquella del sobredicho estrecho; así que la gran deza de la tierra aun no está del todo sabida; empero, las que dicho habernos hacen el cuerpo de la tierra que llaman mundo.”

21 ... Sanctae Helene Santique Augustini promontoria… ambo latitudinis australis partes habent duas, illud octo et semissem... Es fácil ver que el pasaje latino está corrupto, pues son contradictorias las afirmaciones que ambos cabos están a dos grados latitud sur y que “aquel (illud) está a ocho y medio. La corrección no es difícil: basta poner una coma después de habent; pasar la que está entre duas e illud después de illud y poner hoc antes de octo, con lo cual concuerda con Gomara, H G, I, pp. 32 y 34, que da esas mismas latitudes, y con la realidad geográfica. El cabo Santa Elena está en Guayaquil, Ecuador.

22 Viana no puedo encontrarlo, pero como Gómara dice (H G, I, p. 34) que S. Miguel “dista 25 leguas {o sean las cien millas del Dr. Hernández} del golfo de Urava” creo que Viana es el Golfo de Urabá o de Darién en el Mar de las Antillas, Ille ad articum dice el doctor Hernández. San Miguel es donde Vasco Núñez de Balboa entró por primera vez a las aguas del Pacífico, el 29 de septiembre de 1513 (ibid., p. 145) lo que el doctor Hernández expresa diciendo: Hic clarus re et nomine ad australem oceanum partes sex ab aequatore abest.

23 Éste es el único autor español de cosas de Indias que, además de Cortés, cita el Dr. Hernández en su obra. No sé si leería la Suma geográphica del Bachiller.

24 Véase la interesantísima relación de Gomara, H G, I, cap. LX, p. 136 ss. Este muchacho fue quien reveló a Balboa la existencia del Pacífico. Las “primicias” del Dr. Hernández se explican por estas líneas de Gómara, loc. cit.: “Como Balboa oyó la otra mar abrazólo, agradeciéndole tales nuevas. Rogole que se volviese cristiano, y llamóle don Carlos, como el príncipe de Castilla que fue después emperador don Carlos. Panquiaco fue siempre amigo de cristianos, y prometió ir con ellos a la mar del Sur bien acompañado de hombres de guerra, pero con tal que fuesen mil españoles, ca le parescía que sin menos no se podría vencer Tumanamá ni los otros reyezuelos. Dijo también que si dél no fiaban lo llevasen atado, y si verdad no fuese cuanto había dicho, que lo colgasen de un árbol; y ciertamente él contó verdad, ca por la vía que dijo se halló muy rica tierra y la mar del Sur, tan deseada de muchos descubridores; y Panquiaco fue quien primero dio noticias de aquella mar, aunque quieren algunos decir que diez años antes tuvo nueva {¿del?} de Cristóbal Colón, cuando estuvo en Puerto-Bello y cabo del Mármol, que agora dicen Nombre de Dios” (op. cit., p. 138). Entiendo que el Dr. Hernández quiere decir que Panquiaco fue el primer indio bautizado en el Continente.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS