CAPITULO XI


Del modo de hazer que no canten las aves y quién fue el primero que pintó los zaquizamies y cámaras con tinta escura y pinzel. Y esparcidamente se muestran algunos admirables precios de pinturas


No se deve pasar en silencio, tratando de la pintura, una célebre fábula de Lépido. Porque en su rriunvirado, haviendo sido llevado de los magistrados a un alojamiento cercado de arboledas, otro día se quexó de ellos con amenazas por haverle puesro donde las aves le havían quitado el sueño. Pero ellos, previniendo esto, pintaron un dragón en un largo pergamino con que cercaron aquel lugar, de cuyo terror y espanto se qüenta haver callado las aves. Y así se conoció después que desta manera se podía hazer que tuviesen silencio. No se sabe con certidumbre quién haya sido el primer inventor de pintar con ceras y quemar la pintura. Algunos entienden ser invención de Arístide, y que después lo puso en perfección Praxiteles. Pero algunas pinturas deseas encáusticas, hechas con fuego y cera, se hallan más antiguas, como de Polignoto y de Nicanor y Arcesilao, de la Isla de Paro. También Lisipo escrivió, en una pintura suya en Egina, erzecausm. Lo qual es cierro que no lo hiziera si no estuviera ya en uso la pinmra encáustica. También Pámphilo, preceptor de Apelles, se dize que no solamente pintó con pintura encáustica, sino que también la enseñó a Pausia Sicionio, que fue el primero excelente en este género de pintura. Este fue hijo de Briete, y en su principio dicípulo del mismo. Este pintó también con pinzel las paredes de Thespis, quando se repararon, las quales antiguamenre havían estado pintadas de mano de Polignoto, y eotendíase baver sido muy sobrepujado en su comparación, por haver competido en arte que no era suya. Este mismo inventó también el pintar los zaquizamíes o bóbedas, y antes dél no huvo costumbre de adornar de aquella pintura los aposentos. Pintava figuras pequeñas, principalmente muchachos. Esto, dezían y interpretavan sus émulos, que lo hazía porque aquella manera de pintura era espaciosa y tarda. Por lo qual, quiriendo dar fama de su arte y de su presteza, acabó en un día una pintura, a la qual llamaron hemeresios, en que estava pintado un muchacho. Amó en su juventud a Glicera, que le hazía bien y regalo, la qual fue inventora de las coronas. Y compitiendo con su imitación, truxo aquella arre a una casi infinita variedad de flores. Ultimameote la pintó a ella sentada con una guirnalda. La qual pintura, que fue de las excelentísimas suyas, se llamó de unos Stephano Plocos y de otros Stephano Polis. Porque Glicera, vendieodo guirnaldas, havía sustentado su pobreza. L. Lúculo compró de Dionisia, en Athenas, una copia desea pintura, a la qual llaman apógrapbon, en dos talentos.

Pausias (al contrario) hizo también grandes tablas, como se vio en los pórticos de Pompeyo: el sacrificio de bueyes. Desta pintura fue el primer inventor, la qua! después imitaron muchos y ninguno la igualó. Ante todas cosas, quando quiso mostrar la longitud del buey, le pintó de frente, escorzado y no atravesado, de adonde también se conoce suficientemente su anchura y grandeza. Después desto, siendo cierto que todos los artífices las cosas que quieren que parezcan estar eminentes y relevadas las hazen blanqueando, y las mezclan y encorporan aquel color con el negro, éste hizo todo el buey de color escuro, y dé! mismo dio sombras al cuerpo, mostrando con grande arte en lo llano y igual las cosas relevadas y que están encima, y en lo quebrado y diviso todas las sólidas y enteras. Este vivió también en Sición, la qual ciudad fue mucho tiempo patria de la pintura. Después Scauro, siendo edil, pasó a Roma todas las pinturas de aquella ciudad por las rentas públicas que devía de Concejo.

Después déste se aventajó sobre todos los demás Eufránor lsthmio, en la Olimpiada ciento y quatro, y este mismo es de quien tratamos entre los escultores. Hizo también colosos y esculpió mármoles y vasos para bever: fue ingenioso y trabajador más que todos los demás, y en todo género de pintura excelente y igual. Este parece haver sido el primero que expresó y declaró las dignidades y insignias de los héroes, y el que usó la proporción y medida. Pero todos los cuerpos los hizo más delgados, y las cabezas y artejos mayores. También escrivió libros de simmetría o proporción y de los colores. Son obras suyas: una batalla a caballo; doze dioses; Theseo, del qual dixo que el que hizo Parrhasio havía sido sustentado de rosas y el suyo de carne. Las pinturas principales que hay suyas, en Epheso, son Ulixes, que con disimulada locura uncía un buey y un cavallo. Y hombres de largas vestiduras, pensativos, y el capitán envaynando la espada.

En el mismo tiempo fue también Cydias, del qua! una tabla en que estavan pintados los Argonautas la compró Hortensia, orador, por ciento y quarenta y quatro sestercios, y la hizo un templo en su aldea tusculana.

De Eufránor fue dicípulo Antídoto. De mano déste hay en Athenas uno que está con su escudo batallando y un lud1ador y un trompetero, loado entre cosas raras. Este fue más diligente que numeroso y en los colores severo, y principalmente fue famoso por un dicípulo que tuvo, el qual fue Nicias Atheniense,1 que pintó diligentísimamente mugeres. Guardó las luzes y las sombras y procuró grandísimamente que las pinturas hiziesen relieve y realce en las tablas. Son obras suyas: Nemea trayda de Asia a Roma por Silano, la qual diximos que fue puesta en la Curia; también una pintura de Baco en el templo de la concordia; Jacinto, del qual gustava tanto el emperador Augusto que le llevó consigo haviendo tomado a Alexandría, y por esta causa el emperador Tiberio dedicó esta tabla en su templo; y una Diana, y en Epheso está el sepulcro de Magabizo, sacerdote de la Diana Ephesia; en Athenas, la Nigromancia de Homero. Esta no la quiso vender al rey Athalo en sesenta talentos, antes la dio de gracia a su patria, estando muy abundante de riquezas. Hizo también grandes pinturas, entre las quales son: Calipso y lo y Andrómeda; también una excelente pintura de Alexandro en los pórticos de Pompeyo, y Calipso sentado. A éste también se atribuyen los animales de quatro pies. Retrató perros excelentísimamente. Este Nicias es de quien dezía Praxiteles, preguntándole quáles de sus obras en mármol eran las que más aprovava, dixo: Aquellas en que Nicias puso la mano; en tánto estimava sus perfiles. No se diferencia mucho otro del mismo nombre, o fue este mismo como algunos le hazen en la Olimpiada ciento y doze.

Compárase a Nicias, y tiénese por algo más aventajado, Athenión Maronites, dicípulo de Glaudón Corinthio, y siendo más áspero en el colorir, en aquella aspereza fue más agradable, de suerte que en la misma pintura resplandece su maestría. Pintó en el templo de Eleusina a Philarco, y en Athenas la freqüencia, a la qual llamaron “poliginecon”. Pintó también a Achiles escondido en hábito de donzella, que le descubría Ulixes. Y en una tabla con la qual alcanzó fama pintó un arriero con un cavallo. Y si no muriera en la juventud, ninguno se compara a él.

También tiene nombre Hcrádides Macedonio: al principio pintó naves. Y siendo preso el rey Perseo, se fue a Arhenas, a donde en el mismo tiempo estava Metrodoro, pintor y philósopho, de grande authoridad en una y en otra ciencia. Pero como L. Paulo, vencido ya Perseo, pidiese a los athenienses que le embiasen un provadísimo philósopho para que enseñase a sus hijos y también un pintor para adornar sus triumphos, eligieron los athenienses a Metrodoro, certificando ser excelentísimo para lo que deseava, en lo uno y en lo otro, lo qua!también Paulo juzgó ser así.

Timómacho de Bizancio, en tiempo del dictador César, le pintó un Ayax y una Medea, y las puso en el templo de la madre Venus, haviéndoselas vendido en odlenta talentos. El talento áttico, según Marco Varrón, vale diez y seys sextercios. Deste Timómacho también son igualmente loadas el Orestes y la Iphigenia en la provincia Táurica; y Lecithión, exercitador de la ligereza; una parentela y linage de nobles; dos hombres de hábito largo, los quales pintó que parecían querer hablar, uno en pie y otro sentado. Pero principalmente parece haverle favorecido el arte en la pintura de Gorgona.

Aristolao fue hijo y dicípulo de Pausias, y uno de los pintores severísimos, de cuya mano son Epaminondas, Pericles, Medea, la Virtud y Theseo, una imagen de la plebe atheniense y un sacrificio de bueyes.

Algunos entienden que Mechópanes fue dicípulo del mismo Pausias en la diligencia, la qual conocen solos los artífices; por otra parte es duro en los colores, pero muy copioso. Porque el Sócrates, pintura de su mano, justamente agrada a todos. Y tales son las otras pinturas suyas, que son: Esculapio con sus hijas, Higia, Egle, Panacea, Jaso y el perezoso llamado Ocnos torciendo esparto que lo va royendo un asnillo.

Hasta aquí hemos señalado los hombres insignes y famosos en entrambos géneros de pintura. No pasaremos en silencio aquellos que son próximos a los primeros: éstos son Aristódides, que pintó el templo de Apello en Delphos. Antífilo es loado por una figura que hizo de un muchacho soplando el fuego, y por una hermosa casa que se mostrava clara con la llama y la boca del mismo muchacho, y también con un obrador de lanas, en el qua! están obrando con presteza todos los oficios de las mugeres, y con la pintura de Ptolomeo cazando. Y también con la de un excelentísimo sátiro con una piel de onza, al qual llaman aposcoponte. Aristophón se hizo famoso con la pintura de Anceo, herido de un jabalí, con Astipale que le acompañava en su dolor; también con una tabla de muchas figuras en que estavao Príamo, Helena, la credulidad, Ulixes, Deíphobo y Dolón. Androbio pintó a Scila cortando las áncoras de la armada de los persas. Artemón hizo a Dánae admirándose della los pescadores, y a la reyna Stratónica y a Hércules y a Deyanira. Pero las más nobilísimas de sus obras son las que están en los pórticos de Octavia, que son: Hércules, que por consentimiento de los dioses, havieodo abrasado su mortalidad, desde el monte Oeta de los dóridos subía al cielo, y la historia de Laomedonte acerca de Hércules y de Neptuno. Alcímaco pintó a Dioxipo que en el pancracio de Olimpia, sin polvo (a lo qua! llaman acónito),2 fue vencedor. Cenón pintó medallas. Ctesilocho, dicípulo de Apelles, cobró fama con una pintura lasciva, que fue Júpiter pariendo a Baco pintado con mitra,3 y gimiendo como muger teniendo las diosas alrededor de sí por parteras. Cleón pintó a Admeto. Ctesidemo, la expugnación de Oechalia y Laodamia. Clebides ganó crédito con pintar la injuria de la reyna Stratónica, y viendo que por esto no le havía hecho ninguna honra, la pintó holgándose con un pescador, a quien se dezía que amava la reyna, y esta tabla la puso en el puerto de Epheso y él huyó dándose a la vela. La reyna no quiso se quitase, por estar retratada admirablemente la una y la otra figura. Cratero pintó algunos comediantes en un célebre lugar de Athenas llamado el Pompeyo. Eutichides un carro de dos cavallos que los regía la victoria. Eudoro es loado por la Scena que pintó. Este hizo también estatuas de bronce. Iphis fue famoso con la pintura de Neptuno y de la victoria. Abrón pintó la amistad y la concordia y los simulacros o figuras de los dioses. Leontisco a Acato, vencedor, con su trofeo, y una cantora. León pintó a Sappho. Nicearcho a Venus entre las Gracias y Cupidos, y a Hércules triste, arrepentido de su locura. Nealces a Venus. Este fue ingenioso y prudente en el arte, porque pintando una batalla nabal de los egipcios y persas, la qual quería dar a entender que havía sido en el Nilo, cuyas aguas son semejantes a las del mar, lo que no podía declarar con el arte declaró con una prueva y señal. Porque pintó un jumentillo beviendo a la ribera y un crocodilo que escondido le asaltava. Oenias pintó a Singénico. Philisco, la oficina de un pintar y un muchacho que soplava el fuego. Phalerion a Scila; Simónides a Agatarco y a Mnemosine. Simo a un mancebo reposando en la oficina de un lavador de ropa, y a uno celebrando las fiestas de Palas llamadas Quinquatro,4 y el mismo pintó una bellísima Némesis. Theodoro pintó a uno que se sonava las oarizes; el mismo pintó a Oreste matando a su madre, y a Egisto, y también pintó en muchas tablas la guerra troyana, que están en Roma en los pórticos de Philipo, y a Casandra, que está en el templo de la concordia, y a Leoncio pensativo de Epicuro, y al rey Demetrio. Theón pintó la locura de Orestes y a Thamira, músico de vihuela. Taurisco pintó a Discóbolo, a Clitemnestra, a Panisco y a Polinice pidiendo el reyno y a Capanea.

Entre éstos no se ha de quedar por dezir un insigne exemplo. Porque Erígono, moledor de colores de Nealzas, pintor, se aprovechó de tal manera en el arte y salió tan gran maestro, que dexó también un famoso y célebre dicípulo que fue Pasias, hermano de Agineta, escultor. También es cosa rara y digna de memoria ver que obras y tablas excelentes de artífices, sin acabarse, admiran y están en mayor estimación que si fueran perfectamente acabadas, como el Yris de Arístide, las tindáridas de Nicómacho, la Medea de Timómacho y la Venus que diximos de Apelles. Porque en éstas se ven las demás líneas y los mismos pensamientos de los artífices y, en la hermosura de aquello que se alava comenzado, hay dolor de no estar acabado y, las manos que lo hazían, después de muertas se desean.

Hay también hasta aora otros pintores no de poca estimación, pero que se dirán sus nombres de paso: Aristónides, Anaxandro, Aristóbulo Siro, Arcesilas, hijo de Tisícrato, Corybas, dicípulo de Nicómacho, Carmánides, de Euphránor, Dionisodoro Colophonio, Diógenes, que vivió con el rey Demetrio, Euthirnedes, Heráclides Macedonio, Midón, Soleo, dicípulo de Pyrómacho estatuario, Mnasitheo Sicionio, Mnasítimo, hijo y dicípulo de Aristónides; Nesto, hijo de Abrón; Polemón Alexandrino, Theodoro Samio y Stadio, dicípulos de Nicósthenes; Xenón Sicionio, dicípulo de Neocles. También huvo mugeres que pintaron. Timarete, hija de Nicón, pintó en una tabla a Diana que está en Epheso de antiquísima pintura. Yrene, hija y dicípula de Cratón, pintor, pintó una muchacha que está en Eleusine. Calypso pintó un viejo y un maestro de batalla llamado Theodoro; Alcístbene pintó un baylador; Aristarete, hija de Nearcho y su dicípula, pintó a Esculapio. LaJa Zizena, que fue doncella toda su vida, siendo mozo Marco Varrón, pintó rambién en Roma con pinzel. Y con cestro, en marfil, principalmente figuras de mugeres, y en una tabla grande pintó a un napolitano, y retrató su misma imagen mirándose a un espejo, y no huvo mano más ligera en la pintura que la suya, y supo tanto del arte que se aventajó mucho en el precio de la pintura de su mano al de las imágines de los más célebres pintores de aquel tiempo, que fueron Sopilo y Dionisia, cuyas tablas llenan las cámaras y salas de casas principales. También Olimpia pintó algunas cosas, de la qua! no se qüenta otra cosa sino haver sido su discípulo Autóbulo.

Es cosa cierta haver havido antiguamente dos diferencias de pintura, encáustica con cera y en marfil con cestro —éste es buril caliente con fuego—, hasta que comenzaron a pintarse las naos. Juntose este tercer modo de pintar, derritiendo las ceras al fuego, usar del pinzel, la qual pintura, en las naos, no se borra ni se deslustra con el sol ni con la sal ni vientos. También pintan maravillosamente las vestiduras en Egipto, untando los paños blancos después que están gastados, no con los colores, sino con medicamentos que sorben y embeven en sí los colores. Hecho esto, no parece la pintura en los lienzos sino haviéndolos echado en la caldera de la tinta hirviendo, y en un momento los sacan pintados. Y es cosa admirable, que escando en la caldera sólo un color, con aquél se hazen varios colores en la vestidura, mudados con la calidad de los medicamentos que recibió primero. Y después no se pueden lavar ni quitarlos, y es cierto que, si la caldera recibiera aquellos colores pintados, los confundiera, pero de uno haze muchos y los pinta mientras los cueze, y cozidas las vestiduras con el fuego se hazen más firmes que si no se cozieran.


EL INTERPRETE

1(Nicias Atheniense). Aeliano, Hist. variis, lib. 3. 2(Acóniti). Palabra griega que significa sin polvo o sin fatiga. Vide Mercurial, De arte gignastica. Dízese proverbialmente del que vence sin sudor. 3(Mitra). Vide Celio Rhodiginio, lib. 16, cap. 10. 4(Quinquatro). Hazíaose al quinto día de abril: Ovidio, Fastorum.

De otros pintores famosos y de las honras y premios que recibieron de reyes y grandes príncipes, llegando hasta nuestros tiempos, pudiera hazer un largo catálogo. Pero bastará haver hecho relación de ellos el Basari y Fr. Joseph de Sigüenza, en el tomo 3 de la historia que tan eruditamente escrivió de la religión del glorioso S. Gerónimo, donde pondera la excelencia de pinturas de S. Laurencio el Real, obra digna del gran monarca don Felipe segundo, rey de las Españas, y reputada con razón por la otava maravilla del mundo. De algunos otros que se han seguido después hizo memoria don Juan de Butrón, y de muchos que hoy viven sus mismas obras son vozes, aunque mudas, que en el atento silencio están publicando su fama.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a