CAPITULO I


Honra de la pintura


Primeramente diremos las cosas que restan de la pintura, arce antiguamente noble, en tiempos que era deseada de los reyes y de los pueblos, y que ennoblecía a aquellos que hazía dignos de que fuesen maestros de los venideros. Pero aora de todo punto se ha expelido con los mármoles y ya también con el oro, no sólo cubriendo con ello rodas las p:u-edes, pero esculpiendo también en el mármol planchas rayadas o cinzeladas con figuras de animales y de varias cosas. Ya no agradan los ábacos,1 ni las cosas que esconden grandes espacios de monee en el aposento. También comenzamos a pintar piedra, lo qual se inventó en tiempo del emperador Claudia, y en el de Nerón comenzaron a hazer vario lo que era uno,2 engiriendo en costras las manchas diversas que antes no tenían, y que el numídico3 fuese ahovado y se diferenciase con púrpura el sinádico,4 de la suerte que ellos deseavan que naciesen sus deleytes, faltando estas ayudas de los montes. Y no cesa de hazer esto la superfluydad, para que se pierda y destruya mucho con los incendios.


EL INTERPRETE

1(Abacos). Tablas quadradas, de mármol. Vitruvio, lib. 7, cap. 3. 2(Hazer vario lo que era uno). Porque agradava el mármol vario o jaspe, careciendo dél lo fingían. 3(Mármol numídico). Contado entre los más famosos; llamado, de Apiano, pedernal líbico. 4(Sinádico). De Sinada, ciudad de Caria.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a