CAPITULO II


Géneros de cobre: quáles son corinthios, quáles deliacos y quáles aeginéticos


Házese también de otra piedra, a la qual llaman chalcite1 en Cipro, adonde fue la primera invención del cobre. Después se vino a estimar en muy poco, haviéndose hallado mucho mejor en otras tierras, principalmente el orichalco, el qual mucho tiempo fue tenido por el mejor y más admirable. Y ya ha muchos años que no se halla haverlo produzido la tierra. Cerca no a esto en bondad fue el salustiano en los Alpes, en tierra de los centrones. Pero tam poco éste duró mucho tiempo. Sucedió a éste el liviano, en Francia, y uno y otro tomó el nombre de los señores de los metales, aquél de Salustio, amigo del emperador Augusto, y éste de su muger. Aquél se acabó presto y también del liviano es cierto que se halla muy poco. Toda la estimación ha venido a tener aora el mariano, el qua! se llama también cordubense. Este, después del liviano, chupa o sorbe mucho la cadmia y imita la bondad del orichalco en los sextercios y d ipondiarios, estando los ases contentos con su cobre ciprio. Hasta aora dura la nobleza natural del cobre. Los demás géneros son artificiosos, de los quales trataremos en sus lugares, mostrándolos ante todas cosas con mucha claridad.

Antiguamente se mezclava el cobre confusamente con el oro y con la plata: pero el arre era más estimado. Aora es cosa incierta si es peor el arte o la materia. Y es cosa admirable que, haviendo crecido casi infinito los precios de las obras, ha fenecido la autoridad del arce, porque lo que solía usarse por gloria es cierro haverse comenzado a usar por ganancia, como todas las cosas. Por esto también fue atribuyda a obra de los dioses, quando los hombres excelentes pretendían por esta vía alcanzar gloriosa fama: pero de tal manera se dexó de usar el modo y orden de hundir precioso cobre que ya ha mucho tiempo que aun la fortuna no tiene derecho de arte en el cobre (no pudiendo engrandecer con él a ninguno). Pero de aquella antigua gloria es grandemente loado el corinthio. Esto lo mezcló el caso o fortuna, siendo abrasada la ciudad de Corintho quando la tomaron. Y es admirable cosa quán deseado fue de muchos, porque se cuenta que por ninguna otra causa fue desterrado de Marco Antoni.o Verres, al qual havía condenado Cicerón, sino porque negava que no le havía de ceder a él en los vasos corinthios. Pero a mí me parece que la mayor parte de aquellos autores encubrieron esta ciencia, más por diferenciarse ellos de los otros que por entender haver allí alguna cosa más sutil, y esto lo mostraré en pocas palabras. Corintho2 fue tomada el tercero año de la Olimpiada ciento y cincuenta y seis, y de la fundación de nuestra ciudad seiscientos y ocho, quando ya un siglo antes havían faltado los excelentes y nobles maestros, y dellos llaman los de aora todas sus obras corintias, por lo qual para concluirlos pondremos las edades de los artífices. Porque los años de nuestra ciudad se podrán colegir fácilmente de la computación sobredicha de las Olimpiadas. Son, pues, vasos corinthios solamente aquellos que aora, estos más elegantes y sutiles artífices del metal, transfieren a platos de la comida, y algunas vezes a candeleros y otras a vazines, con ningún respeto de la limpieza. Hay desee metal tres géneros: uno blanco, muy cercano en el resplandor a la plata, en que prevaleció aquella mixtura; otro que tiene la naturaleza rubia del oro, y el tercero que tiene igualmente la templanza de todos. Fuera déscos, hay otro del qua! no se puede dar la razón, aunque la forruna hecha por manos del hombre da a las estatuas y a otras figuras aquel temperamento precioso con su color, que se indina y casi tiene apariencia de hígado, y por esto le llaman hepátizon, y es muy diferente del corinthio; pero mucho antes fue el aeginérico y el deliaco, Jos quales tuvieron mucho tiempo el primer lugar. La fama del cobre deliaco fue antiquísima, porque todo el mundo celebrava su feria y mercado en Delo, y por esto havía cuidado de labrar en las oficinas pies de mesas y de camas. Allí fue la primera nobleza del cobre. Vino después a que se labrasen dél las estatuas de los dioses y figuras de hombres y de otros animales. Después déste fue loado el aeginético. No engendra la misma isla el cobre, pero es ennoblecida por la templanza de las oficinas en que se labra. Un buey de cobre traído desea isla está en Roma, en la plaza Boaria, y éste es el exemplar y muestra del cobre aeginético; pero del deliaco es la estatua de Júpiter, que esrá en el Capitolio en el templo del atronador Júpiter. De aquel cobre usó Mirón y déste Policleto, que fueron iguales y condiscípulos: pero la emulación y competencia estuvo en la materia.


EL INTERPRETE

1(Chalcite). Esta chalcite es diferente de la que escriven Dioscórides y Galeno, porque a ésta la llama Plinio piedra y la otra parece algún humor congelado como el alumbre y, así, puesta en el fuego, cueze y se levanta como espuma. De la chalcite de Plinio, lapídea, escrive Andreas Cesalpino, De metalicis, libro 1, cap. 23. 2(Corintho). Fue ganada Corinthio el mismo año que Carthago, por Lucio Mummio; cuenta esta guerra, llamada átrica, Justino, libro 34, y Lucio Floro en el 2, tít. 16, y Eutropio, libro 4, cap. 3. El qual, juntamente con la ruina de Corinthio, haze relación del cobre y vasos corimhios.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a