CAPITULO V


Remedios que se toman de los pescados distribuydos por las enfermedades, y primeramente contra los venenos y contra animales venenosos


Ya diximos adónde nacía miel venenosa. Su remedio es comer el pescado aurada.1 O si de la miel sola por sí viniese a haver fastidio o crudeza, que fuese gravísima. Escribe Pelops ser antídoto el galápago cozido, cortados los pies y la cabeza y la cola. Apeles dize que el scinco. Qué sea el scinco, ya lo diximos, y muchas vezes quán dañoso sea para los menstruos de las mugeres. Contra todas escas cosas aprovecha (como diximos) el pez mullo. También contra la pastinaca y escorpiones terrestres y marinos, y contra los dragones y falangios, aplicado en linimento o tomado en la comida. La ceniza de la cabeza del mismo aprovecha contra todos los venenos, y particularmente contra los hongos. Afirman no poderse dar malos medicamentos, o no poder dañar, fixando la estrella marina bañada con sangre de raposa al umbral superior, o con un clavo de metal a la puerta, y curar las heridas del dragón marino y de los dragones con su carne puesta encima. También sanan las mordeduras de arañas. En suma el jugo déstas, cozidas, sacadas del caldo, se tiene por eficacísimo contra todos los venenos que son dañosos con la bevida o picadura o mordedura. También, guardados los pescados, son medicinas, y la comida de su salmuera aprovecha a los heridos de serpiente y contra las punturas de bestias venenosas, beviendo tras ello vino puro, de suerte que la comida se bomite a la tarde. Y particularmente aprovecha a los heridos de la chálcide y ceraste, y contra las que llaman sepas y elape y dispas. Contra los escorpiones se toma más cantidad, pero aprovecha no bomitar la salmuera, de suerte que se sufra la sed: y conviene ponerla sobre las llagas. Contra las mordeduras de los crocodilos es cierto no haver más presto remedio. La sardina aprovecha particularmente contra la mordedura del préster. También se ponen salmueras sobre las mordeduras del perro rabioso: y aunque las llagas no hayan sido quemadas con fuego y evacuados los cuerpos con clísteres, sólo esto por sí es suficiente. También, mezcladas con vinagre, se ponen sobre las mordeduras del dragón marino. Y el mismo efeto haze el cybio. También el mismo dragón marino aprovecha contra el veneno de su espina con que hiere, puesto sobre la herida, o todo su cerebro. El jugo de las ranas marinas, cozidas en vino y vinagre, se beve contra los venenos y contra el de la rubeta, y contra las salamandras. Las de río, si se comen sus carnes o se beve el caldo de las cozidas, aprovechan contra la liebre marina y contra las sobredichas serpientes, y en vino contra los escorpiones. Demócrito escrive que si alguno quitare la lengua a una rana estando viva, sin que esté pegada a ella otra parte del cuerpo y, dexando la rana en el agua, pusiere la lengua sobre el pecho donde palpita el corazón a una muger estando dormida, responderá la verdad a todo lo que la preguntaren. Añaden otras cosas los magos, que, si fuesen verdaderas, mucho más provechosas serían a la vida humana las ranas que las leyes.2 Porque pasando por la boca la natura de la rana hincada en una caña, y fixándola el marido en los menstruos de la muger, dizen que la haze aborrecer los adulterios. Puestas las carnes de las ranas con el anzuelo, es cierto que particularmenre atraen a sí las púrpuras. Dizen que el hígado de la rana está dividido en dos, y que conviene echarle a las hormigas, y aquella parte que apetecen y llegan a comer tienen por antídoto contra todos los venenos. Hay unas que solamente viven entre espinas, y por esto tienen por nombre rubetas, a las quales llaman los griegos phrynos: éstas son las mayores de todas, y tienen dos como cuernos y están llenas de venenos. Déstas escriven los autores opuestamente cosas admirables. Dizen que, echadas entre la muchedumbre de gente, hazen que tengan silencio. Y que echado un huesezillo que tienen en el lado derecho en agua hirviendo, se enfría el vaso y no hierve después sino sacado della, y que se halla este hueso dando la rana a las hormigas, para que se coman su carne, y después echando cada hueso en un vaso. Y que en el otro lado tienen otro hueso, que echado en agua parece que hierve, y a éste llaman apocynon. Estos huesos dizen que refrenan los ímperus de los perros, incitan y mueven a amor y, dados en bevida, causan contiendas y riñas. Traído ligado, mueve a luxuria y, mudándole del lado derecho, dizen refrigerar el fervor y encendimiento. También dizen que con éste, ligado en un pellejuelo de cordero fresco, se sanan las quartanas y otras calenturas, y que con él se refrena el amor. También dizen que el bazo destas ranas ayuda contra los venenos que se hazen dellas mismas. Pero que también el corazón es más eficaz. Hay una culebra que vive en el agua, de la cual los que cazan crocodilos, teniendo la enjundia y hiel, dizen los ayuda admirablemente para no ser ofendidos de aquellas bestias, porque no se atreven contra ellos y aun más eficazmente si mezclan con ello la yerva potamogiton. Los cangrejos de río frescos, triturados y bevidos en agua, o su ceniza conservada, aprovechan contra todos los venenos y particularmente contra las picaduras de los escorpiones con leche de jumentas o, si no huviere ésta, con leche de cabras o con otra qualquiera. También conviene añadir vino. Triturados con alvahaca y aplicados a los alacranes, los matan. La misma fuerza tienen contra las mordeduras de todos los animales venenosos, y particularmente contra el scital y culebras y contra la liebre marina y contra la rana rubeta. Su ceniza guardada, bevida aprovecha contra los temores de aquellos que han sido mordídos de perros rabiosos. Algunos mezclan la genciana y lo dan en vino. Pero si ya los ha ocupado el temor, hechos pastillas con vino, mandar que las traguen así enteras. Dizen los magos que, ligados diez cangrejos con un manojo de alvahaca, se juntan en aquel lugar todos los escorpiones que por allí hay: y sobre las heridas de los escorpiones ponen los mismos cangrejos o su ceniza con alvahaca. En todas estas cosas aprovechan menos los cangrejos marinos, como escrive Trasillo, y dize que ninguna cosa es tan contraria a las serpientes como los cangrejos, y que los puercos heridos dellas se curan comiéndolos. Quando está el Sol en el signo de Cancro, dizen que son atormentadas las serpientes. También las carnes de las conchas de ríos, crudas o cozidas, resisten a las picaduras de los escorpiones. Por esta causa las guardan también algunos saladas, y las ponen sobre las mismas heridas o llagas. Los pescados llamados coracinos son particulares del río Nilo: pero estas cosas yo las muestro a todas las tierras y provincias del mundo. Sus carnes, aplicadas, tienen fuerza contra las picaduras de los escorpiones. Entre los venenos de los peces se cuentan las espinas del lomo del puerco marino, con gran tormento de los que ofenden: y es el remedio el lodo hecho de lo demás del cuerpo deseos peces. A los que temen el agua por la mordedura del perro rabioso, untan el rostro con enjundia de becerro marino. Más eficazmente si se mezcla con médulas de hiena y azeite de lentisco y cera. Las mordeduras de la murena se sanan con la ceniza de su misma cabeza. Y la pastinaca es remedio contra su picadura, haziendo linimento con su ceniza o la de otra desatada en vinagre. Para haverla de comer se deve quitar del lomo codo lo que es semejante a azafrán y toda la cabeza: y ésta y codos los pescados cubiertos de concha se han de lavar moderadamente para comerse, porque se pierde el buen gusto de su sabor. Los hippocampos, bevidos, ahogan y deshazen el veneno de la liebre marina. Los erizos marinos aprovechan grandemente contra el doricnio, y principalmente tomado su caldo, a los que huvieren bevido zumo de carpathio. Y el caldo del cangrejo marino, cozido, se tiene por eficaz contra el doricnio.


EL INTERPRETE

1(El pescado aurada). O dorada. 2(Que las leyes). Agudamente haze burla Plinio de los magos y de sus desatinos.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a