CAPITULO XI


De la naturaleza de las esponjas


Ya dixirnos, tratando de la naturaleza de los pescados marinos, las especies que hay de esponjas. Algunos las diferencian desea manera. Unas déstas entienden ser machos, que embeven el licor con delgadas canales y son más espesas, y que entre las cosas de gusto las tiñen, y algunas vezes de púrpura. Otras dizen ser hembras, que tienen mayores canales y continuadas. De los machos hay unas más duras, a las quales llaman tragos, con delgadísimas canales y durísimas. Házense blancas con cuidado y diligencia, tomando de las blandísimas las recientes y tiñéndolas en el estío con la espuma de la sal, puestas a la luna y a las escarchas bueltas hazia arriba, esto es, por la parte que estuvieron asidas a los peñascos, para que bevan y reciban la blancura. Ya mostramos ser animal, y también se muestra con la sangre que vemos quedar pegada. Algunos dizen que también se goviernan por el oído, y que al sonido se encogen y esprimen la abundancia de humor, y que no las pueden arrancar de las piedras y por esto las cortan y despiden sangraza. Fuera deseo prefieren a las demás aquellas que se engendran hazia el septentrión. Y afirman los médicos que en ninguna parte las dura más el espíritu: y que así aprovechan a los cuerpos, porque mezclan su espíritu con el nuestro y por esto se han de aplicar las más recientes y más húmedas; pero menos aprovechan en agua caliente, y menos puestas untadas o estando untados los cuerpos, y las mazizas se aplican menos. De las más tiernas se hazen pinzeles, que alivian los tumores de los ojos puestos sobre ellos, mojados en vino mulso. Los mismos son utilísimos para limpiar las lagañosas cegueras, y éstos conviene que sean delgadísimos y blandísimos. Las mismas esponjas, mojadas en posca sobre los ojos lagrimosos y en vinagre caliente para los dolores de cabeza. En lo demás las esponjas frescas resuelven, ablandan y mitigan. Las antiguas cierran las heridas.1 Usanse para limpiar, fomentar y cubrir después de haver fomentado, mientras se pone encima otra cosa. También puestas encima secan las llagas húmedas y antiguas. Foménranse utilísimamente con esponjas las fracturas y heridas. Embévese en ellas la sangre quando se corta alguna parte, para que se pueda ver la curación. Las mismas se ponen también sobre las inflamaciones de las heridas, unas vezes secas, otras roziadas con vinagre, otras con vino, otras con agua fría. Aplicadas con agua llovida no dexan que se hinchen las cisuras o cortaduras frescas. Pónense también sobre partes enteras, pero que padezcan ocultos corrimientos que se hayan de resolver. Y sobre las que llaman apostemas, untándolas primero con miel cozida. También sobre los artejos, unas vezes mojadas en vinagre salado, otras vezes en posca. Si el ímpetu del humor es hirviente, en agua. Las mismas se ponen sobre los callos, mojadas en agua salada, y contra las picaduras de los escorpiones, en vinagre. En la curación de las heridas, sirven en lugar de lana suzia, quando con vino y azeite, quando con solas ellas. Hay esta diferencia, que las lanas ablandan y las esponjas aprietan y arrebatan lo vicioso de las llagas. También se ligan secas alrededor del vientre de los hidrópicos, o mojadas en agua tibia o posca, según conviene cubrir o secar el cuero con más blandos medicamentos. Aplícanse también sobre aquellas enfermedades que conviene evaporarse, roziadas con agua hirviendo y esprimidas entre dos tablas. Así también aprovechan puestas sobre el estómago, y en la calentura, contra los ardores demasiados. Pero, a los que padecen bazo, con posca y, en las erisipelas, con vinagre, son más eficaces que otro remedio y conviene ponerlas de suerte que vengan también a cubrir espaciosamente las partes sanas. Mojadas en vinagre o en agua fría, restañan el profluvio de sangre. En agua salada caliente, mudada muchas vezes, quitan el cardenal reciente hecho con golpe, y en posca la hinchazón y dolor de los testículos. Desmenuzadas y mojadas en vinagre o agua fría o miel, se aplican útilmente a las mordeduras de los perros, bañándolas muchas vezes. La ceniza de la esponja africana, con zumo de puerro seccivo, cornada en una bevida de agua fría y sal, aprovecha a los que escupen sangre. La misma ceniza, puesta por linimento en la frente o con azeite o con vinagre, quita las tercianas. Particular menee las esponjas africanas, con posca, resuelven los tumores. Pero la ceniza de todas, quemadas con pez, reprime la sangre de las heridas. Algunos, para este efeto, queman solamente las ralas con pez. Y por causa de los ojos se queman en una olla de barro cruda, y aprovecha mucho aquella ceniza contra las asperezas de los párpados de los ojos y contra las carnes crecidas. Y para codo lo que allí es necesario restringir, espesar y llenar, y para este efeto es mejor lavar la ceniza. También sirven en lugar de estropajos, de rodillas, de lienzos para fricar los cuerpos enfermos, y defienden conmodamente las cabezas contra el sol. Los médicos, por ignorancia, las reduxeron a dos nombres: africanas, de las quales es más firme su fuerza, y rhodias, que son más blandas para fomentar. Pero aora se hallan blandísimas junco a los muros de la ciudad de Ancipheli. Trogo escrive que, junco a Licia, nacen pinzeles blandísimos en lo alto del mar, donde han sido arrancadas esponjas. Polivio dize que, colgadas sobre el enfermo, hazen que tenga las noches más quieras.

Aora tornaremos a los animales del mar y de las aguas.


EL INTERPRETE

1(Las antiguas cierran las heridas). Otros leen: “mitigan y cierran las heridas, lo qual no hazen así las antiguas”.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a