CAPITULO XII


Para los defetos del rostro y enfermedades del pecho


Tienen por cierto que se desarruga el cuero del rostro y se ablanda y guarda su blancura con la leche de borrica, y es cosa sabida fomentarse algunas cada día con ello, teniendo guardadas para esto número de quinientas. Esto instituyó Popea, muger de Nerón emperador, templando también así el asiento de los vaños, para lo qual llevavan adonde quiera que iva hatos de borricas. Los ímpetus de flegma que sale al rostro se quitan con unción de manteca, y más eficazmente mezclada con albayalde. Pero con sola ella se quitan los vicios y defetos que van cundiendo, echando después sobre ella harina de cevada; las llagas del rostro se curan con la tela o membrana húmeda del parto de la vaca. Parecerá cosa frívola, pero no se puede dexar de dezir, por satisfazer a los deseos de las mugeres. El talón del novillo blanco, cozido en agua quarenta días y noches hasta tanto que se deshaga, y aplicado por linimento con un lienzecico, pone blanco y lustroso el cuero y sin rugas. Dizen que con el estiércol del toro quedan rojas las mexillas y que no es mejor ponerlas por linimento el del crocodilo, pero mandan fomentarlas antes y después con agua fría. El estiércol de becerro con azeite y goma, mezclado con la mano, enmienda las estuaciones, y las cosas que mudan el color del cuero, y el sebo del becerro o buey, con enjundia de ansar y zumo de albahaca, las llagas y crietas de la boca. Hay también para lo mismo otra mistura, de sebo de becerro con médula de ciervo y hojas de blanca espina trituradas. El mismo efeto haze también la médula con resina, o si fuere de vaca, y el caldo de la carne de vaca, la cola hecha de miembros genitales de becerro desatada con vinagre y con azufre vivo, mezclándolo con un ramo de higuera, cura excelentemente los empeines de la boca, aplicándola fresca por linimento dos vezes al día. También cozida con miel y vinagre cura las lepras, y también las quita el hígado caliente aplicado por linimento: como quita la elephancia la hiel de cabra, y la del toro las lepras y salvados, sola o añadiendo a ella nitro; la orina del asno cerca del nacimiento de la Canícula las manchas del rostro; la hiel de uno y otro desatada por sí en agua, guardándose de los soles y de los vientos después de mudado el cuero. Semejante efeto haze el sebo de toro o la hiel de becerro con simiente de cunila, y ceniza de cuerno de ciervo, si se quema en el nacimiento de la Canícula. Con el sebo de asno se restituye grandemente el natural color a las cicatrizes, empeines y lepras; la hiel del cabrón mezclada con queso y azufre vivo y ceniza de esponja, de suerte que renga grueso de miel, quita las manchas y pecas del rostro. Algunos quisieron más usar de hiel añeja, mezclada con salvados calientes en cantidad de un óbolo y quatro de miel, haviendo primero fricado las manchas; también es eficaz su mesmo sebo, mezclado con melancio y azufre y lirio. Para las crietas de los labios, con enjundia de ansar y médula de ciervo y resina y cal. Hallo entre los aurhores que se les niega el uso de los sacrificios de la magia a aquellos que tienen manchas o pecas. Con leche de vacas o de cabras se alivian las fauces y tragadero ulcerados. Gargarizase tibio como se ordeña, o calentado. La leche de cabras es más provechosa cozida con malvas y un poco de sal. A la exulceración de la lengua y del tragadero aprovecha gargarizar el caldo de gordura de tripas, y a las fauces aprovechan particularmente los riñones de la raposa secos, triturados con miel y aplicados en linimento; a la esquilencia la hiel de toro o de cabra con miel. El hígado del tejón en agua enmienda el mal olor de la boca, y la manteca las llagas. Haviéndose hincado en las fauzes alguna espina o otra cosa, fricándose por de fuera con estiércol de tejón, dizen que se despide fuera o cae y se resvala adentro;1 la hiel de jabalí o de vaca, tibia y aplicada por linimento, resuelve los lamparones. El quajo de la liebre, desatado en vino solamente, se pone sobre los ulcerados en un pañico. También los resuelve la ceniza de la uña del asno o del cavallo, desatada en azeite y agua; y la orna caliente y la ceniza de la uña del buey, en agua; también su estiércol, hirviendo en vinagre. También el sebo de cabras con cal o el estiércol cozido en vinagre, y los testículos de la raposa. Aprovecha también el jabón; esto fue invención de los franceses para enrubiar los cabellos, y házese de sebo y ceniza. Es bonísimo el que se haze de ceniza de haya y sebo de cabra, y házese de dos maneras: espeso y líquido;2 uno y otro, entre los alemanes, es más usado de los hombres que de las mujeres. Los dolores de las cervices se quitan fricándolas con manteca o enjundia de oso, y los rigores con sebo de buey; el qual aprovecha también a los lamparones, mezclado con azeite. Aligera el dolor inflexible (llámanle opisthótono) la orina de cabra infundida en los oydos o su estiércol hecho linimento con cebollas; la hiel de qualquiera animal sana las uñas magulladas, ligada al rededor; la hiel de toros, desatada con agua caliente, los padrastros o pellejuelos que se levantan alrededor de las uñas. Algunos añaden azufre y alumbre, igual peso de cada cosa. El hígado del lobo en vino tibio sana la tos, y la hiel de oso, mezclada con miel, o la ceniza de las puntas de los cuernos de vaca o la espuma de la boca del cavallo, y beviéndola por tres días, dizen que se le da fin. El pulmón del ciervo con su caña, seco al humo y después pistado con miel, y tomado cada día como lamedor. Para esto es más eficaz los punzones de un género de ciervos que no tienen ramos. Para los que escupen sangre, la ceniza del cuerno del ciervo, el quajo de la liebre en cantidad de la tercia parte de un denario, bevido con tierra samnia y vino de arrayhán, los sana, y la ceniza de su mismo estiércol bevido por la tarde en vino quita h tos noturna; también los pelos de la liebre en sahumerio sacan de los pulmones las flemas dificultosas de escupir; pero, para las llagas con materia del pecho y del pulmón y para el mal olor que sale dél por el aliento, ayuda eficacísimamente la manteca cozida con ygual cantidad de miel ática hasta que se ponga bermeja, y tomada por las mañanas cantidad de una cucharada. Algunos quisieron más añadir, en lugar de miel, resina de lárice. Si se echa sangre del pecho tienen por eficaz remedio la sangre de buey tomada en poca cantidad y con vinagre, porque, tomar la de coro, creerlo es cosa temeraria. Pero en la excreción antigua de sangre se beve cantidad de tres óbolos de cola hecha de toros, con agua caliente.


EL INTERPRETE

1(Se resvala adentro). Porque con su molesto olor causa vehementes vómitos con que se despide. 2(Espeso y líquido). Jabón espeso házese aora de dos partes de lexía fuerte y dura y una de sebo de carnero, y el jabón blando de dos partes de la mesma lexía y una de azeite, y la lexía se haze de dos partes de ceniza de matas de habas y una de cal.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a