CAPITULO VIII


Del plátano, frexno, acere, álamo blanco, olmo, texa, saúco y enebro


Son los plátanos contrarios a los murciélagos; sus píldoras bebidas en vino, peso de cuatro denarios, curan la ponzoña de todas las serpientes y escorpiones y también las quemaduras. Y molidas con vinagre fuerte, principalmente scylítico, detienen cualquier flujo de sangre, pecas y cancros, y enmienda las negruras antiguas. Añadida miel en las hojas y cortezas, unctan los apostemas y engendramientos de materias, y también con su cocimiento y el de su corteza. Es remedio contra el mal de los dientes; sus hojas más tiernas, cocidas en vino blanco, al mal de los ojos; el flueco de sus hojas es inútil a los oídos y ojos. La ceniza de sus píldoras sana las quemaduras de fuego y de frío; la corteza en vino sana las heridas de los escorpiones.

Ya diximos la fuerza que tiene el fresno contra las serpientes. Tienen sus hojas cierta simiente con que curan los dolores del hígado y lados; en vino sacan el agua de la hidropesía y descargan el cuerpo muy grueso, adelgazándose poco a poco. Majadas las mismas hojas y desleídas en vino y dadas a beber, según la proporción de las fuerzas, de manera que se den al muchacho cinco dellas en tres ciathos de agua, y los más robustos siete en cinco cyathos de vino. No se deve dexar de dezir que sus raeduras y escofinaduras dizen muchos haverse de huir.

La raíz del azere, mojada, se pone con grande efecto en los dolores de hígado.

Ya declaramos el uso de las uvas del álamo blanco en los ungüentos. Su corteza, bebida, aprovecha a la ciática y estranguria; el zumo de las hojas calientes, al dolor de los oídos. No teman descocimientos los que tuvieren en la mano una vara de álamo blanco. Entre los álamos negros o chopos, se tienen por más eficaces los candiotes. Su simiente es provechosa en la gota coral. Echan éstos alguna poca de resina, de la cual usan en los malagmas. Sus hojas cocidas en vinagre se ponen en las podagras; el liquor que corre de sus concavidades quita las verrugas, pápulas y descocimientos del cuerpo. Llevan también los álamos en las hojas gotas de que hazen las abejas la propolis. Una gota del agua de la propolis es eficaz remedio mezclada con agua.

Tienen las hojas, corteza y ramos del olmo fuerza de espesar y de cerrar las heridas. La tela interior de la corteza aplaca la lepra, y las hojas unctadas con vinagre, peso de un denario de la corteza, bebido en una hémina de agua fría, purga el vientre y evacúa principalmente flegma y agua. Pónese también su lágrima en los apostemas, heridas y quemaduras, todo lo cual conviene fomentar con su cocimiento. El humor que se halla en los folículos deste árbol da lustre al cuerpo y haze el rostro más agradable. Los pimpollos primeros de sus hojas, cocidos en vino, sanan las hinchazones y los sacan por fístulas.

Lo mismo hazen las cortezas de la teja.a Muchos creen ser su corteza, mascada, provechosísima a las llagas, y sus hojas, majadas y rociadas con agua, a la hinchazón de los pies. También el humor, como diximos, que sale de la médula deste árbol castrado hazen nacer cabellos, puesto en la cabeza, y, cuando se caen, los detiene. El árbol de la teja, majado livianamente, es para todo, casi lo mismo que el acebuche, provechoso, pero están solamente en uso las hojas y para las llagas de la boca de los niños, mascadas; cocidas provocan urina, detienen la regla unctadas, y quitan, bebidas, la sangre.

Tiene el saúco otro género más silvestre que llaman los griegos chameacte y otros helio,b mucho más corto. El cocimiento en vino añejo de las hojas, simiente o raíz de cualquiera dellos, bebido hasta quantidad de dos cyathos, aunque es inútil al estómago, evacúa el agua del vientre y refrigera la inflamación, y principalmente de las quemaduras frescas, y curan las mordeduras de los perros aplicadas con polenta sus más tiernas hojas. Su zumo ablanda las colecciones {fluxiones} del cerebro y particularmente de la tela que está a par del cerebro infundido en ella. Sus uvillas, las cuales son más flacas que lo demás, tiñen los cabellos. Bebidas, medida de un acetábulo, provoca urina. Sus hojas más tiernas se comen con sal y con azeite para purgar cholera y flegma. Para todo es más eficaz el menor, que llaman yezgo. Bebido dos cyathos de la raíz cocidos en vino, purgan los hidrópicos, ablandan la madre asentándose sobre ellas y sobre el cocimiento de sus hojas. Los vastaguillos tiernos de los más mansos saúcos cocidos en cazuelas purgan el vientre. Sus hojas bebidas en vino resisten a las heridas de las serpientes y aprovechan a los podágricos en gran manera sus callos, unctados con sebo de macho. Los mismos se echan en agua a remojar para matar, regando con ella el aposento, las pulgas. El cual, si se majare con el cocimiento de sus hojas, mueren también las moscas.

Llámase boa la enfermedad de las pápulas cuando se pára bermejo el cuerpo; hieren al enfermo con un ramo de saúco. Su corteza interior, molida y bebida en vino blanco, relaja el vientre.

Caliente, más que todas las otras cosas, es el enebro y adelgaza, el cual es semejante al cedro. Hay de él dos especies: una mayor y otra menor; ambas, encendidas, ahuyentan las serpientes. Su simiente es provechosa a los dolores del estómago, pecho y lado; desbaratan las hinchazones y resfriamientos; cuécese la tose y durezas. Unctado, reprimen las hinchazones, y el vientre bebidas en vino tinto sus bayas. Iten, los tumores del vientre, unctadas; mézclanse también en los antídotos oxíparos o que despiertan apetito; provocan urina y alcoholan con ellas los ojos en las epiphoras. Danse a los espasmados, rotos, males de madre, dolores de tripas y sciáticas, bebidas en vino blanco, cuatro píldoras, o 20 cocidas en vino. Algunos unctan el cuerpo con su simiente para ahuyentar las serpientes.



a. Por tilo.

b. O heblio, Sambucus ebulus L.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2