CAPITULO V


A cuáles solos, y no a otros, se conceda esta corona


Concedióse esta corona a Lucio Sicco Dentudo una vez, después de haver merecido 14 cívicas y peleado en 120 batallas, saliendo de todas vencedor; tanto es cosa más rara ser premiado de los guardadosa un libertador. Algunos generales la recibieron más vezes, como Publio Dedo, tribuno de los soldados del exército: la una, de los que havían estado sitiados en el presidio o guarnición, confesando cuánta fuese el autoridad desta honra con religión, porque dándole un buey blanco le sacrificó a Marte con otros 100 roxos que le havían sido dados juntamente, por causa de su valor, por los cercados. Después, este Decio, siendo cónsul, y teniendo un compañero muy mandón, se ofreció a la muerte por la victoria.

Fue también dada del Senado y pueblo romano —no creo haver entre las cosas humanas alguna más esclarecida y sublime que ésta— a aquel Fabio que restituyó toda la suma e importancia romana sin pelear, no le haviendo sido concedido cuando libró al capitán del dictadorb y a su exército. Entonces le estuvo mejor ser con nombre nuevo coronado, llamándole “padre” aquellos a quien havía librado. Pero fue honrado con la aprovación {y} unánime parecer que havemos dicho, echado Aníbal de Italia, la cual sola corona ha sido hasta el día de hoy puesta por las manos del mismo imperio y, lo que le es a él solo proprio y peculiar, sola dada de toda Italia.



a. Por sitiados, salvados.

b. Minucio Rufo.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2