CAPITULO XII


Del cuidado que se ha de tener de

las abejas;

de su pasto, enfermedades

y remedios


Pero mucho convienen con los jardines y manera de las coronas las colmenas y abejas, cosa de principal ganancia y en que se ahorran muchos dineros cuando sucede como se desea. Por causa pues déstas convendrá sembrar tomillo, torongil, rosas, violetas, azucena, cytiso,1 havas, arbejas, axedrea, dormideras y coniza, meliloto, torongil y cerinthe.2

Es el cerinthe de hojas blancas encorvadas, y de largo de un cobdo y cabeza cóncava, que encierra dentro de sí miel. De la flor de éste son ellas muy cobdiciosas y también de mostaza, lo cual es de maravillar, pues todos entienden no tocar la flor de las olivas y por tanto es mejor que estén estos árboles lexos, como convenga por el contrario plantarse algunos muy cerca, los cuales combiden a las enxambres que se van y no consientan que se alejen mucho. También conviene cortar el cerezo silvestre porque gustada su flor se mueren de cámaras. El remedio es serbas majadas y deshechas en miel, y urina de hombres o de bueyes o granos de granada rociados con vino amíneo. Por el contrario les es muy agradable que se siembre retama a la redonda del colmenar.

Cosa es digna de admiración y de que se cuente lo que he hallado escripto de sus mantenimientos:

Baña el Po a Hostilia, aldea; los moradores de ésta, faltando cerca el pasto, ponen las colmenas en los navios y llévanlas de noche por cinco mil pasos el río arriba de su estancia.

Y con todo esto, saliendo por la mañana de sus corchos, en haviéndose mantenido, buelven cada día a las naos aunque se mude lugar, hasta que oprimidos los navios de la carga se entiende estar llenas las colmenas, y ansí bueltas a su sitio se castran.



EL INTERPRETE


1(Cytiso). Conócese esta planta en Hespaña. 2(Cerinthe). Esta llama Virgilio ignobile gramen y se cree ser la que los franceses nombran pasqueta por sustentar las colmenas después que produce sus cabezas y ser de tamaño de un cobdo, hojas blancas y redobladas, cabezuela hojosa, cóncava y llena de un rocío meloso.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2