CAPITULO XIV


De las tabernas y del vino opimiano


Por el vino opimiano se ve claramente haver havido tabernas en el año de 633 de la fundación de Roma y costumbre de llevar por diversas partes los vinos, entendiendo ya Italia su fertilidad, pero aún no eran estos géneros famosos. Y ansí todos los que havía entonces guardavan el nombre de un solo cónsul, y tuvieron mucho tiempo después estima los vinos ultramarinos, la cual llegó hasta nuestros abuelos, y aún hasta después de haverse hallado el vino falerno, como paresce de aquel verso cómico: “sacare de allí cinco del vino thasio, y dos del falerno”.

P. L. Licinio Crasso y L. Julio Caésar, censores de la ciudad en el año de 665, mandaron que ninguno vendiese un cuadrantol (que tenía cántara y media y un cuartillo) de vino griego o amíneo por ocho libras de cobre; que éstas que digo son las palabras. Y era tan estimado el vino griego, que no se dava dello en los combites más de una vez. Pero qué vinos hayan tenido autoridad en su mesa, Marco Varrón lo enseña diziendo: “Lucio Lúculo jamás vido, siendo niño, vanquete en casa de su padre en que se sirviese más que una vez de vino griego y, él mismo, buelto de Asia, repartió 1 100 cados congiarios.1 C. Sentio, al cual conoscimos praetor, dezía que la primera vez que vido vino xío trahído a su casa, fue cuando estando de cardiaca2 enfermo, le mandó su médico que lo beviese. Hortensio dexó a su heredero sobre 10 cados3 dello”. Hasta aquí es de Varrón.



EL INTERPRETE


1(Cados congiarios). Cabe en cada uno diez congios; conviene a saber, dos arrobas menos un azumbre, como también la metreta de Dioscórides, aunque hay quien diga haver cabido doze. 2(Cardiaca). Por llamarse acerca de los griegos el corazón propriamente cardia, han pensado algunos que su palpitación, dicha de los mismos παλμός хαρδιας, fuese cardiaca. Pero engáñanse, pues no es sino el dolor del estómago, cuya boca se dixo también cardia, según testifica Galeno en el comentario 17 de la cuarta partícula de Los aphorismos, en el quinto de Locis afectis, y en otras partes. De donde viene que Hippócrates llama esta misma enfermedad хαρδιωγμός, que es tanto como mordicación del estómago y acontece cuando abunda en humores malos, venenosos y mordaces, por cuya intolerable lancinación, compadeciéndose el corazón, sucede al hombre desmayarse y, como en esta pasión convengan aquellas cosas que sin demasiado calor la boca del estómago conforten junto con el corazón, haviale sido mandado a este Sentio que beviese vino xioto, el cual era de calor templado y corroboración de corazón y estómago muy conveniente. 3(Cados). En cada uno cabe dos arrobas y dos azumbres y medio casi.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2