CAPITULO IV


De cosas notables acerca de la lavor


Aquel primero de los Catones, notable sobre todo en censura y triumpho, pero aún más esclarecido en letras y enseñamientos que dio al pueblo romano de todas las cosas que se deven desear y, entre las principales, de labrar el campo, excelentísimo agricultor y sin competidor alguno según lo confiesa aquel siglo, hizo mención de pocos géneros de vides, y aun de algunos dellos son ya olvidados los nombres. De cuyo parescer havemos por toda esta materia desparzidamente de acordarnos, porque en todas sus especies sepamos qué cosas hayan sido más celebradas en el año de 600 de la ciudad, al tiempo que se conquistó Cartago y Corintho, que fue cuando murió, y cuánto se haya, 230 años después, mejorado la vida.

Escrive pues de las vides y uvas desta manera: “Plantarás el amínaeo menor y el gemino, eugenio1 y helvino2 menor en el lugar que diremos ser bueno para el vino, y que esté descubierto al sol, pero el amino3 mayor y murgentino, apicio y lucano4 en tierra más grasa y nebulosa. Las otras vides, mayormente las miscelas, convienen a cualquier campo; consérvame bien en aguapié.5 Las duracinas6 y amíneas mayores son buenas para colgadas, y éstas se guardan bien para pasas en casa de los herreros”.

Y no hay desta cosa preceptos más antiguos; tan cerca estamos del origen de las cosas. Varrón llama scancia la amínea de que poco ha hizimos mención.

Pocos exemplos se hallan de nuestro tiempo que toquen a la perfección desta arte, mas por eso son menos de callar porque se entiendan los premios que principalmente se ven en toda cosa. Alcanzó, pues, suma fama Acilio Stheneleo de la plebe libertina, labrando en el campo Nomentano una viña de no más que 60 obradas y vendiéndola después por cuatro cuentos. Alcanzó ansimismo grande nombre Vetuleno Aegialo, de la misma generación, en el campo Linternino de Campan ia y argumentóse más con el favor de las gentes porque era donde estuvo desterrado Scipión el Africano. Pero túvola grandísima, por el ayuda del mismo Sthenelo, Rhemmio Palemón, que fuera desto era famoso gramático, el cual dentro de aquestos 20 años compró una heredad de viñas por 600 mil numos, o seis cuentos, en el mismo Nomentano, en la senda que se aparta a diez millas de la ciudad de Roma. Y puesto que conste del poco valor que siempre tienen las heredades que están en los arrabales de Roma, ésta le tenía muy menor por estar muy perdida, y aun era no de mejor tierra que las demás de aquel sitio. Comenzóla, pues, a labrar no por virtud de ánimo, sino por vanidad, que fue en él notablemente conoscida, y cavándola de principio, combidado7 de la industria de Sthenelo, labrador, la llegó a milagro casi increíble, vendiendo dentro de ocho años el esquilmo, que aún estava dubdoso, por cuatro cuentos. Y no huvo hombre que no fuese a ver la muchedumbre de los razimos a esta heredad, favoresciéndose los vezinos en su pereza y floxedad diziendo ser las letras de aqueste gramático más altas que las suyas.

Y, finalmente, Aneo Séneca, que era a la sazón el más sabio {y poderoso} que havía y hombre que no se espantava por poca cosa {aunque} le costó a la postre caro, se enamoró tanto desta posesión, que no dubdó dar esta gloria a un hombre que él aborrecía y se havía de jactar dello, comprándosela por cuatro vezes su precio pagándola dentro de diez años, pues él havía tomado a pechos de labrarla, con lavor digna de que se huviera empleado en los campos Caecubos y Setinos, porque dio después cada aranzada, muchas vezes, 214 arrobas y tres azumbres. Y porque nadie crea haver sido en esto vencida la antigüedad, sepan que el mismo Catón escrive haverse visto dar cada aranzada casi 92 arrobas más que las sobredichas, lo cual muestra evidentemente no hazer más rico al mercader la navegación de los mares o las mercadurías trahídas de la ribera del Indico o Bermexo que la diligente y bien procurada alearía.

El vino maroneo8 es el de más antigua fama, y críase en los lugares marítimos de Thracia, según cuenta Homero, aunque no es nuestra intención seguir fábulas o negocios tocantes al origen de las cosas, en que hay gran disensión, y referir que Aristeo mezcló la primera vez entre aquella gente miel y vino con suavidad principal de aquellos dos liquores produzidos naturalmente.

Escrive Homero que se havían de mezclar, al vino maroneo, veinte partes de agua. Dura hasta hoy en aquella tierra la misma fuerza a su casta y aquel vigor indómito, porque Mutiano, tres vezes cónsul, uno de los que últimamente escrivieron, halló, presidiendo allí, mezclarse a cada parte de vino ocho de agua, y que era de color negro, oloroso y que se engrasava con la antigüedad. Y aún dura hasta hoy la estima del pramnio que también el mismo Homero celebró,9 y nace en la región de Smyrna,10 acerca del templo de la madre de los dioses. De los demás ninguno fue famoso. La bondad de todos los géneros11 fue hasta un año. Siendo Lucio Opimio cónsul, cuando, perturbando Gracho, tribuno, el pueblo con alborotos, fue muerto, huvo aquella templanza del cielo por beneficio del sol, que llaman coctura, en los 634 años de la fundación de Roma, y duran hasta agora vinos de casi 200 años, tornados en forma de miel áspera, porque esta naturaleza tienen en la vejez los vinos, ni se pueden bever por sí si no les mezclan mucha agua, desenfrenándose tanto de añejos que amargan, aunque son medicina de otros vinos, mezclando una pequeña parte dellos. De donde es que el valor que en aquel tiempo tenía cada ámphora era de 50 maravedís, pero ya havemos enseñado con exemplo famoso, contando la vida de Pomponio Segundo, poeta, y la cena que dio a aquel príncipe, haverse vendido cada onza, en el principado de Cayo, hijo de Germánico, por un numo 160 años después, multiplicada la usura a seis por ciento12 que era la más pequeña y moderada. Y no hay cosa que más crezca en valor hasta 20 años, o que, de allí adelante, dé mayor baxa y caída, nunca cresciendo su precio, y cierto pocas vezes ha valido (y esto en tiempo de mucha desregla y desperdicio) una testa dello diez mil maravedís. Dízese que vendieron los vieneses sus vinos de sabor de pez, cuyos géneros havemos ya contado, por mayor precio, pero es de creer que esto aconteciese solamente entre ellos y con amor de su patria. Y este vino se tiene entre las bevidas frías por el más frío de todos.



EL INTERPRETE


1(Eugenio). Eugeneo, dize M. Catón. 2(Helvino). Helvéolo, dize el mismo. 3(El amino). Amínaeo, el mismo. 4(Murgentino, apicio y lucano). Catón: apicium lucanum serito. 5(En aguapié). No dize in lora Catón, y por eso se podría pensar que haya de leerse in olla. Desta manera, aminaeum minusculum et maiusculum et apicium, haec in ollis, hae invinaceis conduntur, aunque se sigue: eadem insapa et muslo rede conduntur.

6(Las duracinas). Añade Catón las scantianas, diziendo: quas suspendas duracinas, aminaeas maiores et scantianas, oportunisimas cem, hae ad fabrum ferrarius propasis recte servant. 7(Combidado). Leo curastenelei agricolae invitatus. 8(Maroneo). Acordose Homero deste vino en el libro IX de la Odisea. 9(El mismo Homero celebró). En el décimo libro de la Odisea. 10(Sxnyrna). Ciudad es de Ionia, donde nació Homero. Son dos: La Nueva y La Antigua, la una no lexos de la otra.

11(La bondad de todos los géneros). Otros leen: Opimiano fuit omnium bonitas, por lo que se sigue: siendo L. Opimio, etc. 12 (Multiplicada la usura a seis por ciento). Los romanos no tenían en particular villa ni lugar, ni vasallos, ni pechos, ni alcavalas, ni jurisdiciones, y ansí todo era grangerías o usuras. Y ansí dize Horacio dives agris dives positis in faenore mimmis. Y Apuleyo en la Apología: ad crico divitiae nom melius infundis et faenore, quam... aestimant aron. Esta usura al principio no tenía tasa, cada uno llevava como podía. Después L. Lúcullo hizo una ley en que mandava que no se pudiese llevar cada mes, de usura, mas de la centésima parte del principal, como si uno dava a usura 100 ducados, no podría llevar más de uno cada mes. Esta se le llamó centésima por esta razón, y era como digo la mayor de todas por manera que salía a 12 por ciento {en blanco en el original}, en el libro de Thobías veniunt landae, parit sors centesimam, venium menses singuli generantum usurae. Como la centésima era la mayor conforme a las leyes, dividieron ésta los romanos en 12 partes, como hazían todos los otros enteros, y llamaron las 12 partes uncia, y dos sextante, y tres cuadrante, y las otras partes del asse ansí unciarum faenus, de que haze mención cuando de 100 ducados se paga cada mes, no uno que es la centésima, sino la dozena parte de la centésima, que es {.. .}a sextante, usura, cuando se pagava cada mes la sexta parte de la centésima que serían en este exemplo y la usura se mejorava la mitad y la {…} por creer duca{...} al mes, y ansí de los dineros de las repúblicas {...} centésima y los de {. ...}co civiles por los {…} y entre amigos semissa, que como dizen era tan moderada que siempre que quería {…} hallavan que las tomavan aun por porque ganava mucho, por eso la llamó Plinio c{…}cam, que siempre pudieran estar empleados. Resta agora el lugar {…} con todo esto di{...} tasar el cada ámphora ciento ases antes que son mil más y ansí {…} en el libro quinto de {…}cado que se ha de leer: eius temporis aestivum singulas amphoras instantuantur, digo que leo quamquam y no centeni y {…} clx singulis{…}los cuales multiplicamos por clx 480, los cuales añadidos numos del principal hacen 5300, de manera que cada ámphora en 50 numos y dados a usuras remises en 160 ases {¿años?} hizieron 430, y ellos junto a usuras eran el año que se bivio aquel vino, en tiempo de Cayo 530 numos cada ámphora, la cual porque 756 onzas, salía cada onza de vino a un numo, y esto es lo que quiere Plinio dezir y se ha de confirmar con otras autoridades e inscripciones que por evitar prolixidad descarto y esta anotación entre otras muchas {margen ilegible}. a. Esta parte está muy roída.



a. Esta parte está muy roída

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2