CAPITULO X


Del ciruelo y árboles que hay cerca de Memphis


Nace también allí el ciruelo egipcio, no desemejante al espino de que acabamos de hablar, el cual lleva un fructo semejante al níspero, que madura por el rigor del himbierno, sin perder jamás la hoja. Tiene esta fructa un grande cuesco,1 pero el cuerpo es a los de aquella tierra, ansí por su naturaleza como por la copia que de él hay, lo que a otros las mieses, porque le majan en haviéndole de su cuesco limpiado y {lo} guardan hecho pellas.

Huvo a par de Memphis una silvestre región de tan grandes árboles que tres hombres juntos no podían abrazarlos. Con particular milagro de uno dellos, no por su fructo o por otro algún provecho, pero a causa del acaescimiento, porque como la haz de la espina tenga unas hojas como plumas, tocados de algún hombre los ramos se caen de presto en la tierra y luego le tornan a nacer.



EL INTERPRETE


1(Un grande cuesco). Redondo, dize Theophrasto, no grande.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2