CAPITULO XX


Del isocinamo, cáncamo y taro


Han añadido a éstos los mercaderes la que llaman daphnoide, que también tiene renombre de isocinamo, y estiman cada diez libras en 300 denarios. Contraházese con estoraque y, por su semejanza con las cortezas más delgadas, de las varas del laurel. Y aun se planta en estas partes y en los confines del imperio, por do pasa el Reno. Críase donde hay nidos de abejas y no tiene aquel color tostado del sol, y por tanto ni el olor mismo.

Traen el cáncamo1 y taro de a par do se trae la canela y cinamo, pero por la vía de los nabateos2 trogloditas, que allí residían colonias de los nabateos.



a. Aloe sp.



EL INTERPRETE


1(Cáncamo). Esta quieren algunos sea laca de los árabes, cuyo árbol damos pintado y descripto entre los de Nueva Hespaña. Otros, que el menpis nuestro que traen de la India, del cual no falta quien sospeche sea especie de ámbar aunque no sin error. 2(De los nabateos). Llaman Strabón y Plinio nabateos a los habitadores de la Arabia Pétrea, cuya cabeza era la ciudad de Petra y de quien esta Arabia tomó el nombre. De éstos unos vivieron en cuevas y se llamaban a causa dello trogloditas, por cuya habitación dize Plinio que llevaba el isocinamomo que también afirma llamarse daphnoide. No es éste el daphnoide de que los herbarios hazen mención, porque el isocinamo es planta aromática, no desemejante del todo al cinamomo y lastrano, antes vomitoria, purgativa de phlema y de fuerza, muy caliente, con que, gustada, enciende la boca y garganta, y {no desemejante} del sericate, gabalio y del myrobálano.





b. Amyris sp.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2