tomo_V_II_head01.jpg

Libro Duodécimo


DE LOS ARBOLES


PROHEMIO


La naturaleza de los animales que se han podido conocer, en general y en particular, es cual lo havemos contado. Quedan ahora las cosas que produce la tierra,1 que tampoco carecen de ánima, porque ninguna cosa vive sin ella, para escrivir después los minerales que de ahí se sacan y no dexar obra alguna de Naturaleza por contar.

Mucho tiempo estuvieron escondidos sus provechos, y eran árboles y montañas los premios que se tenían por mayores entre todos los que a los hombres se conceden. De aquí tomavan sus primeros mantenimientos; con las hojas hazían sus cuevas más blandas, y de su corteza vestiduras, y no faltan en este tiempo gentes que viven desta manera.2 Y por tanto me causa admiración ver que destos principios hayamos venido a romper los montes para sacar mármoles, y a ir por vestidos hasta los seres,3 y a buscar perlas en las honduras del mar Bermejo4 y esmeraldas en las entrañas de la Tierra. Para esto se inventó el horadar de las orejas, como que fuera por traerlas en el cuello y cabellos, si en el cuerpo también no se engastaran. Por lo cual será bien seguir el orden de la vida y dezir primero de los árboles, mezclando nuestros principios con las costumbres de hoy.



EL INTERPRETE


Puesto fin a la materia de los animales comienza a hablar de las plantas y, particularmente en este dozeno libro, de los árboles extranjeros, muchos de los cuales nos ha hecho familiares la grandeza y cuidado del invictísimo Philippo II, de tal manera, que lo que la peregrinación no permitía a nadie en muchos años, pueda verse junto en pocos días, y lo que la Naturaleza repartió en muchas regiones, dando a cada una aquella parte que según su necesidad le agradó dispensar y comunicar con ella, se vea junto en un rincón de Hespaña;a obra digna de su autor y de ser, en los siglos que nos sucederán, levantada hasta el cielo.

1(Que produce la tierra). Entiende aquí las plantas, divididas en hierbas, matas y árboles, las cuales participan de ánima vegetativa. Porque la tienen intelectiva los hombres, y los animales sensitiva. Y ansí, de aquéstos, unos mudan lugar y otros, sin mudarse de él, se menean, a los cuales llaman los griegos zoophytos por ser medio plantas y medio animales. 2(Que viven de otra manera). En nuestro tiempo también se han descubierto innumerables naciones que vivían en semejante rudeza de costumbres. 3(Seres). Su provincia es la más oriental de todas las de Asia, la mayor dentro del monte Imao, que confina por la parte de oriente y septentrión con tierras del Gran Khan, que antiguamente no se conocían; por el occidente con la Scythia, que está fuera del monte Imao, y por la meridional con los indios orientales y chinos. 4(Del mar Bermejo). Llamavan los antiguos mar Bermejo el seno Pérsico y Arábico, y el que está entre las dos bocas dellos, según afirman los geógraphos.



a. Alude al jardín botánico creado por Nicolás Monardes, en Sevilla.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2