CAPITULO XIX


De las enfermedades de las abejas


Acontecen ansimismo enfermedades a la obra, porque cuando no hinchen sus panares lo llaman clarosa y si no dan perfección a sus hijos blapsigonia. Esles enemigo el eco, con su sonido revocado, el cual hiere con doblado o repetido golpe las temerosas abejas, y no menos {temen} la niebla. Sonles, ansimismo, las arañas inimicísimas, las cuales, si prevalecen tanto que pueden hacer telas, matan las colmenas. También la mariposab floxa e infame que vuela por las llamas les es, y no de una sola manera, pestilencial, porque se come la cera y dexa suciedades de que se engendre carcoma, y por doquiera que anda dexa hilos texidos, a modo de telarañas, mayormente con el flueco de sus alas. Nace también en la misma madera de las colmenas carcoma que se come principalmente la cera. También les dan a la golosina del pasto porque se hartan desordenadamente de flores, mayormente al verano, con que se corrompen en cámaras.

Mueren con el azeite, no solamente las abejas pero todos los demás ceñidos, principalmente si unctada la cabeza se ponen al sol. Son algunas vezes {a sí mismas} las abejas causa de muerte comiendo sin rienda ninguna cuando sienten que les quitan la miel, como sean fuera desto escasas y que ahuyentan las desperdiciadas y tragonas, no de otra manera que las perezosas y para poco. Dáñales también su misma miel porque mueren si se enmielan por las espaldas. A tantos desastres (aunque los menos havemos contado) está subiecto un tan provechoso animal. Los remedios diremos en sus lugares, porque aquí se tracta de sola su naturaleza.



a. Pirausta.

b. Tiña.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2