CAPITULO X


De la obra


El modo que tienen en su trabaxo es el que se sigue. El día están {vigilantes} a la puerta, según la costumbre de los reales.a De noche reposan hasta el alba, que una {abeja} con uno o tres zumbidos las despierta, como tocada una bozina. Entonces vuelan todas si el día ha de ser sosegado, porque cuando adivinan vientos o lluvias se están quedas en sus casas. Ansí que en días templados (lo cual también conocen) disparando el escuadrón a sus exercicios, unas traen flores con los pies, otras agua con la boca y gotas en el vello de todo el cuerpo. Las más mozas salen a trabajar fuera y traen lo sobredicho, y las más viejas obran dentro. Las que traen flores {polen} cargan con los pies delanteros sus muslos, que a esta causa les dio ásperos Naturaleza y éstos {los cargan} con el pico, volviendo todas cargadas y encorvadas con el peso. Recíbenlas tres o cuatro, y descárganlas porque tienen también allá dentro repartidos sus oficios. Unas edifican, otras pulen, otras dan recaudos, otras aparejan el manjar de lo que se ha traído. No come cada una por sí, porque la desigualdad del comer1 no la cause también en la obra y en el tiempo.

Edifican comenzando2 desde el tapador de la colmena y prosiguen texendo su tela hasta lo más baxo, dexando en cada arco dos caminos para que puedan entrar por el uno y salir por el otro. Están pegados los panares por la parte de arriba y asidos en alguna manera por los lados, y en alguna manera pendientes sin tocar el corcho, unas vezes prolongados3 y otras redondos, según que lo pide la colmena. Y otras de {ambos} géneros, cuando dos enxambres concorden gentes que tuvieron de semejantes ritos.

Fortalescen las ceras que van a caerse levantando desde el suelo, entremedias de los panares, a modo de arcos o bóvedas unos pilares4 porque se pueda entrar a repararlas. Las tres primeras5 ringleras se hazen por la mayor parte vazías porque no esté a la mano cosa que convide y provoque al ladrón e hinchen principalmente de miel las postreras y, por tanto, castran las colmenas vuelto lo alto abaxo.

Las {abejas} que acarrean usan de los vientos prósperos, pero si se levanta tempestad házense pesadas con la graveza de alguna pedreszuela que asen con los pies y no falta quien dize que se la ponen sobre los hombros. Cuando les es el viento contrario buelan junto a la tierra {por} donde amparen de las espinas. Admirable es la consideración de su obra. Notan la floxedad de las perezosas y castíganlas aun con pena de muerte. No es de estimar en menos su limpieza: no dexan suciedad alguna entre la obra y quítanlo todo de enmedio, y aun el estiércol de las que labran dentro {es} allegado a un cabo por apartarse lexos; en los días asosegados, cuando les vaga de su ordinario trabaxo, lo echan fuera.

Entrando la tarde suenan en la colmena menos y menos, hasta que una vuele con el mismo sonido con que las despertó, como mandándoles que duerman, según que suele hazerse en los reales, y ansí callan repentinamente todas.



a. Campamentos militares.



EL INTERPRETE


1(La desigualdad del manjar). Leo, trastrocadas las palabras, ne inequalitas cibi et operis fiat et temporis. 2 (Comenzando). Leo: Struunt or sea concameratione alvei textaque velus que ad ima telas deducunt, de Aristóteles en el nono libro de la Historia. 3 (Prolongados). Porque leo oblongi no obliquii. 4(Unos pilares). Códices antiguos tienen pilarum instat imperios a solo fornicatis, pero también está dificultosa, como la del códice que sigo. Mírese si por ventura se ha de leer no pilarum íntergerimis a solo fornicatis, sino pilis Íntergerinis a solo fornicatis. 6(Las tres primeras). Entiende de los de lo alto del corcho.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2