CAPITULO LXXV


Del sueño de los animales


Lo que toca al sueño no tiene dificultad. Entre los animales de la tierra es cosa clara dormir todos los que mueven las pestañas o párpados. De los animales del agua creen, hasta los que dubdan de los demás, dormir, aunque poco. No por indicio de los ojos, porque no tienen párpados, pero porque en el tiempo del sueño se ven quietos y como dormidos sin mover más que las colas, y se estremecen a cualquier ruido. De los atunes se afirma más confiadamente que duermen, porque se ven hazerlo cerca de las riberas o de las piedras, y los pesces llanos, en los baxos, de manera que los asen muchas vezes con la mano. Porque los delphines y vallenas se oyen también roncar.


De la misma manera parece, por el silencio, dormir los insectos, porque no dispiertan aún allegándoles lumbre.


El hombre, luego que nace, es oprimido de sueño por algunos meses, y después va de cada día estando más tiempo despierto. Sueña, desde luego, el niño, y vese en que le despierta el miedo y mama entre sueños. Otros nunca sueñan y hállase entre los exemplos haver sido a estos tales mortal el soñar contra su costumbre. Combídanos este ancho lugar ya lleno de anchos enseñamientos a examinar si hay algunas adivinanzas en el ánimo del que duerme, y por qué razón acontezcan, o si vienen al caso como otras muchas. Y si se tracta la cosa con exemplos serán por cierto, de la una y de la otra parte, iguales.


Las visiones que nos acontecen cerca del vino y manjares, y cuando estamos entre duerme y vela, suelen ser vanas. Y no es otra cosa el sueño que recogerse el ánimo en medio de sí. Y es manifiesto soñar, aliende de los hombres, los cavados, perros, bueyes, {ovejas} y cabras, y por esto se cree que también todos los que paren animal. De los que ponen huevos es incierto, pero, a lo menos, sábese que duermen. Pero ya es tiempo que pasemos a los insectos.





EL INTERPRETE


Podríanse en este comentario referir las diferencias, causas y pronósticos de los sueños, pero porque lo hizimos sobre el séptimo libro deste autor daremos fin al presente.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2