CAPITULO XX

De [la] fuerza y ligereza

Varrón, haziendo mención de fuerzas monstruosas, cuenta haverlas tenido notables, aunque era de cuerpo pequeño, Trisditano, hombre famoso en el exercicio de la esgrima con armadura samnítica, y que su hijo, soldado del Magno Pompeyo, que tenía todo el cuerpo y brazos y manos sembrados de nervios travados al derecho y al través venció un su enemigo en desafío, con sola la mano derecha desarmada y, en fin, arrebatado con un dedo,1 le pasó a sus reales. Annio Iunio Valiente, el cual ganó su sueldo siendo centurión2 en el pretorio3 del Divino Augusto, detenía muchas vezes carros en peso cargados de costales llenos hasta que los vaziasen, y detenía otro género dellos con una mano, resistiendo a las bestias que al contrario tiravan; y solía hazer otras muchas cosas que hoy día se ven esculpidas en su sepultura. Y, por tanto, dize Marco Varrón: «Rusticello, llamado Hércules, levantava su mulo; Fusio Salvio subía por una escalera arriba con 200 libras4 de peso en los pies y otras tantas en las manos y 400 en los hombros». Yo conocí otro llamado Athanato (cosa monstruosa de ver) andar por el lugar donde representavan vestido de un jubón de plomo que pesava 500 libras, y calzado de unos borzeguíes que pesavan otras tantas. Milón Crotoniata, athleta, como hiziese hincapié en un lugar, nadie era parte para movelle de él, ni extendelle el dedo teniendo en la mano una manzana. Por grande cosa se tenía haver corrido Philíppides en dos días 1 170 estadios,5 de Athenas a Lacedemonia, hasta que Anistis, correo lacedemonio, y Philónides, de Alexandro Magno, corrieron en un día desde Sycion a Hellis, 1 200 estados. Y aun agora sabemos que sufren algunos correr en el circo6 160 mil pasos. Poco ha que, siendo Fonteio y Vespasiano cónsules, un mochacho de nueve años corrió, desde mediodía hasta la tarde, 75 mil pasos, cuya admiración se nos hará mayor si trahemos a la memoria que Tiberio Nerón, en tres carros, en espacio de un día y una noche, yendo a ver a Druso, su hermano, que a la sazón estava enfermo en Alemania, a gran priesa, no anduvo más que 200 mil.


EL INTERPRETE

Haze mención Plinio por algunos capítulos de personas excelentes en algunas virtudes del cuerpo y del ánimo, y al presente de la fuerza corporal, en que algunos han sido notables y florescido, por lo cual es de considerar que hay fortaleza, virtud del ánimo que haze acometer sin miedo alguno las cosas grandes y honestas, y huir las torpes y vergonzosas y, a trueco desto, poner cada y cuando se ofrece en aventura la vida, y ésta se llama propriamente en latín fortitudo y, en lengua vulgar de Hespaña, fortaleza. Hay otra que llaman los latinos robur ovim corporis y los nuestros, fuerza, que pertenesce más a la buena complexión y composición del cuerpo que no al valor del ánimo, y de ésta habla Plinio en este capítulo. Nosotros hablaremos con más comodidad, y donde entendamos no ser importunos, de la una y de la otra, contentándonos al presente con sólo declarar algunos lugares del texto no tan notorio a todos.

1(Arrebatado con un dedo). Leo esta letra traspuestas algunas palabras. 2(Centurión). Capitán era de 100 soldados. 3(En el pretorio). En el exército de Augusto. 4(Libras). La libra romana, según quiere Budeo, se llamava mina y pondo, y tenía 100 denarios o 100 dracmas. Pero Galeno, en el primero y sexto de la composición de las medicinas Secundum Genera, divide la libra en ponderal y mensural, y en el libro tercero dize que la mensural se divide en 12 onzas y, en el sexto, dize que las 12 onzas mensurales son iguales a diez ponderales. De donde parece que la onza ponderal difiere de la mensural y que la libra medicinal no tiene 16 onzas como la vulgar. 5(Estadios). Cada uno tiene 125 pasos.

6(Circo). Plaza era redonda donde se hazían los juegos.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1