CAPITULO LVI

De lluvias [prodigiosas]: leche, sangre, carne, hierro, lana y ladrillos cocidos

Hallamos, aliende destas cosas, escripto haver llovido1 del cielo o aire más baxo leche y sangre, siendo cónsules Accilio y Cayo Porcioa y otras muchas vezes carne,2 como aconteció en el consulado de Lucio Volummio y Servio Sulpicio.b Y no haverse della podrescido lo que no acabaron de comer las aves. Iten hierro en Lucania, un año antes que Marco Crasso fuese muerto de los parthosc y, con él, todos los soldados de Lucania, de los cuales havía en el exército grande número. Su forma era casi semejante a las espongias. Declararon primero los adivinos y amonestaron que se recatasen de heridas de alto por mandato de los dioses y aún siendo Lucio Paulo y Cayo Marcello cónsules,d llovió lana acerca de la villa de Carissano,e do fue muerto un año después Tito Annio Milón. Escrívese, también en Los hechos de aquel año, que llovió ladrillos cozidos estando su pleito.f

a. 114 a. C.

b. 461 a. C.

c. 53 a. C. en la batalla de Carrhae, hoy Osröene, en Mesopotamia.

d. 50 a. C.

e. En otros textos, Compsanum.

f. Por durante su proceso o causa.


EL INTERPRETE

1(Haver llovido). Quieren algunos que estas cosas sean primero arrebatadas de la tierra y subidas al aire de donde tornen después a caer, o en la misma forma, o con alguna mudanza y transmutación. Otros, que se engendren en él. 2(Carne). Esta dizen llover cuando se juntan las exhalaciones sanguíneas en una manera de masa. De todas estas formas de lluvias hay larga mención en los autores antiguos. Afirma Alberto Magno, con autoridad de Avicena, haver caído un bezerro entero del aire y un pedazo de hierro de peso de 100 fibras. De la muerte de Milón se haze memoria en el libro tercero de Las Guerras Civiles.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1