CAPITULO XXXI

De muchos soles

Parecen otras vezes muchos soles1 y, no encima del verdadero, ni debaxo, sino al través; jamás cerca ni enfrente, ni de noche, sino cuando sale o se pone el Sol. Una vez (dizen) haverse visto a mediodía y haver durado en el Bósphoro desde la mañana hasta [la] puesta del Sol. La Antigüedad vido muchas vezes tres soles, como aconteció siendo cónsules Sulpicio Posthumio y Quinto Mucioa y Marco Porcio,b Marco Antonio y Publio Dolabella, Marco Lépido y Lucio Planeo.c Viéronse también en nuestra edad, en el consulado del emperador Claudio, y de su colega Publio Cornelio Orfito. Y hasta agora no se escrive haverse visto más que tres juntos.

a. 90 a. C.

b. 118 a. C.

c. 42 a. C.


EL INTERPRETE

1(Parecen muchos soles) que llaman los griegos [παρήλιος] cuando alguna nube igual y de uniforme aspereza se halla al lado del Sol, al tiempo que sale o se pone; porque entonces, por la refracción de los rayos, representa su imagen como lo haze un espejo o el agua, o el aire algo espeso y otros objetos desta cualidad, que constan de superficie igual y lisa. De lo cual (aunque yo calle) podrán a todos constar las causas. La razón de no acontecer esto mismo en cualesquier nubes, y colocadas de cualquiera manera, es ser movibles o raras, o no mirar al Sol en devido aspecto, porque por las primeras se pasa la lumbre y, las demás, o por estar muy cercanas al Sol las deshaze y der[r]ama sus rayos o, por estar muy lexos, no se reciben tan eficazmente. De do es que los parelios no se hazen enfrente del Sol, como la iris o arco celeste, ni debaxo, como el halón o corona, pero solamente al lado, y por la mayor parte naciendo (como diximos) o poniéndose el Sol por no estar entonces la nube deshecha o adelgazada. Más a mediodía muy pocas vezes o ninguna se ven, porque la refracción de los rayos al lado de la nube es en estremo débil. Házense también parelios blancos por el proprio color del Sol, que es luminoso y blanco. Házense ansimismo reflexión de la nube, a la vista, sin mezcla alguna de sombra, por la raridad de la nube. Los parelios, que escrive Aristóteles haver durado en el Bósphoro desde la mañana hasta la tarde, dizen algunos no haver sido soles sino cometas muy claros.

TOMO IV. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 1