Es un árbol grande que nace abundantemente junto a los arroyos de regiones cálidas, con hojas anchas, grandes, fuertes y mayores que las de cidro. Las flores son parecidas a las del llamado nerantzius, oblongas y blancas, aunque al marchitarse se vuelven leonadas; tienen un olor suavísimo y son muy buscadas para coronas y ramilletes. El fruto es semejante a bellotas, con cúpula, y contiene una almendra blanca, fría, mucilaginosa, muy a propósito para los que tienen fiebre y para todos aquellos a quienes convienen la conglutinación y la refrigeración. Hay otra especie de este árbol menor y con hojas y flores más pequeñas, pero con fruto mucho más grande, la cual no cuidé de pintar por tener casi la misma forma y propiedades, y que llaman tlaolcacahoaxóchitl o sea cacahoaxóchitl del maíz; su flor es sumamente glutinosa, en lo que también se parecen. Una y otra variedad nacen en tierras de los quauhnahuacenses.
TOMO II. HISTORIA NATURAL DE LA NUEVA ESPAÑA 1