DESCRIPCIÓN DE ASIA


NOTA ACLARATORIA DE MARTÍ SOLER



NOTA ACLARATORIA


Martí Soler


Germán Somolinos d’Ardois advierte en su Bibliografía hernandina (Obras completas, t. i, p. 424), refiriéndose a este “Compendio breve de la división y partes de Asia según lo antiguo y moderno” que transcribimos a continuación:

“Se trata de una geografía de Asia incluida entre los libros que hemos designado como ‘Primeros borradores’. Figura al comienzo del libro 69 de Plinio según las propias palabras de Hernández: ‘para maior entendimiento de lo que en este libro 6° Plinio nos ha de dezir’. Sin embargo, es un trabajo independiente que su autor escribe simultáneamente con los comentarios a Plinio, sin intención de publicarlo, pues en la vuelta del último folio, de letra de Hernández se puede leer: ‘Estas 6 hojas precedentes no se han de imprimir, sino en su lugar la descripción de Asia conforme Plinio, que está en estos papeles que están encuadernados {véase tomo iv, pp. 263-265}. Efectivamente, no aparece en la ‘Redacción definitiva’. Dice en el texto que la escribe ‘según también en Europa y África lo hezimos’ pero estas otras dos descripciones no han llegado a nosotros. Incluidas en los comentarios del Plinio aparecen extensas descripciones de lugares y partes de Europa y África, pero no un trabajo monográfico e independiente como éste de Asia, que se inicia con una cruz, según era la costumbre cuando se comenzaba un nuevo escrito. Tiene el interés de presentar los extensos conocimientos geográficos que poseía Hernández, quien recopiló todo lo que en su época se conocía de la remota Asia, tanto por escritores antiguos como contemporáneos. Tiene algunos comentarios curiosos, como uno sobre los judíos y otro que describe las costumbres hindúes; está escrito antes de su viaje a América, pues termina diciendo que no hablará de otras tierras recién descubiertas ‘pues pensamos hacerlo quando fuéremos a describir las cosas naturales de las Indias Occidentales’.”

A pesar de la indicación expresa que en hoja suelta escribe Hernández para que este texto no se incluya en la traducción de Plinio, queremos antes que nada remitir al lector al principio mismo de este texto, donde dice precisamente: “Para mayor entendimiento de lo que en este libro VI Plinio de Asia nos ha de decir {...}”, lo que nos muestra —junto con la mención de que “según también en Europa y África lo hezimos”— que otra era la intención original de Hernández. ¿Por qué se desdijo? ¿Seguramente pensó que iba más allá del simple comentario a los textos plinianos? Quizá sea la única hipótesis que pueda adelantarse al respecto. De todos modos, el texto ha llegado a nosotros, cosa que no sucedió con aquellos otros referentes a Europa y África. Si este texto fue escrito antes de su venida a América (recordemos que desembarcó en Veracruz hacia febrero de 1571), la propia mención que cita Somolinos al final de su texto nos indicaría por lo menos que ya tenía concertado el viaje, lo que nos llevaría a una fecha que correría a partir del 11 de enero de 1570 (fecha en que Felipe II “le otorga el nombramiento de protomédico de todas las Indias y le entrega unas detalladas y prolijas instrucciones sobre lo que habrá de ser su labor en el Nuevo Mundo”)1 hasta agosto de ese mismo año en que embarca.

El texto en sí comienza describiendo el Asia táurica, interior y exterior, según los clásicos, para terminar con una larga y pormenorizada secuencia de la “costa marítima de levante con las distancias entre las más notables ciudades por manera de parages, según por las navegaciones se ha hallado y Juan de Barros nos lo da en su Historia escripto”. De ahí en adelante —más de las cuatro quintas partes del texto—, es bastante notorio que se basó en los descubrimientos de los portugueses y su fuente casi exclusiva debe de haber sido, como él mismo lo dice, Joáo de Barros, el “Tito Livio portugués”, contemporáneo suyo (murió en 1570) que ocupó importantes cargos públicos relacionados con la expansión colonial portuguesa, gran Historiador de la colonia, uno de los principales humanistas portugueses de la época y no de los primeros orientalistas. El primer volumen de sus Décadas da Ásia vio la luz en 1552 y es con toda seguridad esta “Historia” de que habla Hernández. Ese primer volumen (otros tres volúmenes fueron obra ya de Diogo do Couto) empieza en 1522 con la primera misión de Barros en Guinea y continúa hasta 1538, época durante la cual desempeñó los cargos de tesorero y agente de la corona para las colonias portuguesas.

Quiero advertir al lector que la paleografía de este texto no ha sido nada fácil, por lo que deben haberse deslizado errores en la transcripción, sobre todo, de los nombres geográficos. De todos modos —a pesar de estas posibles deficiencias—, no hemos querido que dejara de aparecer en estas Obras completas, pues no lo serían tanto y se trata, además, de un buen ejemplo de la preocupación por dar a conocer al mundo europeo los últimos descubrimientos por esas tierras misteriosas que se alargaban hasta “la tierra de los japones”, lo mismo que en otros textos trató de dar a conocer otras tierras, las de América, a través de sus propios estudios o incluso por medio de la difusión de otros autores.









1 Germán Somolinos d’Ardois, Vida y obra de Francisco Hernández, en Obras completas, t. I, p. 142.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS