CAPÍTULO V


De la repasión, moneda y necesidad


No pensaron bien los pithagóricos ser justo aquello que alguno repadece, quiriendo dezir que se deva dezir justo cuando se buelve tanto cuanto alguno ha padecido. Porque no es lícito que sea el príncipe herido de aquel que fue herido del príncipe, pero si añadieres ser justo aquello que alguno recompensa, guardada la igualdad de las proporciones, no de la cuantidad, habraslo determinado derechamente, porque la compañía humana, y ciudadana conversación, suele por la mayor parte encerarce {sic} en hazer unos por otros, según la suerte y estado de cada uno. Hanse de igualar las mercadurías de los que contratan, con la conjunción de los diámetros, desta manera, y si los precios son desiguales, convendrá recompensarlos o con augmento de las cosas o con dinero, el cual se inventó por esta causa. Mas los precios se ponen a las cosas según la falta dellas, no haziéndose trueque de las que no tenemos necesidad. Consta pues, de lo dicho, estar la acción justa en medio entre hazer injuria y padecerla, porque hazer injuria es tener más y padecerla tener menos, y toda acción de virtud consiste entre más y menos. Pero de aquí también es claro diferir la justicia de las demás virtudes, en que de tal manera está puesta en el medio que parece ser el un extremo solamente vicioso, el cual es hazer injuria, llamado injusticia, pero padecerla que es el otro extremo no puede ser vicio.



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TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS