CAPÍTULO VIII


De cinco maneras de fortaleza semejantes a la verdadera


Cinco géneros hay de fortaleza muy semejantes a la verdadera, el primero es de los ciudadanos a quien la cobdicia de honra o el miedo de ser privados de alguna dignidad o el temor del castigo o la necesidad del lugar haze muy fuertes, según vemos a cada paso acontecer en España, donde {por} ser ambiciosa esta nación, por temor de infamia, se ponen las vidas a cada paso al tablero.

La segunda es de aquellos que, por el conocimiento que tienen de las cosas de la guerra, acometen grandes peligros, pero la fortaleza de los ciudadanos es más hidalga y constante, porque éstos luego que comienzan los peligros a exceder su destreza desamparan los soldados, y ansí vemos a aquellos que al parecer havían hecho cosas de valiente y esforzado ánimo bolver cuando menos se cree torpemente las espaldas, entregar las fuerzas, desmanparar los presidios, y en suma hazer cosas feas y vergonzosas, pero por el contrario los ciudadanos anteponen la muerte honrada a la vida torpe y fea.

La tercera manera de fortaleza es la de las fieras, a quien la ira y furor haze impetuosas; esta postrera es la más natural, y si el furor se acompañare de elección, se seguirán admirables hazañas de verdadera fortaleza. Desta furor son naturalmente ayudados los ánimos por ser colérica la nación.

La cuarta es de aquellos que, de confianza de su fortuna y costumbre de vencer, suelen acometer con ánimo grande los peligros, a los cuales suele acontecer lo que diximos en la segunda manera.

La quinta es de los que, sin consideración del peligro, antes con ignorancia, parecen ser fuertes, y éstos desque ven ser el riesgo mayor de lo que ellos tenían pensado, como canalla baxa, temeraria e ignorante, buelven covardemente las espaldas.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS