CAPÍTULO VIII


Que la virtud es contraria a los dos extremos y de otras cosas acerca desto


Y como la virtud comparada al defecto tenga manera de exceso, y comparada al exceso parezca defecto, con razón se conoce ser contraria a ambos extremos. Pero los extremos, por distar más, son entre sí más contrarios, y los defectos son algunas vezes más semejantes a virtud que no los excesos, como en la templanza; otras parecen llegarse más los excesos al medio, como en la fortaleza y liberalidad, y somos a vezes nosotros desto la causa porque, como el hombre luego que nace se incline al deleite, es necesario que la destemplanza sea muy contraria a la virtud que nos aparta de los deleites.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS