CAPÍTULO XII


Que ni Dios ni la felicidad se deven propriamente loar, sino honrar, por no se poder ordenar a otra cosa


Y puesto caso que éste es costumbre loar la acción y la virtud, pero el loor principalmente pertenece a aquello que se refiere a otra cosa. De donde viene que porque los dioses no se enderezan a otra cosa no se han de loar pero antes honrar y venerar. De la misma manera, la felicidad, por no poderse referir a otra cosa, como a aquella a que todo lo demás se refiere, converná contarla entre las cosas a quien pertenece honra y veneración.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS