CAPÍTULO XI


Que toca a los defunctos la fortuna de los vivos, pero no de manera que los haga de dichosos desdichados o de desdichados felices


Ninguno dubda que los suscesos adversos o prósperos de los amigos redunden en los amigos. También se deve piadosamente creer que pertenezca a los defunctos la fortuna de los que quedan en la vida, pero no se ha de pensar que tenga tanta fuerza que por causa della los que havían sido felices tornen a ser desdichados, y los que havían vivido en miseria se hagan prósperos y felices.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS