Tractase en este libro cómo todas las cosas desean su bien, de la diversidad de los fines, del fin de las cosas que se han de hazer, cuál sea éste, de la facultad política, del oydor de la ciencia moral, del sumo bien, que conviene esté bien instituido el oydor de aquesta doctrina, que la felicidad no sea deleite, no honra, no virtud, ni riquezas, que no sea idea, del fin perfecto, de la felicidad, y qué cosa sea, de los preceptos que conviene se guarden en toda disciplina, de la concordia de los dichos de los antiguos con la verdadera felicidad, de tres maneras de bien, el de fuera, el del cuerpo, y el del ánimo, de los bienes de fuera y cómo aprovechen para la felicidad, de la manera en que se adquiere la bienaventuranza, que se puede alguno llamar en la vida bienaventurado, de la fortuna, del dichoso, de las prosperidades, y adversidades de los amigos, y cómo toquen éstas a los defunctos, que no sea la felicidad bien loable, iten del ánima y de sus dos partes.
Vaya V. M. advertido que aquí no se tract a de la felicidad verdadera, que la fe y Scriptura Sagrada nos enseñan, sino de la que según Aristóteles la lumbre natural havía investigado y hallado, lo cual fue necesario avisar, porque si algo se topare que no suene bien a las orejas piadosas, se entienda ser de solo el parecer de Aristóteles, el cual, aunque fue excelente philósopho, se deve menospreciar todas las vezes que no atinare a la verdad que la fe orthodoxa y escritos sagrados distincta y claramente nos enseñan.
Del apetito universal del bien, y diversidad de los fines
Como no haya hecho Dios Nuestro Señor nada sin algún destino y propósito, parece ser necesario que tengan todas las cosas humanas algún deseado fin, éste o es acción, como del cantor el cantar y del tañedor el tañer, o es obra, como del herrero el cuchillo y del arquitecto la casa, porque cada una de las Artes tiene su fin diverso, aunque los fines de las más principales son de más importancia, que no los de aquellas que a su ministerio y servicio se enderezan y pertenecen; pues es ansí que todos tienen por obra más excelente governar y regir un navio, que no fabricarle, y para esto no haze al caso que sea acción u obra, pues muchas vezes acontece ser más noble el fin que es acción que no el fin que es obra y otras que el fin que es obra lo sea más que no el que es acción.
TOMO VI.
ESCRITOS VARIOS