CAPÍTULO XXXIV


De la voluntad


Pero como los demás animales tienen apetito, ansí tiene el hombre voluntad, la cual siempre procede de alguna razón, de bien o mal. Désta nasce una fuerza activa del entendimiento que los griegos llaman νους ποιητικός, la cual es más acomodada para seguir o huir las cosas que la contemplativa, porque la razón activa considera las cosas particulares, y las universales la contemplativa. Las universales mueven de lexos, mas las particulares luego dictan que las sigamos o evitemos. Así que, como la voluntad conste de razón, serán diferentes sus acciones, porque si obedeciere el apetito a la razón, parecerá natural, siendo cosa justa que lo inferior obedezca a lo superior, y si por el contrario repugnare se pervertirá el orden de naturaleza.

LAUS DEO OPTIMO MAXIMO AMÉN

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS