CAPÍTULO XXVII


De otras cuatro potestades que nascen de las dichas virtudes de apetecer


Destas virtudes de apetecer nascen otras cuatro potestades con las cuales podemos movernos a aquellas cosas que apetecemos, y a conseguir las exteriores. Los fundamentos destas potestades están universalmente en la parte postrera del cerebro, de la cual se derraman los nervios por todas las partes del cuerpo. La primera virtud es con que encogemos los miembros y los extendemos, y no hay animal que carezca desta virtud. La segunda es aquella con que, apartándonos de algún lugar, vamos a otro, y tienen esta virtud solamente los animales perfectos y cabales. La tercera es aquella con que podemos obrar para que se tenga instrumento conveniente a la naturaleza de cada uno, como las manos en el hombre, la boca y pies en las abejas y arañas. La cuarta es aquella con que formamos la voz, y tienen esta virtud los que tienen pulmón, según que arriba lo diximos. Hasta aquí habernos hablado de aquellas virtudes y propiedades del ánima sensitiva, que parecían sernos comunes con otros animales brutos; agora será bien dezir de aquellas que son proprias al ánima racional.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS