CAPÍTULO XIII


Del toque


Del toque hay cuatro objectos: caliente, frío, seco y húmedo, porque las demás cualidades, como la blandura y aspereza, se refieren a las primeras. Es el toque uno, si consideramos el instrumento, pero muchos, si consideramos los modos y variedades de tocar. Porque de otra manera tocamos lo cálido y lo frío, y de otra lo húmido y lo seco, no encerrándose en un solo género los objectos del toque, como los de los otros sentidos, aunque el movimiento intrínseco es en todas partes uno, y no se varía para sentir cosas diversas. El instrumento es un nervio que, partiendo del corazón, se siembra por todo el cuerpo, cubierto de la carne, que es medio del sentimiento. Así que el nervio, como sea instrumento del sentido, si le cortaren no sentirá dolor pero parece les dolerá a los que tienen los nervios ofendidos, por ofenderse la sangre, calor, y finalmente los espíritus vitales. Y permutada la carne, conviene a saber el medio del sensible, se permutan también los sentidos, y se siente dolor, cuando las cosas que le mueven, rescebidas en la carne que está en medio, se representan por semejanzas al sentido, y porque este nervio tiene siempre o calor o frialdad, o humedad o sequedad, no sentimos lo que, cuando lo tocamos, tiene la misma calidad que el sentido, por lo cual se duele dezir que el toque y casi todos los otros sentidos sienten siempre algo, y pueden sentir. Algunos han creído mal, por no poderse tocar las cosas sin que intervenga aire, a causa de que no quede nada vazío, cuando se apartan los cuerpos, que convenía ser el movimiento del tocar el aire, mas no ven éstos que, aunque sea necesario interceder aire o agua, son estos elementos adventicios y peregrinos al toque, porque de sí exercitaría este sentido su oficio más desembarazadamente si no intercediese cosa alguna.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS