CAPÍTULO III


De los lugares en que se engendran las impresiones


Cuatro lugares hay en que se produzen todas estas cosas: el primero es el asiento y morada del aire más cercana al fuego, y por tanto muy cálido; el segundo es la región de enmedio del aire, en la cual, por ser este lugar frígidísimo, a causa de faltar allí los rayos reflexos, se engendran con ayuda de la virtud celeste relámpagos, algunos animales y otras cosas semejantes a éstas; es la sobredicha región más fría en estío que en invierno por la misma razón que en tiempo de grandes calores están las aguas de los pozos muy hondos frígidísimas, y por el contrario muy calientes en invierno, porque está cercada en el estío del calor, que es su enemigo y contrario, de donde viene que recogidas dentro de sí sus fuerzas por la que llaman los griegos {ilegible} se fortifica y esfuerza reberverándose no las mismas cualidades, porque éstas no pueden mudarse de un subjecto a otro, pero solas las semejanzas e imágines de las cualidades, ocurriendo al calor contrario, se arrojan y hazen de mayor intensión; el tercero lugar es el más cercano a la tierra, el cual, como esté del reverberar de los rayos caliente, exhala y evapora; el cuarto es el que se encubre con la tierra, en que se engendran los metales y azufres y todas las demás cosas desta manera. Ya havemos dicho de los lugares, ahora hablemos de los vapores.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS