CAPÍTULO V


Del calor, frialdad, humedad y sequedad


Es contrario el calor a la frialdad, y a lo El calor no tiene una sola virtud como ni húmido lo seco, y no tienen los elementos las demás cualidades, porque lo primero calienta, y finalmente ayunta las cosas que son de una misma naturaleza, y las que de diversa divide y aparta y desta manera se desaviene con fuerza de fuego el oro del cobre, pero no es esto siempre ansí porque el calor del sol haze muchas vezes que reciba el lodo las pajas, y que algunas cosas de agena naturaleza se mezclen; a unas derrite como la cera y a otras endurece como el barro, y esta variedad no procede del calor, antes de la condición de la materia. Pero la frialdad ayunta no sólo lo que es de una misma materia pero también lo que la tiene diversa, porque vemos por el estío enralecerse las carnes, y pararse tan abiertas que toda la humedad natural se exhala, y por el consiguiente la misma carne se podrece, y que por el contrario, con el frío, cerrados los poros, se retiene toda la humedad y el calor, por huir del contrario circunstante, se haze mayor y más fuerte. De donde nace que se digere el manjar muy mejor en el invierno que en el verano, y así como la primera fuerza del calor es calentar, así es la del frío enfriar, y las postreras son casi las mismas que las del calor, como en congregar y disgresar. La humedad es aquella que, si no se retuviese por de fuera, se correría, como el aire que es el más líquido de todos los elementos, y más húmido que el agua. Y ansí no terná ni aun vías interiores, como algunos pensaron; lo cual si concediésemos se tendría a sí mismo, aunque flúxil, pero la naturaleza de la sequedad es tal que pone a sí misma término. La humedad haze crasitud, y la sequedad delgadeza; difieren entre sí, estas cuatro calidades, en que el calor y frialdad tienen muy mayores fuerzas que no la sequedad y humedad.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS