CAPÍTULO VI


Que el movimiento del cielo es perpetuo, el cual ni es animal ni natural ni violento


Que el cielo se mueva circularmente, sin cesar, es cosa necesaria porque lo que carece de contrarios es infatigable, y el que mueve el cielo, ni moviéndole trabaja ni busca otra cosa más que su eternidad, y el movimiento circular, como sea principio y fundamento de las cosas naturales, y ni vaya arriba ni abaxo, según se suele hazer en los naturales movimientos, los cuales en el fin de su mudanza se apresuran más, ni será natural, ni violento: porque lo que es violento no puede ser perpetuo, ni se puede dezir animal, como ni se apresure jamás ni se debilite.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS