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Libro Segundo


del cielo y del mundo


CAPÍTULO I


Que el mundo es uno


Habiendo explicado la razón del movimiento universal, será bien descendir a la doctrina particular de las cosas naturales y, porque todo se comprehende en el mundo, nos pareció comenzar primero del ser, pues este mundo que habitamos, uno se convence de que si hubiese infinitos mundos se perturbarían todas las cosas con vario desasosiego y desorden: porque como sean unos mismos los elementos, y en todas partes de una naturaleza y apetito, así el fuego que estuviese en los otros mundos, como los demás elementos, desearán su lugar natural y allí irían sin diferencia alguna. Pero no menos desearía el fuego al cielo de la luna, que se ve en este nuestro mundo, que los lugares de los otros mundos. Lo cual si es ansí, todo sería necesario se confundiese.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS