CAPÍTULO XVII


Del tiempo


Y como el tiempo mida al movimiento, llámanle los griegos άραθμός o número, y aunque sea ansí pero depende del movimiento, porque entonces conocemos el tiempo cuando percibimos el movimiento y aun la continuación del tiempo y la parte que es en el tiempo primera y postrera consta de la continuación del movimiento y de partes, y por tanto se dize medir el tiempo las cosas que corren y pasan, si por ventura no mueve también las que constan y permanecen, porque todo lo que es se dize ser en tiempo, y el tiempo por sí movidor es una cierta disección o pasión, y el movimiento es principalmente pasión de aquel cuerpo que es primero y sempiterno, y las pasiones del tiempo son ser largo, breve, mucho y poco, y del tiempo no hay sino un movimiento que es fin del tiempo pasado, y principo del que está por venir. Por lo cual toda la substancia del tiempo está de algunos constituida en un momento, pero es de saber que de la manera que ninguna magnitud se compone de puntos, ansí ningún tiempo se puede componer de momentos, porque los momentos no pueden dividirse y lo que no puede dividirse juntado a otro indivisible no haze alguna continuidad y los momentos son como los puntos en la línea, y ansí son infinitos en el tiempo, porque lo que es continuo se puede dividir en partes infinitas. Luego, ansí como entre cualesquiera dos puntos hay puntos infinitos, ansí entre cualesquiera dos momentos hay infinitos momentos. Por lo cual entre éstos intercederá tiempo, y entre aquéllos la línea.

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS