CAPÍTULO II


De los principios de las cosas naturales


Los principios de las cosas naturales y movibles que se engendran y corrompen son tres: materia, forma y privación. La materia y la forma son intrínsecas a la cosa cuyos principios son y partes principales del compuesto. Pero la privación antes es exterior. Cuéntase ansimismo tres principios, que son los mismos que havemos nombrado, de las transmutaciones naturales, cual es la generación y corrupción, aunque se requiere cualquiera dellos intrínsecamente: siendo necesario (como los principios y fines destas mudanzas sean o formas o privaciones dellas, y haya ansimismo materia en que se hagan) que sean aquellos principios interiores a la cosa. Pero en lo compuesto y ya transmutado no es menester privación alguna. Ambas a dos cosas se muestran con este exemplo: pongamos pues delante de los ojos la conversión que se haze de un cuerpo de un buey en gusanos o abejas. Claro está que, cuando comenzó a transmutarse, aquello de donde comenzó era su privación, y aquello en que se transmutó el otro extremo. Por lo cual se requiere la privación, la forma y la materia, y las abejas que se engendraron en aquella metamorphosi tienen dentro de sí la materia y la forma, pero la privación, que fue principio de aquella transmutación, fuera de sí. Lo mismo está aún más claro en la corrupción, porque si comienza la materia a mudarse de lo que es en aquelio que no es, converná haya aquellas tres cosas en la transmutación; pues es cosa muy cierta ser los extremos interiores, por lo cual la privación en quien la transmutación se acaba será necesario sea interior. Pero en la cosa que se ha de corromper, ¿cómo podrá estar la privación, como haya perecido cuando viene lo último de la transmutación?

TOMO VI.

ESCRITOS VARIOS