PROEMIO

Para que no falte cosa alguna a la obra propuesta, resta tratar de las piedras preciosas, magestad de las cosas de naturaleza estrechamente recogida y aunada y que a muchos les parece que en ninguna parte suya es más admirable. Dando tanta estimación y valor a su variedad, a sus colores, a su materia y hermos ra, que tienen por maldad violar tan preciosas piedras, esculpiendo en ellas figuras. Y entienden que algunas dellas exceden a todo precio y valor de las riquezas humanas. De manera que, para la suma y absoluta contemplación de la naturaleza de las cosas, les parece a muchos ser bastante sola alguna deseas piedras. Quál haya sido el origen de las piedras preciosas y con qué principios se haya levantado tanto esta admiración, de alguna manera lo diximos haziendo mención del oro y de los anillos.1 Las fábulas las dan su principio del monte Cáucaso, con la interpretación fatal de las ataduras de Prometheo, y que el primer fragmento desea piedra encerrado en hierro y rodeando al dedo el hierro fue el anillo y esta piedra la joya.

EL INTERPRETE

1(De los anillos). Rhodiginio, lib. 6, cap. 19.