CAPITULO X


De algunas piedras preciosas, por orden de alphabeto


La áchates antiguamente estuvo en grande estimación y auctoridad; aora no tiene alguna. Fue hallada la primera vez en Sicilia, junto al río del mismo nombre, y después en otros muchos lugares, excediendo en grandeza y mudando con diversas variedades muchos diferentes nombres. Porque se llama phasácates, cerácates, sardáchates, hemáchates. leucáchates, dendráchates, insigne por ser como un arbolillo; antáchates, que quando se quema huele a mirra; coralloáchates, diferenciada a modo de saphiro con gotas de oro, como hay mucha en Candía, llamada sacra. Y piensan ser provechosa contra las picaduras de las arañas y alacranes, lo qual creeré ser así en Sicilia, porque con el primer viento de aquella provincia se apaga y muere la peste de los alacranes. Y las que se han hallado en Indias tienen virtud contra lo mismo y son señaladas con otras grandes maravillas, porque representan formas de ríos, de bosques y de jumentos, también carros, pequeñas estatuas y aderezos de cavallos. Los médicos hazen de ellas piedrecillas de afilar. También miradas aprovechan a la vista y mitigan la sed puestas en la boca. Las de Frigia no tienen verde, y las que se hallan en Thebas de Egipto carecen de las venas coloradas y blancas, y éstas también son poderosas contra los alacranes. La misma autoridad tienen las de Cypro. Algunos alaban grandísimamente en éstas el ser transparentes como vidrio. Hállanse también en Tracia y junto a Oeta y en el Parnaso y en Lesbo y Mesena, semejantes a variedad de flores, y también en Rodas. Acerca de los magos hay otras diferencias: las que son semejantes a las pieles de los leones dizen que tienen fuerza contra los escorpiones, y que en Persia, con su sahumerio, se ahuyentan las tempestades y se detienen los ríos,1 y que es su prueva sí echadas en calderas de agua hirviendo se enfrían. Pero dizen que, para que aprovechen, se han de atar con crines de leones. Abominan las que son semejantes a la piel de la hiena, porque causan discordia en las casas. Pero aquella que es de sólo un color, es para los luchadores invencible. La prueva désta es que, cozida en una olla llena de azeite, con colores de pintar y hirviendo con ella dos horas, se haze de todas un color de minio. La ácope es semejante al nitro, esponjosa, estrellada de gotas de oro. El azeite cozido con ésta dentro quita a los que se untan con ello (si queremos creerlo) el cansancio. La alabastrites nace en Alabastro de Egipto y en Damasco de Siria, con un candor y blancura pintada de muchos colores. Esta, quemada con sal fósil y molida, se dize que mitiga el mal olor de la boca y de los dientes. Alectorias llaman a unas piedras que se hallan en los ventrículos de los gallos, de forma de cristal y del tamaño de una hava: de las quales, usando Mil6n Crotoniense en sus peleas, dizen que siempre salió vencedor. La androdamas tiene el lustre y resplandor de plata, como el diamante, es quadrada y siempre semejante a los dados. Los magos entienden que le fue puesto este nombre porque doma los ímpetus y las iras de los hombres. Si la argirodamas es la misma o otra diferente, no lo explican los authores. La antipathes es negra y no transparente. Su experiencia es si se cueze en leche, porque echada dentro lo haze semejante a mirra. Y ésta quieren los magos que aproveche contra el ojo o fascinio. La arábica2 es muy semejante al marfil, y pareciera serlo si no lo contradixera su dureza. Entienden que aprovecha a los que la traen consigo contra los dolores de los nervios. También se dize que la aromatites se engendra en la Arabia y en Egipto, junto a Pyras; adonde quiera es pedregosa y de color y olor de mirra, por esto es muy usada de las reynas. La asbesto nace en los montes de Arcadia, es de color de hierro. La aspílate, escrive Demócrito que se engendra en Arabia, de color de fuego, y que es provechosa, a los que padecen mal de bazo, aplicarla con pelo de camello, y que se halla en el nido de unas aves de Arabia. Y que otra del mismo nombre nace allí, en Leucopetra, de color de plata resplandeciente, que es bueno tenerla contra las furiosas locuras. La atizoe dize que nace en la India y en Persia y en el monte Ida, y que relumbra con resplandor de plata; del tamaño de tres dedos, en forma de lenteja, de olor agradable, necesaria a los magos quando eligen rey. La augites entienden algunos ser la misma que la callais. La amphítane, por otro nombre, se llama chrysocola, en la parte de India donde las hormigas cavan el oro, en la qual se halla semejante a oro con figura quadrada y afirman que tiene la misma naturaleza que la piedra imán, sino que escriven que también atrae así el oro. La aphrodisiace es entre blanca y roxa. La asietos, calentada al fuego, conserva el calor siete días: es negra y pesada y variada con unas venas coloradas. Entienden que aprovecha contra los fríos. Jaccho entiende por aegitila una piedra que por lo blanco pasa una vena sarda y negra, pero el vulgo dize ser cerúlea con la raýz negra. Las balanitas tienen dos géneros: unas casi verdes y otras semejantes a cobre de Corintho; aquélla viene de Copto y ésta de los trogloditas, y divídelas por medio una vena de color de fuego. También vienen de Copto las batrachitas. Una es semejante en el color a la rana; otra, al marfil, y otra tercera roxea con el color negro. La baptes es tierna pero de excelente olor. El belióculo es blanca y tiene pintada una niñeta negra, resplandeciendo enmedio con un resplandor dorado. Esta, por su hermosura, es dedicada al mayor dios de los asirios. Pero otra a quien llaman belo, escrive Demócrito que nace en los arbelos; es del tamaño de una nuez y de forma de vidrio. La baropteno o baroptis es negra, con unas piaras sanguíneas y blancas, y ligada se dize ser portentosa. La botrites, una hay negra y otra de color de pámpano, semejante a uba quando comienza a madurar. Zoroastre llama a una piedra que es muy semejante a los cabellos de muger bosthrýchite. La bucardia, la qual es semejante al corazón del buey, solamente nace en Babilonia. La broncia es semejante a cabezas de galápagos, y cae con truenos (según entienden): apaga las cosas heridas de rayo, si lo creemos. Las boles se hallan con la lluvia, semejantes a terrones; la cadmitis fuera la misma que la ostracite, sino que a ésta algunas vezes la ciñen unas ampollas azuladas. La callays imita al zaphiro; es más blanca y semejante al marginoso mar; la capnites entienden algunos tener su especie diversa. Es ahumada con muchos cercos, como diximos en su lugar. Nace en Capadocia y en Phrygia, semejante a marfil, las calaynas: dizen que siempre se hallan muchas juntas; la catóchites es piedra de Córcega, mayor que las otras y admirable (si es verdad lo que della escriven): que poniendo sobre ella la mano la retiene pegada como con goma; la catopyrites viene de Capadocia; la cepites o cepocápites es blanca, y juntándose por ella unos nudos de venas representando con su blancura una imagen; la ceramites tiene color de vaso de tierra, Las cinedias se hallan en la cabeza de un pescado del mismo nombre: son blancas y largas y admirables por su efeto, si puede darse crédito a lo que dizen que pronostican el estado del mar con el color nubloso o con la claridad que se muestra en ellas. La cerites es semejante a cera; la circos, a las peras; la corsoydes, a las canas del hombre; la coraloáchates, al coral, variada de pintas doradas; la corallis, al minio {y} engéndrase en India y en Siene; la craterites tiene el color entre chrisolito y electro o ámbar, y es de durísima naturaleza. La crocalis se asimila a la cereza; la cisites nace junto a Copton, blanca, y parece que dentro está preñada, porque meneada se siente estruendo del parto. La chalcóphonos es negra, pero herida da sonido de metal, y persuaden a los que representan tragedias que la traigan consigo. De las chelidonias hay dos géneros: de color de golondrinas y por otra parte purpúreas, interpuestas manchas negras. La chelonia es ojo de tortuga indiana, y portentosísima con las mentiras de los magos. Porque prometen que, vañando la boca con miel y puesta sobre la lengua, hazen adivinar las cosas venideras todo el decimoquinto día de la Luna, y el de su conjunción: y, siendo menguante, antes de salir el sol, y los demás , días desde la hora de prima hasta la sesta.3 Hay también las chelonítides, semejantes a los ojos de galápagos, de las quales dizen muchas cosas para mitigar las tempestades. Pero con aquella que tiene pintas doradas, echada con un escarabajo en agua hirviendo, ahuyentarse las tempestades.4 La chloride es de color de yerva, la qual dizen los magos que se halla en el vientre de la ave motacilla, que naturalmente la cría, y mandan que la encierren en hierro para algunas cosas prodigiosas, como lo tienen de costumbre. La choaspites es llamada así de un río deste nombre; es verde con un resplandor de oro. La chrysolampis nace en Ethiopía; de día tiene color pálido y de noche de fuego. La chrysophis parece ser oro. Las cepiónides nacen en Atarne de Eolia, aora aldea y antiguamente ciudad. Nacen transparentes de muchos colores, unas vezes como de vidrio, otras como de christal, otras como de jaspe: Pero aun las sucias, brutas, sin labrar, tienen tanto lustre que representan en sí las imágines como en espejos. La daphnia enseña Zoroastre para la gota coral. El diádocho es semejante al berrillo; del driphis hay dos diferencias: blanca y negra, macho y hembra, distinguiendo una línea el genital de cada sexo. La dionisia es negra y dura, variada de manchas coloradas: triturada en agua la da sabor de vino, y se entiende que resiste a la embriaguez. La dragonites o draconcia se haze del cerebro de los dragones, pero, si no le cortan la cabeza estando vivo, nunca el cerebro se convierte en piedra, por invidia de aquel animal que siente morirse, y así se la cortan estando durmiendo. Sotaco, que escrivió haver visto esta piedra preciosa en poder del rey, dize que los que la buscan se hazen llevar en un carro de dos cavallos y que, en viendo al dragón, esparcen medicamentos que provocan sueño, y así dormido le cortan la cabeza. Y dize que es de un candor transparente, y que después ni se pule ni admite artificio. Encardia y cardisce se llama una piedra en la qual está eminente la forma negra de un corazón; otra del mismo nombre, que es de color verde, representa la figura de corazón. La tercera tiene un corazón negro y lo demás de la piedra es blanco. La enorchis es blanca y dividida en piezas, muestra la figura de testículos. La exhébeno dize Zoroastre ser hermosa y blanca, con la qual los artífices de oro lo pulen y alisan. La erístale, siendo blanca, rebolviéndola parece que rojea. La erotilo, llamada también amphícome y hieromnemon, es loada de Demócrito en pruevas de adivinación. La eumeces nace en tierra de los bactros, semejante a pedernal, y puesta debaxo de la cabeza da visiones nocturnas como de oráculo. Los asirios llaman eumetre a una piedra preciosa dedicada a Belo, el mayor de sus dioses; es de color de puerro y agradable para supersticiones. La eupétalos tiene quatro colores: cerúleo, ígneo, de minio y de manzana. La eureos es semejante a hueso de aceytuna, estriada a manera de concha y no tan blanca. La eurocia parece que con el sitio cubre su negrura. La eusebes es de aquella piedra de la qual se qüenta que está en Tiro, hecha en el templo de Hércules la silla, de la qual se levanravan fácilmente los dioses. Házese la epimelas quando, en la piedra preciosa blanca, negrea por encima el color. A la galaxia llaman algunos galactite y es semejante a las sobrecichas, pero interpuestas unas venas sanguíneas o blancas que van por ella. La galactites es como de vino con un color de leche.5 A la misma llaman leuca y también leucographía y synnephite; molida, es notable el jugo y sabor que tiene de leche. A las amas, quando crían, las da abundancia de leche y, ligada al cuello de los niños, dizen que los haze saliva y que metida en la boca se liqua y deshaze. La misma dizen que quita la memoria. Hállase esta piedra en el río Aqueloo. Algunos llaman galactite a la esmeralda que está rodeada de venas blancas. La galaycos es semejante al argirodamanto, algo más sucia. Hállanse juntas dos o tres. La gasidane viene de Media, de color orobino, como esparcida de flores. Nace también en tierra de los arbelos. También esta piedra preciosa dizen que concibe, y que meneada manifiesta dentro de sí el parto y que concibe en espacio de tres meses. La glosopetra es semejame a la lengua humana, no nace en la tierra, pero dizen que cae del cielo quando falta la Luna y creen ser necesaria para quien trata de tercería o alcagüetería: lo qual la vanidad de la promesa haze también que no lo creamos. Porque qüentan que con ella se detienen los vientos. La gorgonia no es otra cosa sino el coral: y la causa de su nombre es que se muda en dureza de piedra. Afirman que ablanda las tempestades del mar y que resiste a los rayos y remolinados torvellinos. También, con la misrna vanidad, prometen que la geniane haze venganzas de los enemigos. La heliotropio nace en Ethiopía, Africa y Cypro, de color de puerro, variada con venas sanguinas. Diéronla este nombre porque, echada en un vaso de agua, los rayos del sol que hyeren en ella los muda con la repercusión en sanguinos, y mayormente la ethiópica. Esta misma, fuera del agua, recibe en sí el sol, a modo de espejo, y da a conocer sus eclipses, mostrando que va entrando debaxo la Luna. También en esta hay un exemplo manifestísimo de la desvergüenza de los magos, porque afirman que, mezclando con esta piedra la yerva heliotropio y añadiendo también ciertas preces, no puede ser visto el que la lleva. La hephestites tiene también naturaleza de espejo en representar las imágines, aunque es resplandeciente. Su experiencia es si, echada en agua hirviendo, al momento la enfría o si, puesta al sol, enciende la materia seca que está junco a ella. Nace en. Córico. La hormínodes se llama así de la muestra que da de su verdura en otra piedra preciosa blanca o negra, y algunas vezes en la que es pálida, abrazándola un círculo de color dorado. La hexecontálithos es de muchos colores, aunque de pequeña magnitud, y de aquí tomó este nombre. Hállase en la región de los troglodiras. La hierácites es toda variada, negreando como con plumas de milano. La hammites es semejante a huevos de peces y otra hay como hecha de nitro, pero es durísima. Con el cuerno de Hammón, contado entre las sacratísimas piedras preciosas de Ethiopía, de color dorado y de figura de cuerno de carnero, prometen que representa muy divinos sueños. la hormesión se mira entre las piedras preciosas muy agradables, de un color de fuego relumbrando como oro, llevando consigo en los estremos una luz blanca y clara. Las hienias son ojos de hienas y por esto se dize que se hallan en su vaso: y dizen (si lo creemos) que, puestas debaxo de la lengua del hombre, predicen las cosas venideras. la hematites se halla principalmente en Ethiopía y también en Arabia y en Africa, de color sanguino; no es de tener en poco con las promesas para contrastar las asechanzas de los bárbaros enemigos. Zachalías Babilonio, en aquellos libros que escrivió al rey Mithrídato, atribuye a las piedras preciosas los sucesos humanos, y no comento con haver honrado estas piedras con dezir que eran medicina de los ojos y de los hígados, las dio para los que havían de pedir al rey alguna cosa, y las interpuso para los pleitos y juizios; también publicó que eran saludables en las guerras y batallas. Hay otra del mismo género, que la llaman los indios henui y los griegos xanthos, que blanquea sobre rubio. Las llamadas ideodáctilos nacen en Candía, de color de hierro, de la forma del dedo grueso de la mano del hombre. La icterias es semejante a la ave lúrida,6 y por esto se entiende ser saludable contra la ictericia. Hay otra del mismo nombre más clara. Y otra tercera semejante a hoja verde, más ancha que las primeras, casi sin peso y con unas venas amarillas. Hay otra quarta diferencia del mismo color con unas venas negras que decienden por ella. La piedra preciosa de Júpiter es blanca y liviana y tierna. La índica tiene el nombre de sus gentes, es de color subrufo y, ludiendo, despide un jugo purpúreo. Otra hay del mismo nombre, blanca y de aspecto polvoroso. La ion, acerca de los indios, es violada. Pero raras vezes luce con perfeto y lleno color. La lepidotes imita las escamas de los peces con varios colores. la lesbia tiene el nombre de Lesbo, su patria, y se halla también en India. La leucophthalmos, aunque relumbrante, contiene la forma de un ojo blanco y negro. La leucopétalos distingue el candor y blancura de la nieve con un color dorado. La libanochro muestra semejanza de incienso, pero el jugo de miel. La limoniates parece ser la misma que la esmeralda. De la lípare se dize sólo esto: que con su sahumerio se juntan todas las bestias. El lisímacho es semejante al mármol de Rhodas, con unas venas doradas: púlese con mármol, adelgazando por partes su anchura para quitar lo superfluo y lo que es inútil. El leucochriso se haze de chrisolito que blanquea. La mennonia no se dize quál sea. La medea es negra, hallada de aquella Medea fabulosa: tiene venas de color dorado; da un sudor de azafrán y sabor de vino. La mecónite tiene forma de adormidera. La mítrax vino de Persia y de los montes del mar Roxo; es de muchos colores, resplandeciendo variamente contra el sol. La meroctes es de color de puerro y suda leche. La morion es indiana; la que se transparenta con un negrísimo color se llama pramnion y en la que se mezcla el color de carbunco, alexandrina, y en la que de sarda, cypria. Nace en Tiro y en Galacia. Genócraces dize que nace también abaxo de los Alpes. Estas son piedras preciosas que se pueden esculpir. La mirrhites tiene color de mirra y forma de pequeñísima piedra preciosa; tiene olor de ungüento y, molida, huele a nardo. La mirmecia es negra y tiene unos bultos y eminencias como berrugas. La mirsinite tiene color de miel y olor de mirto. La mesoleuco es una piedra preciosa que la divide por medio una línea blanca. La mesomelas tiene una vena negra por medio que divide qualquier color. La nasamonite es sanguina, con unas venas negras. La nebrite, consagrada a Baco, tomó el nombre de la semejanza de las pieles de ciervos que usavan en sus fiestas. Hay también otras negras de la misma especie. La nimpharena tiene el nombre de una ciudad y provincia de Persia: es semejante a los dientes del hippopótamo. La orca, de nombre bárbaro, agrada por la diversidad de colores, de negro, rubio, verde y blanco. La ombría, a la qual llaman algunos nocia, se dize que cay con las lluvias y rayos, como la ceraunia y broncia, y cuentan que haze el mismo efeto que la broncia. Fuera desto, dizen que puesta en las aras de los altares no se queman los sacrificios. La orite es de figura redonda, de algunos es llamada también siderite y no siente el fuego. la ostracia o ostracite es más dura que la testácea; otra hay semejante a la ágata, sino que la ágatha se engrasa con el polimento: la más dura tiene tanta fuerza que las demás piedras preciosas se esculpen con sus fragmentos. A la ostracite dieron nombre y semejanza las oseras. Los bárbaros llaman ophicardelo a una piedra cuyo color negro está cercado con dos líneas blancas. De la piedra obsidiana tratamos en el libro pasado. Hállanse también piedras preciosas con el mismo nombre y color, no solamente en la India y en Ethiopía, sino también en Samnio, como algunos entienden, y en las riberas del Océano de España. El panchro casi consta de todos los colores. El pangonio no es más largo que el dedo y, para no parecer christal, se guarda de no tener muchos ángulos. Quál sea el panero, no lo dize Metrodoro, pero pone unos elegantes versos de la reyna Timáride, dedicados a la diosa Venus en la misma piedra, de los quales se entiende que ayuda a la fecundidad. Algunos llaman a esta piedra pansebasto. De las pónticas hay muchas especies. Hay la strellada, que unas vezes se halla con gotas sanguinas y otras con pintas negras, la qual se qüenta entre las piedras sagradas. Otra, en lugar de estrellas tiene líneas del mismo color; otra, figuras de montes y de valles. La phloginos, a la qual llaman también chrysite, se halla en Egipto, muy parecida a otra de Attenas. La phenícite se llama así de la semejanza que tiene a la vellota; la phícite, a la ova. La perileuco, con un hilo blanco que deciende desea la pura de la piedra hasta el fin. Las peántides, a las quales llaman algunos gemónidas, dizen que se hazen preñadas y que paren y que son medicamento para las paridas. Porque tales se hallan en Macedonia, junto al monumento de Tiresias, de forma de agua hecha yelo. La piedra preciosa del sol es blanca, y esparce rayos resplandecientes al rededor en forma de estrella. Los caldeos hallan la sagda pegada a los navíos, de color de marrubio. La isla de Samotracia da una piedra negra del mismo nombre que no tiene peso y es semejante a madera. La saurite dizen que se halla en el vientre del lagarto verde, abierto con una caña. La sarcites se asimila a la carne del buey. La selenite se transparenta con un color blanco y resplandor de miel, y contiene en sí la forma o imagen de la Luna, y la muestra cada día creciendo o menguando por su número: y entiéndese que nace en Arabia. La siderite es semejante al hierro y, traýda en las riñas, causa discordias y désta se haze aquella que nace en Ethiopía, llamada sideropécilos, variándose las pintas. La spongites representa el nombre de esponja. La sinodóntite es del cerebro de unos peces que se llaman sinodontes. Las sirtites nacen en las riberas de las Sirtes, y ya se hallan también en Lucania, de color de miel con un resplandor de azafrán: y dentro contienen estrellas de poca luz. La syrfngite es semejante a una caña de paja con sus nudos, y se caba toda la caña hueca. El tricho de Africa es una piedra negra, pero da de sí tres jugos: de la raýz, negro; de enmedio, sanguino y de lo alto, blanco. El telirrhizo es de color cenizo o roxo con rayzes blancas. El telicardio, de color de corazón: esta piedra deleyta mucho a los persas, entre los quales se engendra, y Ilámanla mácula. La tracia es de tres géneros: una verde, otra amarilla y la tercera con gotas sanguinas. La thephrite tiene figura de Luna nueva, corvada con sus cuernos, aunque de color cenizo. La tecolitos parece semejante al hueso de la aceytuna y no tiene honra de piedra preciosa, pero, a los que la toman en lamedor, rompe las piedras de la bexiga y las expele, y los cabellos de Venus, de negrísimo lustre, los conserva en forma y apariencia de rubios. La veyentana es piedra preciosa de Italia, hallada en Veyento, en la qua! se divide su color negro con un límite blanco. La zantene, escrive Demócrito que nace en Media, es de color de electro o ámbar y si alguno la muele en vino de palmas y azafrán se enlentece y ablanda a manera de cera, con un olor de grande suavidad. La zmilace nace en Eufrates, semejante al mármol proconesio, con el color de en medio azulado. El zoronisio nace en el río Indo: dízese que es piedra preciosa de los magos, y no se cuenca otra cosa de ella.


EL INTERPRETE

1(Se detienen los ríos). Otros leen “y se detienen los rayos’’. 2(La arábica). Marfil fósil. 3(Hasta la sesta). Disparate de los magos refutado de Plinio. 4(Ahuyentarse las tempestades). A quien tal creyere merece que le echen como al mismo escarabajo en el agua hirviendo. 5(Es como de vino con un color de leche). Otros leen “es de un color de leche’’.

6(Semejante a la ave lúrida). Otros leen “semejante al cuero de manzana”.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a