CAPITULO V


De los géneros de esmeraldas y piedras preciosas verdes y transparentes


El tercer grado de autoridad y estimación se da a las esmeraldas, por muchas razones.1 No hay color alguno más agradable a la visea. A las yervas y hojas verdes las mirarnos también con grande gusto. Pero a las esmeraldas con mucho mayor deleite, porque no hay cosa de las más verdes que comparada con ellas sea verde. Fuera deseo, solas entre las piedras preciosas, miradas, llenan los ojos y no los hartan. Más, que estando la vista escurecida y cansada de mirar otras cosas, con mirar la esmeralda se recrea y aclara. Y para los que esculpen piedras preciosas, no hay otro descanso más agradable para los ojos y que así repare su luz, porque con su verde y apazible suavidad tiemplan el cansancio. Fuera desto, hazen ver por más larga distancia, dando su color junto a sí a la repercusión del ayre, sin mudarse con el sol ni con la sombra ni con luzes de candelas, sino siempre resplandeciendo blandamente y admitiendo la vista con una transparente facilidad, conforme a su grueso, lo qua! no se haze en las aguas. Estas mismas muchas vezes se labran también cóncavas, para que recoja o la vista. Por lo qual con decreto de los hombres se perdona a éstos, estándoles vedado esculpirlas. Aunque es tan grande la dureza de las esmeraldas de Scithia y de Egipto que no es posible herirlas ni hazer en ellas mella.2 Pero el cuerpo de aquellas que son tendidas, de la misma manera que los espejos, dan colgadas las imágenes y figuras de las cosas. El emperador Nerón mirava las peleas de los gladiadores en una esmeralda. Hay dellas doze diferencias: las scíthicas son nobilísimas y excelentes, y llámanse así de la provincia donde se hallan. Ningunas tienen mayor dureza ni menos defetos, y quanto las esmeraldas distan de otros géneros de piedras preciosas, tanto distan las esmeraldas scíthicas de las otras esmeraldas. Las bactrianas son vezinas a éstas en alabanza, así como en el sitio, las quales dizen que se cogen en las quiebras y hendeduras de las piedras quando soplan los vientos ethesios.3 Entonces resplandecen en tierra, porque con estos vientos se mueven mucho las arenas. Pero éstas dizen ser mucho menores que las de Scithia. El tercer lugar tienen las de Egipto, las quales se sacan junto a Copton, ciudad de la Thebayda, en los collados y enrre las pied ras. Los demás géneros se hallan en las minas de cobre, por lo qual entre éstas se aventajan las de Cypro, y su excelencia está no en el color claro y lavado, sino en un húmedo pingüe por qualquiera parte que se mita, imitando al mar transparente y con igualdad juntamente se transparenta y resplandece. Esto es, que expele el color y recibe la visea. Cuentan que en aquella isla, en el túmulo y sepulcro del rey Hermia, junto a las pesquerías en que salan el pescado, pusieron a un león de mármol los ojos de esmeraldas, que de tal suerte resplandecían aun dentro, en la corriente de las aguas, que espantados los delphines huyan de las redes y de los instrumentos de pescar. Y admirados mucho tiempo los pescadores desea novedad, mudaron otras piedras preciosas en los ojos. Pero conviene también mostrar sus vicios en que se puede errar fácilmente, que son comunes a todas: pero algunos particulares de las naciones, como en el hombre. Las de Cypro, pues, tienen el verde vario más y menos en diferentes partes de una misma esmeralda, y no siempre guardan aquel tenor y proporción continuada, que autoriza las de Scithia. En algunas, para esto, se interpone una sombra y se haze un color escuro, que también se reprueva si es muy claro. De aquí se diferencian sus especies. Hay algunas escuras, a las quales llaman ciegas; otras densas, que aun a lo claro no son transparentes. Algunas son reprovadas por tener una nubezilla de vario color; otra es ésta diferente de aquella de quien hemos dicho que tiene sombra, porque nubezilla es vicio de cosa que blanquea, quando el color verde no pasa a la vista, sino que o queda dentro o el candor y blancura recibe la vista en el fin. Estos son vicios en el color; en el cuerpo son pelos, sal y plómago.4 Después déstas son las de Ehtiopía, apartadas (como escrive Juba) tres días de camino de Copeo. Son de color muy verde, pero dificultosamente se hallan puras y de igual color. Demócrito pone en este género las hermíneas y pérsicas. Aquéllas gruesamente hinchadas y las pérsicas no transparentes, pero de tenor agradable, que llenan y satisfazen la vista, la qua! no admiren dentro, siendo semejantes a los ojos de los gatos y onzas, los quales despiden rayos resplandeciendo, pero no son transparentes y claros, de suerte que se puedan ver dentro. Las mismas, dize que se escurecen al sol y resplandecen a la sombra, y relumbran más lexos que las demás. Todas éstas tienen también un vicio, que son de color de gato o de cobre. Al sol, muy claras y líquidas, pero no verdes. Estos defetos se ven principalmente en las de Athenas, en las que se hallan en las minas de plata en el lugar que llaman Thóricos, siempre menos pingües y más hermosas miradas desde lexos. Es ordinario tener éstas plómago, esto es, que puestas al sol parecen de plomo, y suelen tener un defeco particular, que algunas déstas se envejecen, perdiendo poco a poco su verdor, y las ofende el sol. Después déstas, las de Media son muy verdes y algunas vezes tienen color de saphiro. Estas son ondeadas y tienen diversas imágenes, como digamos de adormideras o aves y de plumas o de perrillos y de otras cosas semejantes. Las que no nacen verdes de todo punto, se hazen mejores con vino y con azeite y ningunas hay mayores. No sé si de codo punto se han acabado las charchedonias, después que faltaron allí las minas de cobre. Pero siempre fueron vilísimas y muy pequeñas y fáciles de quebrar. Era su color incierto semejantes a las plumas que verdeguean, en las olas de los pavones y cuellos de las palomas, a su movimiento, más o menos luzidas; son venosas y llenas de escamas. Tenían éstas un particular defeco, que se llamava saerción: esto es una cierta carnosidad de la piedra preciosa. El monte junto a Charchedón, donde se cogían, se llamó Smaragdites, Juba escrive que la esmeralda llamada cholo se encaja en Arabia en los ornamentos de los edificios, y la piedra que llaman los egipcios alabastrite, y que se sacan muchas lacónicas en el monte Taygeto, que está allí cercano, que son semejantes a las de Media, y otras en Sicilia. Engiérese y júntase con las esmeraldas una piedra preciosa que viene de Persia, llamada tanos, de un color verde poco agradable y por de dentro sórdida. También la que viene de Cypro, llamada calcosmaragdo,5 turbia con unas venas de cobre. Teophrasto escrive que se halla en los Comentarios de los egipcios haver embiado el rey de Babilonia a su rey, en presente, una esmeralda de quatro codos de largo y tres de ancho, y haver havido entre ellos, en el templo de Júpiter, un obelisco de quatro esmeraldas de quarenta codos de aleo, y de ancho tenía en parte quatro y en parte dos, y que estando él escriviendo havía en Tiro, en el templo de Hércules, levantada una pila de esmeralda, si no es que era pseudosmeragdo. Porque también en Cypro se ha hallado este género de piedra, la mirad della esmeralda y la mitad jaspe, no haviéndose de todo punto transformado el humor. Apión, llamado por sobrenombre Plistónices, dexó escrito poco antes haver hasta aora, en el labirintho de Egipto, el coloso de Serapis hecho de una esmeralda de nueve codos. A muchos les parece que los beryllos6 tienen la misma naturaleza o muy semejante, los quales tienen su origen en India y raras vezes se hallan en otras partes. Lábranse todos, con industria de los artífices, a seis ángulos, porque, si el turbio color no se despierta, con la repercusión de los ángulos se amortigua. Y labrados y pulidos de otra manera no tienen el mismo lustre y resplandor. De éstos son aprovadísimos los que imitan el color verde del puro mar, y próximos a éstos los que llaman chrysoberillos y son algo más pálidos, pero su esplendor se inclina a color de oro. Otra especie hay vezina a éste, más pálida, y algunos la tienen por de un mismo género y llámanla chrisópraso.7 En quarto lugar se cuentan las hyacinthizontes, y en el quinto las que llaman aeroydes, y después déstas los cerinos, y luego los oleaginos, esto es, de color de azeite. Los últimos son casi semejantes a christal. Estos tienen pelos y suziedades y suelen estar huecos, que son vicios de todos. Los indianos se huelgan mucho con la longitud déstos, y publican que solos tienen valor entre las piedras preciosas, los quales quieren más carecer de oro, y por esto, horadados, los atan con cerdas de elefantes, y otros juzgan que no conviene agugerear los que son de perfectísima bondad, asiendo Juego con ombligos de oro sus cabezas. Por esto quieren más hazer dellos cilindros pendiences8 que joyas redondas, porque su mayor estimación consiste en la longitud. Algunos entienden que nacen desde su principio angulosos y que, horadados, se hazen más agradables quitada la médula de su blancura, y, con el oro añadido, detenida o de todo puma castigada la causa de la transparencia a su grueso. Los vicios o defetos, fuera de los dichos, son casi los mismos que en las esmeraldas, y algunas escamillas. Enciéndese que se hallan algunas vezes en nuestro orbe cerca del Ponto. Los indios hallaron también el falsear algunas piedras preciosas después de haver hallado el christal, pero principalmente los berillos.


EL INTERPRETE

1(Por muchas razones). García de Huerta, lib. 1, cap. 47, de las cosas de Indias. 2(Ni hazer en ellas mella). No se hallan en nuestros tiempos en ninguna parte con tal dureza. 3(los vientos ethesios). Las mejores esmeraldas son las orientales y, después dellas, se traen muchas de las Indias Occidentales, muy estimadas por su bondad. 4(Plómago). Color de plomo. 5(Calcosmaragdo). Todas estas especies de esmeraldas, más propiamente podemos dezir ser diferencias de jaspes.

6( Beryllos). Hoy llamados viriles; haylos verdes y morados. 7(Chrysópraso). Hoy crisólica. 8(Cilindros pendientes). De las orejas o de otras partes, en forma de colunillas o perillas, como aora las usan también las mugeres en muchas joyas.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a