CAPITULO VIII


Del alabastro y lydino y alabándico


A esta piedra llaman algunos alabastro, la qual labran para vasos de ungüentos preciosos, porque dizen que los conserva bonísimamente sin corrupción. El mismo alabastro, quemado, conviene para los emplastos. Nace junto a Thebas de Egipto y Damasco de Syria. Esre es más blanco que los otros mármoles. Es loadísimo el de Carmania y tras éste el de India, y ya también se halla en Syria y Asia. Pero el de Capadocia es vilísimo y sin resplandor alguno. Son grandemente aprovados los de color de miel y llenos por encima de manchas, y no transparentes. Tiénese en ellos por vicio el color de cuerno o blanco, y lo que es semejante a vidrio. Muchos entienden ser poco diferentes déste, para conservar los ungüentos, los ligdinos, que se hallan en el monte Tauro, de los quales no se puede hazer cosa mayor que platos y copas. De antes solamente solían traerse de Arabia, y eran de admirable blancura. Son de grande estimación dos mármoles que tienen entre sí contraria naturaleza. El coralítico, hallado en Asia, que su grandeza no pasa de dos codos, muy cercano en blancura al marfil, y que le es algo semejante. Al contrario, el alabándico es negro, llamado así del nombre de su tierra, aunque el que nace en Mileto se indina más en el color a la púrpura. Y este mismo se derrite y liqua con el fuego, y se funde para hazer vidrio. El thebayco está pintado de gotas de oro; hállase en una parte de Africa sugeta a Egipto, conveniente, con cierra virtud natural, para las piedrezillas con que se muelen los colirios. El sienite nace junto a Siene de Thebayda, al qual llamavan antes pirrho pezilo. Los reyes hizieron vigas de esta piedra, llamándolas obeliscos, dedicados al Sol con cierta competencia de quien los hazía mayores. En la figura de sus rayos está el argumento y prueva de ser consagrados al Sol, y así lo significa el nombre egipcio. El primero que instituyó esto fue Mitres, que reynava en la ciudad del Sol, siéndole mandado en sueño, y esto mismo está escrito en el obelisco. Porque aquellas esculturas y figuras que vemos en él son letras egipcias.1 Después hizieron lo mismo otros reyes en la misma ciudad. Sochis hizo quarro, de quarenta y ocho codos de altura, y Ramisés, el qual reynava al tiempo que fue tomada Troya, puso una de quarenta codos. Este mismo, partido de allí, puso otra adonde fue el palacio de Mnevis,2 que tenía noventa y nueve pies de largo y por los lados quatro codos.


EL INTERPRETE

1(Son letras egipcias). Hieroglíphicos, que eran letras entendidas solamente de los sacerdotes y los que, para escrivirlas, se llamavan hierográmates. Diodoro, lib. 4; Biblior. Apule., lib. 11; Rhodiginio, lib. 29, cap. 26. 2(Palacio de Mnevis). En Heliópolis era venerado el buey Mnevis, como en Memfis el que llamavan Apis. Strabón, lib. 17; Diodoro, lib. 2.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a