CAPITULO VI


Quándo se comenzaron a usar mármoles en los edificios y quién fue el primero que en Roma encostró las paredes y en qué tiempo, y qué mármoles se usaron y quién fue el primero que cortó mármoles y el orden de cortarlos y de la arena


Baste lo que se ha dicho de los escultores de mármol y de la clara fama de los artífices, en el qual tratado se ofrece al encendimiento no haver tenido entonces estimación el jaspe. Después la hizieron del thasio de las islas Cícladas, y de la misma suerte del lesbio: éste es algo más lívido. Pero Menandro, diligentísimo intérprete de superflua demasía y en todo aparato de mármoles, fue el primero que llegó, y raras vezes, a labrar jaspes de varios colores. Nuevamente usavan de colunas en los templos, no por grandeza y ornamento ( porque aún no eran conocidas estas cosas) sino por ser más firmes, y que de otra suerte no se podían suscemar. Así está comenzado en Athenas el templo de Júpiter Olimpio, del qual havía traído Silla colunas para el templo del Capitolio. Pero ya cerca de Homero huvo diferencia entre piedra y mármol, porque dize que Paris fue herido en la boca con una piedra de mármol. Pero hasta aora es también lo que adorna las casas reales luzidísimamente, fuera del bronce, oro, electro y plata, solamente como con marfil. Las canteras de los chíos (según yo enciendo ) fueron las primeras que mostraron estas piedras manchadas de diversos colores, quando edificaron sus muros, contra lo qua! hay un gracioso dicho de Marco Cicerón; osremavan a todos esta muralla como magnífica y dixo él: Mucho más me admirara si la huviérades hecho de piedra tiburtina. Y es cieno, que la pintura no sólo no tuviera tanta estimación, pero que no tuviera alguna, si entonces estuviera autorizado el mármol. No sé si fue invención de los de Caria cortar el mármol en planchas. Antiquísima (según yo hallo) es en Halicarnaso la casa de Mausolo, labrada de mármol proconesio, con las paredes y murallas de ladrillo. Este murió el segundo año de la Olimpiada centésima y de la fundación de Roma trecientos y dos. El primero que en Roma cubrió las paredes de roda su casa con láminas de mármol, escrive Cornelio Nepos haver sido Mamurra, cavallero romano, en el monte Celio, que nació en Formio y fue prefecto de los oficiales de Cayo César en la Francia. Y no devemos indignarnos de que haya sido autor desta invención. Este es aquel Mamurra vituperado con los versos de Caculo Veronense y, como ello era, cier to, su misma casa, dixo más claramente que Caculo que tenía todo quanto havía en la Galia Comata. Porque, añadió el mismo Cornelio Nepos, haver sido éste el primero que en toda su casa no tuvo coluna que no fuese de mármol, todas mazizas y de Caristio o lunenses. Finalmente Marco Lépido, compañero en el consulado de Catulo, fue el primero que puso en su casa portada de mármol numídico, con grande reprehensión. Este fue cónsul año seiscientos y sesenta y seis de la fundación de Roma, y éste es el primer rastro que halló de mármol numdico, traído a Roma, no solamente en colunas o láminas, como puso en el Charistio Mamurra, sino en masa y en urilfsimo uso de los umbrales. Casi quatro años después deste Lépido, fue cónsul L. Lúculo1 el qual (según parece de la obra ) dio su nombre al mármol lucúlleo, deleytándose mucho con ello, y fue el primero que lo truxo a Roma, aunque es obscuro, siendo los otros estimados por sus manchas y colores. Nace en una isla del Nilo, y él solo casi de todos estos mármoles tomó el nombre de su amador. Entre éstos primeramente (según entiendo ) tuvo paredes de mármol el cenador de Marco Scauro, y no sabré dezir si son de mármoles cortados en planchas o si son de piedras enteras sólidas, como es hoy el templo del tronador Júpiter en el Capitolio. Porque aún no se havía hallado en Italia el uso del mármol coreado en planchas. Pero qualquiera que haya sido el primero que halló el cortarle y dividir la demasiada autoridad y superfluo aparato, fue hombre de un ingenio importuno. Esto se haze con arena, y parece que se haze con hierro, apretando la sierra las arenas en una delgada línea, moviéndola de una parte a otra, cortando con la misma tracción.2 Para esto es muy loada la arena ethiópica. Porque esto también se juntó, que se huviese de ir a buscar hasta los ethíopes lo que cortase los mármoles, o también hasta los indos, donde era cosa indigna para las severas costumbres ir a buscar las perlas. Esta arena se loa en segundo lugar, pero la ethiópica es más blanda y corta sin alguna aspereza. La indiana no haze el corte ran liso, pero los que pulen los mármoles mandan fregarlos con ella después de haverla quemado. Semejante defeco tiene la arena de la isla de Naxo y la de Cóptide, a la qual llaman egipcia. Estas fueron las arenas que usavan antiguamente para cortar los mármoles. Después fue hallada otra, que no se deve estimar menos, de cierto vado del mar Adriático, que se halla no fácilmente quando quedan las riberas desnudas de las ondas. Aunque ya el fraude de los artífices se atreve a cortarlos con la arena de qualquier río, el qual daño es conocido de pocos. Porque la arena gruesa corra con más anchos cortes y roe más del mármol y dexa la aspereza más obra y trabajo para alisada, y cortadas así se adelgazan las planchas. La thebayca se torna a acomodar para alisadas y pulirlas, y la que es de piedra poro o de pómez.3


EL INTERPRETE

1(L. Lúculo). Este fue muy erudito en la lengua griega y latina y cónsul con M. Aurelio Colea. Escrive su vida Plutarco. 2(Cortando con la misma tracción). Lábrase en Castilla, comúnmente, cortando de grandes piedras tablas para hazer bufetes y para otras muchas obras, como vemos en edificios y fuentes, en pórticos y pilares. Dan suficiente materia y firmísimo mármol los montes de Toledo, variado de manchas ondeadas, blancas y negras, y Navarra y Portugal, pintado de muchos colores. Divídese con la sierra, sirviendo de dientes la arena y el agua distilada sobre ella. 3(Piedra poro o de pómez). Es arenosa y hueca.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a