CAPITULO V


Ciento y veinte y seis noblezas de obras y de artífices en mármol y del mármol paria y Mausoleo


Quando éstos vivían ya havían estado, en la isla de Chío, Malas, escultor, y después su hijo Miciades, y después su nieto Anthermo Chío, del qual sus hijos Bupalo y Anthermo fueron famosísimos en aquella ciencia, en tiempo del poeta Hipponacre, que es cierto haver sido en la Olimpiada sesenta. Y si alguno contare hazia atrás la familia déstos, hasra el bisabuelo, hallará haver comenzado el origen de aquel arte con el origen de las Olimpiadas. Tenía Hipponacte notable fealdad de rostro, por lo qual pusieron su figura en los círculos de los juegos para mover la risa. Por lo qual, indignado Hipponacte contra estos que le retrataron, de tal suerte los apretó con la amargura de sus versos que creen algunos que los hizo se ahorcasen, lo qual es falso, porque después hizieron muchos simulacros en las islas cercanas, como en Delo, donde debaxo de una estatua pusieron algunos versos, diziendo que la isla de Chío no solamente era ilustre por las excelentes vides, sino también por las obras de los hijos de Anthermo. También los jasios muestran a Diana hecha de sus manos. Y en la misma Chío es conocida por obra suya la figura de Diana puesta en lugar alto, cuyo rostro los que entran juzgan estar triste y, los que salen, alegre. En Roma hay figuras de sus manos, en el templo Palatino la de Apolo, en lo alto del templo, y casi en codos los que hizo el emperador Augusto. También huvo obras de su padre en la isla de Delo y en la de Lesbos.1 Y de las obras de Dipeno están llenas Ambracia, Argos y Cleon.

Pero todos usaron solamente del mármol blanco de la isla de Paro, a la qual piedra comenzaron a llamar lichnite, porque se cortava en sus cuevas para torzidas o mechas de los candiles, como escrive Varrón, haviendo hallado después otros mármoles mucho más blancos, y también poco tiempo ha en las canteras de los lunenses.2 Pero en la de los paros se cuenta una cosa admirable: que haviendo abierto por medio la peña de una piedra con las cuñas, hallaron dentro la imagen de Sileno. No se deve pasar en silencio haver sido esta arte mucho más antigua que la pintura y estatuaria, las quales una y otra comenzaron con Phidia en la Olimpiada ochenta y tres, cerca de trecientos y dos años después. Y cuentan que el mismo Phidia esculpió mármol, y que de su mano hay una Venus en Roma, entre las obras de Octavio, de grandísima hermosura. El principalmente enseñó (como es cosa cierra) al noble Alcamene Atheniense, del qual hay muchas obras en Athenas, en lo sagrados templos, y fuera de los muros una famosísima Venus, que se llama Aphrodite Encepois. Y ésta dizen que la acabó Phidias de todo punto. Deste mismo fue dicipulo Agorácrito Pario, que por su edad le fue agradable. Y asi, se dize que le dio muchas de sus obras, para que tuviese nombre. Compitieron entre sí los dos dicípulos en la hechura de Venus y venció Alcamene, no con la obra, sino con los pareceres y votos de la ciudad, que favorecía a su natural contra el forastero. Por lo qual se dize que vendió Agorácrico la figura que él havía hecho, pero con tal condición, que no havía de estar en Atenas, y llamola Némesis. Esta se puso en Rhamnunte, aldea de Atenas, la qual antepuso y prefirió Marco Varrón a todas las figuras. También hay una obra de Agorácrito en la misma ciudad, en el templo de la gran Madre. Ninguno duda haver sido Phidias celebradísimo entre todas las gentes, que conocen la fama del Júpiter Olímpico; pero, para que con razón le sepan loar también aquellos que no vieron sus obras, lo mostraremos solamente con algunas pruevas de ingenio. Y no usaremos para esto de la hermosura del Júpiter Olímpico ni de la grandeza de la Minerva que hizo en Athenas, aunque es de veinte y seis codos de alto y labrada toda de marfil y de oro, sino sólo diremos de su escudo, en el qua! en la parte relevada esculpió alrededor la guerra de las Amazonas, y en la parte cóncava del mismo la batalla de los dioses y de los gigantes. Y en los zapatos la de los lapithas y centauros, de tal suerte acompañó de su arte todas las partes pequeñas. Pero aquello que está esculpido en la basa lo llamó Pandora génesin. Allí están treinta dioses que nacen, con una vitoría principalmente admirable. Los más diestros en el arte loan también con admiración una serpiente y una esphinge de metal debaxo de la misma punta de la lanza. Esto hemos dicho de paso de un artífice nunca suficientemente loado, para que juntamente se conozca que aquella magnificencia de su arte era también igual en las cosas pequeñas. Ya diximos la edad de Praxiteles corre los estatuarios, el qua! en la gloria de labrar mármol también se aventajó a sí mismo. Hay obras de su mano en Athenas, en el Cerámico, pero aventájase a todas las figuras, y no solamente a las de Praxiteles pero a todas quantas hay en el mundo, una Venus que por verla fueron muchos navegando a Gnido. Havía hecho dos y vendíalas juntas, la una vestida, la qua! escogieron los de la isla de Coo, según la condición puesta, porque havía n de dar por la otra el mismo precio, juzgando ser cosa más severa y vergonzosa, y dexada dellos la desnuda la compraron los de Gnido, con inmensa diferencia de fama. Después quiso comprársela a los gnidos el rey Nicomedes, prometiendo pagar por ella todo lo que devía la ciudad, que era grandísima suma. Y quisieron más pagarlo codo, y no sin razón. Porque con aquella figura ennobleció a Gnido Praxiteles. Abrese todo su pequeño templo para que por todas partes se pueda ver la figura de la diosa, favoreciendo ella (según se cree) el haverlo hecho así. Y desde qualquiera paree que se vea no causa menor admiración. Dízese que cierto hombre, vencido de su amor, quedándose de noche en el templo, tuvo ayuntamiento con la estatua, y la mancha que quedó en ella fue indicio de su deleyte. Hay también en Gnido otras figuras de mármol de ilustres artífices, un Baco de Briaxis y otro de Scopa, y una Minerva, pero no se puede mostrar otra mayor señal de la hermosura y belleza de la Venus de Praxiteles que es ser nombrada sola entre todas éstas. De su misma mano es también el Cupido, el qual puso Cicerón por objeción a Verres; aquel por quien tantos ivan a Thespis, y aora está puesto en las escuelas de Octavia. También es de la misma mano otro que está en Pario, colonia de Propóntide, desnudo, igual en perfección y en injuria a la Venus de Gnido, porque, siendo amado de Alchidas Rhodio, dexó también en el otro semejante indicio de su amor. En Roma son obras de Praxiteles Flora, Triptolerno y Ceres, en los huertos Servilianos, y las estatuas del buen Suceso y de la buena Fortuna, en el Capitolio. También las Ménades y las que llaman Tilladas y Chariátidas y Silenos, en los monumentos de Asinio Polión, y Apolo y Neptuno. Cefisodoro, hijo de Praxiteles, fue heredero de su hazienda y arte, de cuya mano hay en Pérgamo una hermosa figura de dos muchachos abrazados, con los dedos impresos en el cuerpo más verdaderamente que el mármol. Las obras suyas que hay en Roma son: Latona en el templo de Palacio; Venus en los monumentos de Asinio Polión, y Esculapio y Diana en el templo de Juno, entre los pórticos de Octavia. La fama y loa de Scopa compite con éstos. Este hizo la Venus y Pothón y Phaetonte, estatuas que son veneradas con santÍsimas ceremonias en Samotracia. También el Apolo Palatino y una imagen de Vesta, sentada en los huertos Servilianos, que es muy loada y junto a ella dos camareras y otras dos semejantes a éstas están en los monumentos de Asinio. Donde está también uno que lleva una cesta en la cabeza, de mano del mismo. Pero con grandísima estimación está en el templo de Cneo Domicio, en el Circo Flaminio, Neptuno y Thetis y Achiles, nereydas sentadas sobre delphines y vallenas y hippocampos. También tritones y el coro de Phorco y Pristes y otros muchos animales marinos, todo de su misma mano. Obra excelente y preclara, aunque huviera gastado en ella toda la vida. Pero aora, fuera de las cosas sobredichas y otras que no sabemos, hay de su mano un Maree sentado, grande corno coloso, en el templo de Bruto Calayco, junto al mismo Circo, como van a la puerta Labicana. Fuera deseo, en el mismo lugar hay una Venus desnuda que baze ventaja a la de Gnido, que labró Praxiteles, y que pudiera ennoblecer qualquiera otro lugar. Pero las grandezas de las obras de Roma la ponen en olvido, y la gran multitud y junta de oficios y de negocios apartan a todos de la contemplación de cosas tales, porque tal admiración es de hombres que están ociosos y es necesario que sea havíendo grande quietud y silencio del lugar. También por esta ocasión no se sabe quién fue el artífice de aquella Venus que dedicó el emperador Vespasiano entre las obras de su templo de la Paz, digna de la fama de los antiguos. También, igualmente, se duda, en el templo de Apolo Sofiano, si hizo Scopas o Praxiteles la Niobe que está muriendo con sus hijos. También de quál mano de los dos sea el padre Jano, dedicado del emperador Augusto en su templo, haviéndole traído de Egipto, el qual está ya ocultado por haverse cubierto de oro. De la misma suerte, en la curia de Octavia, se duda el artífice del cupido que tiene un rayo en la mano. Y últimamente se afirma ser aquél retraca de Alcibiades con la hermosura que tenía en aquella edad. Muchas otras cosas agradan en la misma escuela sin autores conocidos. Quatro sátiros, uno de los quales, cubierro con un paño, lleva en los hombros al padre Baca; otro que lleva a Baca de la misma suerte; el tercero acalla a un niño que llora; el quarto mitiga la sed con la taza de otro, y dos nimphas que hazen velas de sus vestiduras. Y no hay menor duda de quién hizo, en Septis, a Olimpo y a Pan y Chirón con Achiles, principalmente juzgándolos la fama por dignos de principal satisfacción. Scopas tuvo en un mismo tiempo por competidores a Briaxis y Timotheo y Leochares, de los quales se tratará juntamente, porque juntos esculpieron el Mausoleo.3 Este sepulcro hizo a Mausolo, rey de Caria, su muger Artemisia, el qua!murió el año segundo de la Olimpiada centésima. Para que esta obra fuese contada enrre las siete maravillas del mundo, fueron la principal causa estos artífices. Tiene de largo, desde la paree de austro hasta la de septentión, sesenta y tres pies; por las frentes es más corro; tiene de circuito quatrocientos y onze. Levántase en alto veinte y cinco codos; cíñese con treinta y seis colunas; la parte de hazia oriente la esculpió Scopas, la de septentrión Bryaxis, la de mediodía Timorheo y la de poniente Leochares. Y antes que acabasen esta obra, la reyna Artemisia, que la havía mandado hazer en memoria de su marido, murió. Pero no por eso dexaron estos artífices de continuarla hasta que la acabaron, juzgando que éste havía de ser el monumento y memoria de su gloria y arte, y hasta hoy tienen competencia sus manos. Juntase también otro quimo artífice, porque la pirámide, sobre la pteroma o alas del capitel, era igual en altura a la inferior, estrechándose con veinte y quatro gradas hasta la punta. En lo último de su cima está un carro de quatro cavallos labrado de mármol, el qual hizo Pithis. Añadida ésta, incluye toda la obra ciento y quarenta pies de alto. De mano de Timotheo hay en Roma una Diana, que está en Palacio, en el templo de Apello, a la qual figura puso otra cabeza Aulanio Evandro. También es muy estimado con grande admiración el Hércules de Menésrrato y la Hécare de Epheso, en el templo de Diana, detrás del Sagrario, y es tan grande el resplandor del mármol que advierten los que guardan el templo, a los que entran en él, que guarden los ojos. No se estiman en menos las Gracias que están en el pórtico de los arhenienses, las quales hizo Sócrates. Unos entienden ser otro diferente del que fue pintor, y otros que fue el mismo. Porque de aquel Mirón que es loado en labrar de bronce, hay en Esmirna una figura de vieja borracha, que es de las excelentes obras. Asinio Polión, como fue de vehemente agudeza, así quiso también que se mostrasen sus memorias y monumentos. En éstos están centauros que llevan las nirnphas, de Archesita; Thespiades, de Cleomeno; Océano y Júpiter, de Entochio; Hipiades, de Stéphano; Hermerotes, de Taurisco, no de aquel que fue escultor, sino del Traliano; el Júpiter hospedador es obra de Pámphilo, dicípulo de Praxiteles; Zeta, y Amphión, y Dirce y un toro y un lazo con que estava atado, hecho de la misma piedra, las quales obras fueron traídas de Rhodas, son de mano de Apollonio y Taurisco. Estos hizieron certamen de sí, con duda de sus padres, confesando parecer a Menécrates, pero ser el natural Artemidoro. En el mismo lugar es loada una figura de Baca, de mano de Eutíchide, y un Apollo de Philisco Rhodio, que está en su templo, junto al pórtico de Octavia. También Latona y Diana y nueve Musas y otro Apollo desnudo. Aquel que está en el mismo templo con una cítara en la mano le hizo Timárchides. Pero en los pórticos de Octavia, en el templo de Juno, hizieron la misma diosa Dionisia y Polycles y otra Venus, en el mismo lugar, Philisco. Las demás figuras hizo Praxireles. También Polycles y Dionisia, hijos de Timárchides, hizieron el Jtípiter que está en el templo allí vezino. Heliodoro, en el mismo lugar, hizo a Pan y Olimpo, que están luchando, que es en aquellas tierras otro noble simplegma.4 A Venus, que se está ella misma lavando. A Dédalo puesto en pie hizo Policharmo. De la honra que se le haze se conoce haver sido tenida en mucho la obra de Lisia, la qual dedicó en un templezico adornado de colunas sobre un arco, en Palacio, el emperador Augusto, en honra de su padre Octavio. Esta obra es un carretero con quatro cavallos y su carro y Apollo y Diana, todo de una piedra. En los huertos Servilianos hallo loados un Apollo de aquel escultor Calamides, las Pithias de Dacrílide y Chalístenes, historiador de mano de Amphistraro. Después déstos, hay muchos de menor fama, impidiendo el número de artífices la gloria de algunas excelentes obras, porque ni uno ocupa la fama ni rodas igualmente se pueden llamar famosos, como en el Laocoonté5 que está en la casa del emperador Tito, obra que se puede preferir y anteponer a todas las demás obras de pintura y del arre estatuaria. De una sola piedra hizieron (con acuerdo y consejo común) los grandes artífices Agesandro y Polidoto y Arhenodoro, rhodios, la figura desee Laocoonte y de sus hijos y admirables enlazaduras de dragones que los ceñían. De la misma suerte llenaron de figuras hermosísimas las cosas palatinas de los Césares, Cratero con Pithodoro, Polydectes con Hermolao y otro Pithodoro con Artemón, y sólo singular por sí Aphrodisio Traliano. El panteón de Agripa adornó Diógenes Atheniense, y las estatuas de mugeres en las colunas de su templo son aprovadas por cosa rara, como las figuras que están puestas en el frontispicio, pero por la altura del lugar son menos celebradas. En ningún templo está sin autoridad y estimación Hércules, al qua! los cartaginenses sacrificavan cada año con víctima humana. Está en pie, puesto en tierra, delante de la entrada del pórtico de las naciones.6 También estuvieron las Thespiades en el templo de la Felicidad, a una de las quales amó mucho Junio Piscículo, cavallero romano, como escrive Varrón. También se admiró déstas Pasíteles, el qua! escrivió cinco volúmenes de las obras ilustres de todo el mundo. Nació éste en la ribera de la Grecia de Italia, y, admitido por ciudadano romano con estos pueblos, hizo un Júpiter de marfil en el templo de Metello, por donde se va al campo Marcia. Sucediole a éste que, estando en una atarazana adonde tenían las fieras africanas, mirando por un hueco a un león para esculpirle, salió por otro hueco una onza con grande peligro de aquel di!igentísimo artífice. Dízese que hizo éste muchísimas obras. Pero no se sabe particularmente quáles fueron las que hizo. También magnifica Varrón a Arcesilao y dize haver tenido él de su mano una leona hecha de mármol y unos cupidos alados jugando con ella, de lo quales unos la tenían arada, otros que la hazían bever de un cuerno y otros que la calzavan unos zuecos, codo la brado de una piedra. El mismo dize que Coponio hizo las catorze estatuas de naciones que están junto al templo de Pompeyo. Hallo que también Canocho, loado entre los estatuarios, labró cosas de mármol, y no es justo dexar olvidados a Saurón y a Batracho, los quales hizieron templos dentro de los pórticos de Octavia; éstos fueron de nación lacedemones. Algunos encienden haver sido muy poderosos en riquezas y que lo labraron a su costa, esperando que se les pusiera epitafio escrito en su alabanza. El qua!, siéndoles negado, lo pusieron en otra paree y de otra manera, porque es cierto que están hasta aora en los capiteles de las colunas esculpidos sus nombres con una cifra de una rana y de un lagarto. Es cierto que en el templo de Júpiter estuvo una pintura con todos los ornamentos y atavíos de mugeres. Porque hecho el templo de Juno, quaodo se llevaron a él las estatuas, se dize haverla mudado los que las llevavan, y esto fue observado con religión, como haviendo partido desta manera los mismos dioses su asiento. Y así está en el templo de Juno el ornamento que devió estar en el de Júpiter. También alcanzaron fama, en pequeños mármoles, Mirmécides, el qual hizo un coche de quatro cavallos con su cochero, que le cubría una mosca con sus alas, y Callícrates, que hizo unas hormigas cuyos pies y otros miembros son tan sutiles que no se divisan.


EL INTERPRETE

1(Lesbos). Mitilene. 2(Lunenses). Déstos dixo Silio Itálico: Tum quas a niveis exegit Luna metalis. Hoy se llama este mármol de Careara. 3(Mausoleo). Sepulcro de Mausolo, rey de Caria, que le hizo su muger Artemisia. Deste sepulcro se da nombre de mausoleo a todos los sepulcros famosos de grandes reyes y poderosos príncipes, y así dixo Marcial, lib. 1: Aere nec vacuo pendentia Mausolea laudibus immodicis Cares ad astra ferant. 4(Simplegma). Es la estatua de dos que luchan. 5(Laocoonte). Esta estatua se ve hoy en Roma, en el jardín de Belvedere, con gran aprovación y admiración de su arte.

6(Pórtico de las naciones). Fue llamado {así} por catorze estatuas que estavan puestas allí de diversas naciones.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a