CAPITULO XII


Los primeros inventores de labrar cosas de barro, de figuras y vasos de tierra y de su precio


Suficientemente se ha tratado de la pintura. Convendrá aora texer y juntar a estas cosas el arte plástica, que es labrar cosas de barro.1 Dibutades Sicionio, alfaharero, fue el primero que halló el labrar de la misma obra de tierra con arzilla figuras y retratos, por obra de su hija, en Corintho; la qua!, vencida del amor de un mancebo, queriendo él ausentarse a aparradas tierras, señaló con rayas la sombra que hazía su rostro a una candela en la pared, con las quales, imprimiendo allí su padre el barro, hizo su figura y, después de seca y endurecida, con las otras piezas de barro la puso al fuego: y esta figura dizen que fue guardada en el Nimpheo hasta que Mummio destruyó a Corimho.2 Algunos dizen que los primeros que hallaron el labrar cosas de barro fueron, en Samo, Rheco y Theodoro, mucho antes que fuesen echados de Corimbo los Barriadas. Pero dizen que Euchira y Eugrammo, escultores de tierra, acompañaron a Demarato, que salió huyendo de la misma ciudad, el qual engendró en Toscana a Tarquino Prisco, rey del pueblo romano. Estos dizen haber enseñado en Italia esta arte plástica. Fue invención de Dibutades añadir tierra roxa o hazer el barro y gre.da de la misma tierra roxa. Y también fue el primero que puso máscaras en lo último de las corrientes de los tejados, a las quales al principio llamó protipa.4 Después hizo el mismo las obras ectipias.5 De aquí salieron los capiteles de los templos, llamados por éste plastes. Y fue el primero que formó, vaciando con yeso, la figura del mismo rostro del hombre, y Lisístrato Sicionio, hermano de Lysippo, del qual ya hizimos mención, infundiendo cera en aquel molde de yeso, comenzó a sacarla más enmendada y perfecta. Este ordenó hazer .retratos al natural: Antes dél procuravan bazer las figuras muy hermosas. Este halló también el retratar de las imágines de bulto. Y creció de tal manera el arte que no se hazían imágines ni estatuas sin hazer modelos de barro. Con lo qual parece cierto haver sido esta ciencia más antigua que la del fundir el metal. En la plasta o labrar de barro, fueron loadísimos Damóphilo y Gorgaso, y estos mismos fueron pintores: los quales adornaron el templo de Ceres en Roma, que está junto al circo máximo, con entrambas diferencias de su arte y con versos escritos en lengua griega, los quales significaban que las obras de Damófilo estavan a la mano derecha y a la izquierda las de Gorgaso. Antes deste templo, escrive Marco Varrón que todas las obras en los templos eran toscanas. Y, desde él, quando le reparavan, quitadas las costras de las paredes, encajavan pinturas con sus cercos, y también figuras de bulto repartidas por los frontispicios. Hizo también Chalcóstenes obras crudas en Arhenas, y aquel lugar de su oficina fue llamado “cerámicos”. Marco Varrón escrive que él conoció en Roma a uno llamado Posis, el qua! hizo en Roma ubas y peces tan al natural, que miradas no se podían diferenciar de las verdaderas. El mismo engrandece a Arcesilao, amigo de L. Lúculo, cuyas obras de barro solían venderse en más precio, a los mismos artífices, que las obras de los otros. Este hizo una figura de la madre Venus en la plaza de César y, con priesa de dedicarla, fue puesta antes que acabada. Después le dio Lúculo sesenta sestercios porque hiziese una estatua de la felicidad, a la qual tuvo embidia la muerte de uno y de otro.6 A Octavio, cavallero romano, queriendo hazer una taza, le hizo un modelo de hyeso que le costó un talento. También loa a Pasiteles, el qual dize que la plástica o labor de barro es madre de la estatuaria y escultura y cinceladura, y como fuese excelentfsimo en todas estas cosas, nunca hizo cosa que primero no fingiese modelo. Fuera desto, dize que esta arte fue exercitada en Italia, y principalmente en Toscana, y haver sido traído Turiano de Fregeles, al qual Tarquino Prisco dio a hazer la estatua de Júpiter para dedicarla en el Capitolio. Esta estatua era de barro, y por esta causa la solían teñir con bermellón; también estavan en el frontispicio de aquel templo unos carros de quatro cavallos hechos de barro, de los quales hemos dicho muchas vezes. Este mismo hizo un Hércules, el qua! retiene hasta aora en Roma el nombre de la materia de que se hizo, y es cierto que estas figuras de los dioses eran entonces muy loadas. Y no tenemos lástima de aquellos que adoraron tales figuras. Porque el oro y la plata, aun para hazer dioses, no lo gastavan.7 Duran también hasta aora en muchos lugares tales simulacros. Los frontispicios de los templos, también se ven muchos en Roma y en otras ciudades, cabezas de provincias, hechos con admirable labor y arte, y para la firmeza del tiempo más ciertos que el oro y sin duda más seguros. También en los sacrificios entre estas riquezas no se gusta hoy la bevída en vasos murrhinos o christalinos, sino en vasos de barro, con inenarrable benignidad de la tierra si alguno en particular considera todos sus beneficios, aunque dexemos aora los de las mieses, vino, frutas, yervas, matas, medicamentos, con tantas diferencias de metales. Y todos los demás beneficios que hasta aora hemos dicho, o los que continuamente hartan las obras de los alfahareros, con tejas, canales y tejuelas anzo. ladas para los vaños, o con ladrillos cozidos para los techos o labrados para defrente como azulejos, o los vasos que se hazen con meda. También con tinajas de barro inventadas para tener vino y para agua. Por lo qual el rey Numa ordenó el séptimo colegio de alfahareros. Fuera desto, quisieron también muchos que después de muertos fuesen guardados sus cuerpos en vasos de barro, como Marco Varrón, que quiso le sepultasen a modo pitagórico, entre hojas de arrayhán y de oliva y álamo negro.8 También la mayor parte de los hombres usa de vasos de tierra. Y son loados los que se hazen en Samia para comer en ellos. Y Arecio, en Italia, tiene hasta aora esta nobleza, y solamente de cálices, Surrento, Asta y Polencia. En España, Sagunto;9 en Asia, Pérgamo. También en Tralle, ciudad de Asia, tienen sus obras, y Módena, en Italia, porque así se ennoblecen las provincias y gentes. Y también estas cosas se llevan de una parte a otra por mar y por tierra y así se ennobleció Erithris con las insignes oficinas de ruedas de alfahareros. Y hoy se muestran en el templo dos cántaros consagrados a él por su grande sutileza, hechos, uno de mano del maestro y otro del dicípulo, compitiendo sobre quál labrase la tierra más sutilmente. Los vasos de Coo son gran demente loados, los de Adria son firmes, y en esta obra se hallan algunos exemplos de severidad. Hallamos que Q. Coponio fue condenado por sobornador, por haver dado una ánfora o cántara de vino a aquel que le havía de dar su voto. Y para que esta arte de los alfahareros tenga también alguna authoridad en la pompa y fausto, dize Fenestela que Ilamavaa tripatino de tres platos10 al combite que era de suma • abundancia y magnificencia: un plato era de lampreas, otro de peces lobos y otro de peces mixones, porque ya yvan cayendo las buenas costumbres, pero de suerte que aún las podemos preferir a las de los philósophos de Grecia. Porque en la almoneda de los herederos de Aristóteles, se dize haver vendido sesenta platos. Y haviendo dicho, tratando de la naturaleza de las aves, que un plato de Esopo, representante de tragedias, havía costado seyscientos sestercios, no dudo haverse indignado los letores. Pero es cierto que Vitelio, en su principado, hizo hazer un plato por dozientos sestercios, y para hazerle estava edificado el horno en el campo. Porque llegó a tanto la demasía y superfluidad, que aun los vasos de barro costavan más que los murrhinos. Por esto Murciano, en su segundo consulado, reprehendió en su querella las lagunas de los platos, memorias de Vitelio. No siendo más vergonzosa aquella con la qual objetava Casio Severo, acusador o fiscal, a Asprenato, delinquente reo, diziendo haver muerto ciento y treynta combidados con un plato. También con éstos se ennoblecen los pueblos, como Rhegio y Cumas. Los sacerdotes de Cibeles, madre de los dioses, los quales se llaman Gallos, se quitan la virilidad con un poco de un vaso de tierra samia, y no pueden hazer esto de otra manera sin peligro, si creemos a Marco Celio. El qual dixo que así havían de quitar la lengua a quien hazía grave injuria, como si ya él también maldixera entonces al mismo Vitelio. ¿Qué no ha imaginado el arte, usando también así de los tiestos quebrados, añadida a los molidos cal, para que duren más? Los quales se llaman signinos, y deste género inventó hazer también los tapadores.


EL INTERPRETE

1(Cosas de barro). Aeliano, Hist., lib. 14, cap. 37. 2(Corintho). Año seyscientos y setenta y ocho de la fundación de Roma, según Eusebio. 3(Rheco y Theodoro). Herodocto, lib. 5. 4(Protipa). Otros leen prototipa. 5(Ectipias). Obras que se hazen con moldes.

6(La muerte de uno y de otro). Otros leen: “A la qual embidiasen Juno y Venus”. 7(No lo gastavan). Aunque gentil, Plinio haze escarnio de aquellos que adoravan estatuas de dioses vanos, como lo hizo también en el libro 7, riyéndose de su multitud de sus vicios y nacimientos y de la buena y mala fortuna. 8(Alamo negro). Alex. ab. Al., lib. 3, cap. 2; Máximo, lib. 2, cap. 18. 9(Sagunto). Aora Talavera de la Reyna, donde se labra el mejor vidriado blanco de España, como búcaros colorados en Estremoz y ollas para puestas al fuego en Alcorcón y alcarrazas para agua en Ocaña. 10(Tripatino de tres platos). Aora, para ser espléndido combite, quieren que llegue a treynta y algunos hemos visto de mucho mayor número. Tanto ha crecido la gula.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a